Friday, July 21, 2017

Vivir el presente


La famosa aporía de Zenón de Elea, por la que Aquiles nunca alcanzaría con sus zancadas a una tortuga, se basaba en que cualquier distancia es divisible en infinitos puntos, y tal número requeriría una eternidad para recorrerlo. La falacia está en no distinguir puntos ideales o matemáticos, inextensos, de las distancias dotadas de extensión real. Como afirma el filósofo Antonio Millán Puelles "la cantidad es infinitamente divisible, pero está finitamente dividida".

Sí trasladamos la cuestión al tiempo observamos algo similar. El tiempo es también es ilimitadamente divisible, pero va cumpliendo sus plazos de modo inexorable. Los enormes periodos geológicos no son vividos por las piedras. Los seres vivos si que lo hacen. El ser humano, por su carácter racional y biográfico, experimenta el tiempo de un modo personal. Agustín de Hipona llamó la atención sobre el modo humano de vivir el tiempo: un presente que asume un pasado y se proyecta hacia un futuro.

El escritor C.S. Lewis decía que "el presente es el punto de encuentro entre el tiempo y la eternidad". Sin finalidad, el espacio-tiempo no existiría ... ¿Por qué? Porque la materia que conocemos está dotada de grandes dosis de orden. La materia no tiene capacidad de auto-ordenarse porque no es inteligente, no tiene capacidad de diálogo consigo misma. Platón defendió que  las naturalezas de las cosas del cosmos están trazadas desde fuera de él. La eternidad, lo que esta mas allá del espacio y del tiempo, contrasta con nuestra mentalidad temporal. Sin embargo, podemos entender que esa eternidad está conectada con el tiempo, lo asume y guarda alguna memoria de él. Hemos hablado del modo personal de vivir el tiempo, un modo biográfico, que trasciende el momento presente. Por esto parece razonable que la eternidad, como realidad trascendente al tiempo, sea el ámbito de vida de un ser personal: Dios.

Por todo lo dicho, el presente se revela como un momento cargado de entidad. En otra conocida obra de Lewis, "Cartas del diablo a su sobrino", un instigador del mal le dice a un colega de oficio: " recuerda que nuestra tarea principal es sacar a los hombres del presente". Con mucha frecuencia, nuestra imaginación vuela a momentos y lugares que quizás no lleguemos a experimentar, mientras el momento presente se nos antoja, a menudo, como poco atractivo y carente de valor. Sin embargo, aquí defendemos un "carpe diem" (aprovecha el momento) distinto al simple deseo materialista y pasajero. En cada instante podemos recapitular la vida, corregir el rumbo, replantear la estrategia. Podemos ponernos en condiciones de adoptar una cierta perspectiva de eternidad, serena, que suele resultar prudente y eficaz. Quizás podría definirse la sabiduría como vivir con plenitud el momento presente, aunque experimentamos con qué facilidad los problemas y desánimos cotidianos nos alejan de tan hermosas aspiraciones. Nadie ha dicho que sea fácil este arte de vivir: la precariedad de lo real parece que se presta a pocos idealismos. No es así: gestionar con acierto, aunque cometa errores, las horas y los días, hace distinguir a la persona que es un ejemplo de vida. Todos tenemos el derecho de intentarlo.

No comments: