Sunday, October 31, 2010

Ángel

Espíritu soberano a quien pertenece mi guarda por la voluntad divina, que en este piadoso cuidado distribuye las jerarquías de los Ángeles para la tutela de los hombres: tú, parte esclarecida de su eterna milicia por la gracia con que permaneciste, sin perder la silla que tantos ángeles perdieron, te ruego me guíes y defiendas de la maldad de mis apetitos, de la debilidad de mi naturaleza, de las insolencias de mi voluntad, de la malicia de los pecadores, del ejemplo de los malos, del poder de los tiranos, de la venganza de mis enemigos, de la envidia de los espíritus amotinados que no perseveraron como tú, y pretenden que yo caiga como ellos.Ángel santo, yo no sé tu nombre para llamarte por él; mas sé tu oficio para valerme de él. Atiéndeme de suerte que mi alma logre tu cuidado, y mi vida tu inspiración, para que por ti en la gloria restaure tu encomendado el lugar que perdió tu compañero, y tú goces el fruto de tus advertimientos, y yo el de la obediencia; porque yo contigo, y por tu inspiración merezca el reino de la paz y de la gloria. Así lo conceda el que te crió con su poder, y me redimió con su sangre. Amén.


Francisco de Quevedo y Villegas.

Cáritas ayuda a 800.000 familias, el doble que antes de la crisis

Cáritas Española invirtió en 2009 más recursos en sus programas de ayuda, atendió a más personas y vio crecer el número de voluntarios y de socios que colaboran con la organización, según informó en Madrid su presidente, Rafael del Río.Destaca el crecimiento en el número de personas atendidas en sus programas de acogida y atención primaria (su ayuda de "urgencia", para el pago de luz, agua o alimentación), que pasó de 633.315 en 2008 a 786.273 en 2009, dato que representa el doble que en 2007 (370.251).

Friday, October 29, 2010

ESTADISTICAS SOBRE LA IGLESIA CATOLICA EN ESPAÑA

CIUDAD DEL VATICANO, 29 OCT 2010 (VIS).-Con motivo del próximo viajeapostólico de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona (6-7noviembre) se han publicado las estadísticas de la Iglesia católica enEspaña. Los datos, actualizados al 31 de diciembre de 2009, proceden de laOficina Central de Estadística de la Iglesia.
España tiene una superficie de 505.992 km2 y una población de 45.929.000habitantes, de los que 42.470.000 son católicos, es decir, el 92,5 % de lapoblación. Existen 70 circunscripciones eclesiásticas y 22.674 parroquias.Actualmente hay 124 obispos, 24.849 sacerdotes, 54.599 religiosos, 2.786miembros laicos de institutos seculares y 101.261 catequistas. Losseminaristas menores son 1.943 y los mayores 1.963.
Un total de 1.596.429 alumnos asisten a los 5.585 centros de educacióncatólicos, desde las escuelas maternas hasta la universidad. Por lo queconcierne a los centros caritativos y sociales de propiedad de la Iglesia oque son dirigidos por eclesiásticos o religiosos, en España hay: 93hospitales, 72 ambulatorios, 788 hogares para ancianos e inválidos, 435orfanatos y guarderías, 301 consultorios familiares y otros centros para laprotección de la vida, 3.036 centros especiales de educación o reeducaciónsocial y 400 instituciones de otro tipo.

VIS

Libro "Santo Rosario" San Josemaría


Thursday, October 28, 2010

La Iglesia enseña la dignidad de los hijos de Dios

CIUDAD DEL VATICANO, 28 OCT 2010 (VIS).-Los prelados de la ConferenciaNacional de Obispos de Brasil (Región nordeste V), que han finalizado suquinquenal visita "ad limina", fueron recibidos esta mañana por el SantoPadre.
"Hoy quisiera hablar con vosotros -dijo el Papa- de cómo la Iglesia, en sumisión de servir de fermento de la sociedad humana mediante el Evangelio,enseña al ser humano su dignidad de hijo de Dios y su vocación a la unióncon todos los hombres, de las cuales se derivan las exigencias de justicia ypaz social conformes a la sabiduría divina".
"Ante todo, el deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en lasociedad es más bien propio de los fieles laicos, que, como ciudadanoslibres y responsables, se esfuerzan por contribuir a una recta configuraciónde la vida social, respetando su legítima autonomía y el orden moralnatural", explicó el Santo Padre. "Vuestro deber, como obispos, junto convuestro clero es mediato, ya que os compete contribuir a la purificación dela razón y al despertar moral de las fuerzas necesarias para construir unasociedad justa y fraterna. Sin embargo, cuando los derechos fundamentales dela persona o la salvación de las almas lo exigen, los pastores tienen elgrave deber de emitir un juicio moral, incluso en temas políticos".
"A la hora de formular estos juicios, los pastores deben tener en cuentael valor absoluto de aquellos preceptos morales negativos que hacenmoralmente inaceptable la elección de una determinada acción intrínsecamentemala e incompatible con la dignidad humana. Esa decisión no puede serrescatada por la bondad de cualquier fin, intención, consecuencia ocircunstancia. Por lo tanto, sería totalmente falsa e ilusoria cualquierdefensa de los derechos humanos, políticos, económicos y sociales que noabarcase la vigorosa defensa del derecho a la vida desde la concepción hastala muerte natural. En el ámbito de la defensa de los más débiles ¿quién esmás indefenso que un niño no nacido o un paciente en estado vegetativo oterminal?"
"Cuando los proyectos políticos contemplan, de forma abierta o velada, ladespenalización del aborto o la eutanasia, el ideal democrático -que esverdaderamente tal cuando reconoce y tutela la dignidad de toda personahumana- es traicionado en su misma base. Por lo tanto, queridos hermanosen el episcopado, a la hora de defender la vida "no debemos temer lahostilidad y la impopularidad, rechazando todo compromiso y ambigüedad quenos conformarían con la mentalidad de este mundo", agregó el pontífice.
Para ayudar a los laicos a vivir su compromiso cristiano y socio-políticode una manera unificada y coherente hacen falta -afirmó el Santo Padre -"una catequesis social y una formación adecuada en la doctrina social de laIglesia. (...) Esto también significa que en algunas ocasiones, incluso lospastores deben recordar a todos los ciudadanos el derecho, que es también undeber, de utilizar libremente el voto para promover el bien común".
"En este punto la política y la fe se encuentran. La fe tiene, sin duda,su naturaleza específica del encuentro con el Dios vivo, que abre nuevoshorizontes mucho más allá de la esfera de la razón. (...) Sólo mediante elrespeto, la promoción y la enseñanza incansable de la naturalezatrascendente del ser humano, se puede construir una sociedad justa. (...)Dios debe encontrar un lugar en la esfera pública, con específica referenciaa la dimensión cultural, social, económica, y en particular política",afirmó el Papa, citando su encíclica "Caritas in veritate".
Benedicto XVI concluyó su discurso uniéndose al llamamiento de los obisposde Brasil en favor de la educación religiosa, y "más concretamente de laenseñanza plural y confesional de la religión en las escuelas públicas delEstado" y señalando que "la presencia de símbolos religiosos en la vidapública es a la vez recordatorio de la trascendencia del hombre y lagarantía de su respeto. Tienen un valor particular en el caso de Brasil,donde la religión católica es parte integrante de su historia".

VIS 20101028 (670)

Saturday, October 16, 2010

Octubre 2010. El Rosario, en auge

Desde León XIII (s. XIX), octubre es el mes dedicado al Rosario, predicado por Santo Domingo de Guzmán después de que la Virgen le dijera: “Domingo, siembras mucho y riegas poco”, y le recomendara este rezo para el fruto de sus predicaciones. Hoy, entre los católicos, está en auge. Después de la Santa Misa, es la oración más agradable a Dios, y tiene la virtud de unir a quienes se juntan para rezarlo. A muchos jóvenes les gusta lucirlo al cuello y llevarlo en el coche para que el Señor los proteja. La Virgen lo ha aconsejado en todas sus apariciones (Lourdes, Fátima …). El Beato Juan XXIII, “el Papa Bueno”, rezaba cada día las tres partes ( los 15 misterios). Juan Pablo II, el Papa Grande, dijo que era su “oración predilecta” y le añadió los misterios luminosos. También Benedicto XVI es gran devoto del Rosario, que une la oración vocal y la oración mental (mientras se dice la oración de alabanza y súplica se piensa en los misterios de la vida del Señor), poniendo el alma en conexión con la Virgen María, Mediadora de todas las gracias. Esta oración tan sencilla apacigua el espíritu, siembra esperanza y consigue del Señor lo que le pedimos con fe y amor. Hay que rezarlo con el corazón, evitando, así, la rutina.


Josefa Romo Garlito

Thursday, October 14, 2010

Carta del Arzobispo de Sevilla sobre el próximo congreso abortista

Queridos hermanos y hermanas:

En las últimas semanas no pocos cristianos de la Archidiócesis me habéis manifestado vuestra preocupación por la celebración en Sevilla de un congreso de ámbito mundial sobre el aborto, con la finalidad de compartir información, experiencias y nuevas técnicas para mejorar la calidad de las prácticas abortivas. Tendrá lugar entre los días 21 y 23 de octubre y, según parece, será financiado por instituciones públicas de la capital y la región. Algunos me habéis pedido que haga cuanto esté a mi alcance por impedirlo. Como podéis imaginar, no tengo en mis manos la posibilidad evitar su celebración, pero si tengo el deber de iluminar la conciencia de nuestros fieles sobre este acontecimiento que, a mi juicio, no va a ser un hito glorioso en la historia de nuestra ciudad. El pasado 4 de julio entró en vigor en España la llamada Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que en realidad no es otra cosa que una liberalización total del aborto, considerado como un derecho de la mujer, mientras se conculcan los más elementales derechos del hijo que lleva en sus entrañas. Su carácter legal no le confiere el marchamo de moralidad, pues no todo lo que es legal es moral. El aborto es siempre una inmoralidad, un mal objetivo; no es progreso sino regresión. En realidad es un “crimen abominable”, como lo calificó el Concilio Vaticano II (GS 51), por ser la eliminación voluntaria y querida de un ser humano a petición de sus progenitores, con el concurso de los médicos, los primeros, junto con los padres, que deberían tutelar esa vida naciente. ¿Y qué podemos hacer los cristianos ante el drama del aborto y ante la segura celebración del citado congreso? Una primera posibilidad es que nos sensibilicemos ante este tema auténticamente mayor, y que tratemos de sensibilizar a nuestros conciudadanos, muchos de los cuales aceptan casi sin pestañear la realidad del aborto en nombre del progreso y de la libertad de la mujer. La aceptación social del aborto es una realidad fatal, como reconociera el filósofo Julián Marías hace unos años, calificándola como uno de los acontecimientos más graves que han acaecido en el siglo XX. Algo parecido afirmó poco antes de su muerte el gran escritor Miguel Delibes.

En este sentido os invito a todos a difundir en vuestros ambientes, en vuestros hogares, en vuestros lugares de trabajo y en cualquier oportunidad, también en la catequesis y en la formación religiosa escolar, el Evangelio de la Vida, es decir, el valor sagrado de toda vida humana desde la fecundación hasta su ocaso natural, de modo que paulatinamente vayamos sustituyendo la mentalidad abortista y la “cultura de la muerte” por una cultura que acoja y promueva la vida. En diciembre de 2007, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución por la que se invitaba a los Estados miembros a instituir una moratoria en la aplicación de la pena de muerte. Dios quiera que llegue también el día en que el aborto sea suprimido de nuestras leyes y todos reconozcamos con vergüenza el inmenso y trágico error cometido en los siglos XX y XXI por la humanidad.

¿Qué más podemos hacer? Una forma sencilla de implicarnos en la defensa de la vida humana es rezar. La oración privada y pública es el alma de toda pastoral. También lo es de la defensa de la vida, don de Dios, del que nadie arbitrariamente puede disponer. Así lo reconocía el Papa Juan Pablo II en 1995 en la encíclica Evangelium vitae al decirnos que "es urgente una gran oración por la vida, que abarque al mundo entero. Que desde cada comunidad cristiana, desde cada grupo o asociación, desde cada familia y desde el corazón de cada creyente, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios, Creador y amante de la vida". Por ello, sugiero a los sacerdotes que en los días de la celebración del congreso tengan en cuenta esta intención en las preces de los fieles de la Santa Misa y en el rezo del Rosario en las parroquias, y que incluso programen algún acto especial de oración ante el Santísimo por esta causa. Lo pido también a las contemplativas, a las Hermandades en sus cultos y a los grupos y movimientos apostólicos. En todos los casos se puede concluir la oración con la bellísima plegaria a la Santísima Virgen que escribiera el Papa Juan Pablo II como colofón de la citada encíclica. Termino mi carta semanal manifestando mi respaldo y aliento a las instituciones, confesionales o no, que promueven iniciativas a favor de la vida y que ayudan a las madres en circunstancias difíciles para que acojan generosamente el fruto de sus entrañas. Pocas formas de acción social y de apostolado son hoy tan hermosas y urgentes como ésta. Dios quiera que seamos muchos, también las instancias públicas, los que les secundemos y ayudemos. Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.


*+ Juan José Asenjo PelegrinaArzobispo de Sevilla

Wednesday, October 06, 2010

Fidelidad

Si la existencia de Dios y la entrega a Él, como mejor modo de vida, tuviera una clara demostración matemática el asunto tendría poca gracia. Vista la cuestión con nitidez, los hombres virtuosos no dudarían en emprender ese camino y, paradójicamente, no tardarían en convertirse en unos necios. No llegarían a la meta porque no tendrían que jugársela en la aventura de la confianza. Sin embargo, lo que ocurre en realidad es que para ser fiel no hay evidencia; hay que confiar, es decir, amar cuando las cosas se ven claras y, sobre todo, cuando se ven oscuras. Por otra parte, volviendo a la hipótesis de esa deslumbrante y evidente verdad exacta máxima, los hombres que no quisieran deshacerse de sus vicios se atormentarían ante la evidente mala elección que supondrían sus acciones. Pero la gracia de esta trascendente cuestión está, como me enseñó un amigo, en que Dios está lo suficientemente claro para que el que quiera seguirle lo haga con más mérito y lo suficientemente oscuro para que el que lo rechace tenga menos culpa.

La fidelidad a Dios supone trasladar el centro de gravedad de nuestra personalidad a la Voluntad divina; y esto tiene gracia; gracia de Dios, sin la que no podríamos hacer semejante traslación. En esta especie de camino inesperado ocurre que se encuentra la propia y personal identidad. San Josemaría decía a los maridos que el camino que llevaba al cielo tenía el nombre de sus respectivas mujeres; y a las esposas les decía lo mismo en relación con sus maridos. Nótese que es un camino bien distinto al de uno mismo; y, sin embargo, es el que lleva a reconocer nuestro verdadero rostro en el amable semblante de Dios. Podrá parecer que este camino es tan áspero que en ocasiones tendremos que comer piedras negras, pero al final obtendremos una piedrecita blanca, con un nombre nuevo, de la que habla el Apocalipsis.

La senda de la fidelidad supone un revulsivo para la vida; Nietzsche, que se decía tan vitalista, no lo entendió. Por esto la alegría es la tonadilla de fondo de los que recorren el camino de la fidelidad. El ser humano es demasiado grande como para vivir para su gloria; que finalmente se refleja mezquina. La persona humana necesita ser fiel para ser persona. Se le otorgan límites, que debe aceptar, para que mirando a lo alto tienda mucho más allá de sí misma y supere de tal modo su propia limitación que se haga una criatura nueva. El hombre no precisa de un espejo eterno sino de una ventana a la eternidad. Los discretos preludios de la alta tensión de la Gloria de Dios son los que levantan una y mil veces a la persona fiel. Pero esta suerte de vida resulta ser, pese a los dolores y adversidades, muy feliz; porque uno descubre que es un personaje del mito real; como llamó Lewis a la visión cristiana del mundo.

La fidelidad es un sendero de sencillez y en tiempos donde campea la infidelidad hemos de deducir que las vidas de muchos se hacen complicadas. Si la esencia de la poesía es aceptar con paz la propia identidad, en armonía con el cosmos, no se puede pretender hacer un mundo a la medida de cada uno. Por esto parece que hay hoy pocos hombres y mujeres verdaderamente felices; porque no son románticos; porque no son fieles; porque no aceptan sus límites. La borrachera de autonomía personal ha cogido, misteriosamente, el micrófono de bastantes instituciones y medios de comunicación y está propagando a los cuatro vientos una sarta de estupideces que hacen la vida del hombre chabacana y desesperanzada. Se pretende ser fieles a la propia autonomía sacrificando al final la felicidad; en vez de fomentar el ser autónomamente fieles para acabar finalmente felices, sacrificando el propio egoísmo.Lo que sí está fuera de confusión son las vidas esculpidas de esas personas fieles que nos han dejado el testimonio de sus vidas enterizas, entregadas, alegres y responsables. Hombres y mujeres de Dios que han sabido vivir para los demás y que no se han dado importancia, ni se han dejado abatir por la magnitud de las propias miserias personales. Han sabido querer, han sabido confiar, y por esto son el referente fiel que nos sirve de guía. Así también nosotros tenemos la gozosa obligación cristiana de ser hombres y mujeres fieles, felices, aunque nos veamos muy lejos de serlo. Hemos de hacer de nuestra vida un cantar sencillo, decidido, luminoso, alegre, que sirva de referencia a otros muchos. Sólo con lógica –que nadie desprecia- no llegaremos a una vida tan fecunda; pero con la lógica de la confianza y de la fidelidad sí.

Nunca la fidelidad es una causa perdida porque por grandes que sean nuestras equivocaciones Dios nos es fiel siempre, nos perdona siempre que queramos ser perdonados y nos espera con Amor de Padre hasta el final.


José Ignacio Moreno Iturralde