Sunday, March 20, 2016

Educar en el asombro (libro)

A un maniquí podemos moverlo en diversas direcciones, incluso frenéticamente, pero nunca tendrá movimiento propio. El asombro es el que nos mueve a conocer y aprender la realidad: esta es la idea central de este libro (Educar en el asombro. L’Ecuyer Catherine. Plataforma Actual. 16 edición, 2015).
El niño aprende, sobre todo, rodeado por el cariño de su madre, su padre, o su cuidador. El ambiente cordial, del que surge la confianza y la seguridad, son factores imprescindibles para cultivar el asombro, el interés por la realidad.
Descubrir la bondad de lo real, respetar los ritmos naturales de los chicos,enseñarles a conocer y disfrutar de la naturaleza; así como hacer un uso inteligente, sobrio y selectivo de las tecnologías, son otros de los aspectos importantes de esta obra.

Finalmente se recuerda una reflexión de la prestigiosa educadora Montessori (en The Child and The Church, 1965): “En ciertos ambientes de la sociedad, el niño se ha convertido en una mera posesión, que uno adquiere, o no, según sus propias inclinaciones...En este mundo degenerado, el niño existe para el adulto; y consecuentemente, el niño ha de vivir el tipo de vida del adulto...Dado que el niño juega un papel inferior en la vida adulta, la vida de este ha degenerado. Si el niño y sus ‘derechos´ no vuelven a entrar en la vida, la dignidad del adulto se perderá para siempre...Si cambiamos el centro de la civilización del adulto hacia el niño, una civilización más noble emergería”.

José Ignacio Moreno Iturralde

Wednesday, March 16, 2016

Hombres con "cara de hogaza"

Conozco a varios amigos bastante heroicos: hombres de principios sólidos que han trabajado mucho y bien, con generosidad y empeño, para sus propias familias y para los demás. A varios de ellos, al llegar a la cincuentena, se les ha puesto " la cara de hogaza": redonda, alegre, madura, esperanzada. No tienen aspecto de superhéroes, que no existen, sino de tipos animantes, acogedores, que han sabido sacarse las castañas del fuego, a ellos y a muchos otros con los que se han topado en el camino de su vida. Que estupendo es tener esa simpática "cara de hogaza" que esconde tanto sacrificio, buen hacer y visión positiva de la vida.


José Ignacio Moreno