Sunday, December 12, 2010

Brillar

“El que se contempla no puede brillar”. Lao Tse.

Friday, December 10, 2010

Jesús está camino


La organización caritativa ChurchAds.net ha inundado Inglaterra con carteles en los que se ve un ultrasonido de quien sería el Niño Jesús para recordar que es el verdadero sentido de celebrar Navidad es conmemorar el nacimiento del Hijo de Dios.
El anuncio muestra los rasgos de un pequeño niño junto a la frase "He’s on His way" (Está en camino) y se estima que llegará a más de 40 millones de personas. Los responsables argumentan que quieren difundir el verdadero sentido y origen de la Navidad, utilizando la imagen de un niño Jesús tiempo antes de nacer.

Wednesday, December 08, 2010

Fortaleza y esperanza

"La diferencia entre la virtud de la fortaleza cristiana y la fortaleza meramente natural radica, en último término, en la virtud teologal de la esperanza" (J. Pieper).

Thursday, December 02, 2010

Oración del Papa por la vida

Al concluir la Vigilia de Oración por la Vida naciente en las Vísperas del primer domingo de Adviento, el Papa Benedicto XVI rezó una especial oración en la que pide a Dios proteger la vida de toda persona en toda circunstancia, proteger a las familias y hacer que en la sociedad se den las condiciones necesarias para recibir bien a los hijos, incluyendo las decisiones de las asambleas legislativas de todo el mundo. A continuación la oración completa dada a conocer por L’Osservatore Romano:

"Señor Jesús, que fielmente visitas y colmas con tu Presenciala Iglesia y la historia de los hombres; que en el admirable Sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangrenos haces partícipes de la Vida divinay nos haces pregustar la alegría de la Vida eterna; te adoramos y te bendecimos.Postrados ante Ti, fuente y amante de la vidarealmente presente y vivo entre nosotros, te suplicamos.Despierta en nosotros el respeto por toda vida humana naciente, haciéndonos capaces de apreciar en el fruto del vientre maternola admirable obra del Creador, dispón nuestros corazones a la generosa acogida de todo niñoante la vida.Bendice a las familias, santifica la unión de los esposos, haz fecundo su amor.Acompaña con la luz de tu Espíritulas decisiones de las asambleas legislativas, para que los pueblos y las naciones reconozcan y respetenla sacralidad de la vida, de toda vida humana.Guía la obra de los científicos y médicos, para que el progreso contribuya al bien integral de la personay ninguno padezca supresión e injusticia.Obsequia caridad creativa a los administradores y economistas, para que sepan intuir y promover condiciones suficientespara que las jóvenes familias puedan serenamente abrirseal nacimiento de nuevos hijos.Consuela a las parejas de esposos que sufrena causa de la imposibilidad de tener hijos, y en tu bondad provee.Educa a todos a cuidar a niños huérfanos abandonados, para que puedan experimentar el calor de tu Caridad, el consuelo de tu Corazón divino.Con María, tu Madre, la gran creyente, en cuyo vientre has asumido nuestra naturaleza humana, esperamos de Ti, nuestro único verdadero Bien y Salvador, la fuerza de amar y servir a la vida, en espera de vivir siempre en Ti, en la comunión de la Santa Trinidad.Amén".

Friday, November 26, 2010

Vigilia por la vida naciente promovida por el Papa

Este sábado, 27 de noviembre, en tu ciudad y en todo el mundo se celebrará una "Vigilia por la vida naciente".Es una iniciativa del Santo Padre Benedicto XVI, quien la presidirá en la Basílica de San Pedro, y nos recomienda a todos los creyentes participar en las vigilias previstas en nuestras ciudades, en comunión con él y la Iglesia universal.En la invitación del Santo Padre se nos dice: "Todos nosotros somos conscientes de los peligros que amenazan hoy la vida humana a causa de la cultura relativista y utilitarista que ofusca la percepción de la dignidad propia de cada persona humana, cualquiera que sea el estadio de su desarrollo. Estamos llamados más que nunca a ser "el pueblo de la vida" (Juan Pablo II, Encíclica Evangelium vitae, n. 79) con la oración y el compromiso. Con esta Vigilia celebrada en todas las Iglesias particulares en unión con el Santo Padre, pastor universal, impetraremos la gracia y la luz del Señor para la conversión de los corazones y daremos un testimonio eclesial común a favor de una cultura de la vida y del amor."En HO-DAV queremos apoyar esta iniciativa de Benedicto XVI. Y darle la mayor difusión a la misma. Para ello, hemos reunido la información que amigos y voluntarios de HazteOir.org y de Derecho a Vivir nos han hecho llegar de (algunas) de las vigilias que se van a celebrar en distintos puntos de toda España, en este listado:http://www.hazteoir.org/vigilia-vida-27-n

Wednesday, November 24, 2010

“Luz del mundo”: Benedicto XVI responde al hombre de hoy

Milagro pro-vida

Padre Miguel Ángel M. de D. Es el miércoles 16 de noviembre de 2010. Las doce en punto de la mañana. Me dispongo a llevar la comunión a los enfermos que viven cerca de nuestro convento. Voy al Sagrario y llevo al Señor conmigo en el porta-viático. Él es el consuelo de los enfermos en el dolor, es la medicina del alma y es mejor tener el alma sana aunque el cuerpo esté enfermo, me digo, recordando esta doctrina de Nuestra Santa Madre Teresa. Voy a la calle, recogido, con el Señor en mis manos. Es la hora del Ángelus. Está lloviendo, hace frío en Madrid y las hojas caducas de los árboles de nuestro jardín conventual han formado una alfombra al paso del Santísimo en esta otoñada que anuncia ya el cercano invierno. Salgo a la calle y llevo al señor sobre mi corazón, signo de que le quiero llevar dentro del mismo como tesoro en vasija de barro. Pienso todo esto, recogido. Los coches circulan veloces porque la hora punta pasó y ya no hay atascos en la calle Arturo Soria. La vida agitada de la gran ciudad va a su ritmo. A 20 metros del convento hay un semáforo en rojo para los peatones. Hay que esperar. Son pocos los viandantes en esta zona, más residencial que de comercios, ajardinada.Una joven espera a mi lado a que el semáforo se ponga en verde y mientras tanto aprovecha para hacerme su pregunta: Por favor. -¿me puede decir dónde está la clínica El Bosque? Tiene el acento dulce, propio de los hispanoamericanos. Me quedo mirándole a los ojos unos instantes, con amor grande y no con menos grande tristeza:Ella refleja esa tristeza en su rostro. Le contesto: -¡No vayas, por favor, no vayas! Ella se ha quedado perpleja ante mi respuesta. Piensa quizá que es una clínica de medicina general, y por eso me pregunta a mí, fraile con hábito, que no pasa desapercibido. Y es que esta clínica está a 200 metros de nuestro convento y es, exclusivamente, un abortorio, que lleva funcionando desde hace lustros.El semáforo se pone en verde y comienza a caminar mientras le insisto.-¡No vayas, por favor!: Allí matan niños. No vayas si no quieres colaborar en el asesinato de tu propio hijo, ése que llevas dentro. Se le han llenado los ojos de lágrimas. Se ha encontrado con su propia realidad, con su soledad, con su sufrimiento.Me dice que vive en la zona de Aluche. Ha venido hasta aquí, sin rumbo, mientras que todos los abortorios de Madrid, (que se enriquecen con la ayuda económica de la Comunidad de Madrid), están más cerca de su casa que este. La clínica del Bosque, El Bosque de la muerte, es la que más lejos está. De punta a punta.Ella continúa caminando sin rumbo y yo a su lado y en su dirección, repitiendo lo mismo. Vamos los dos con paraguas. Está lloviendo y hace mucho frío. -Por favor, espera -le digo-, vamos a hablar. Te vamos a ayudar, conozco gente que te puede ayudar. Por favor, no lo hagas, te arrepentirás durante toda tu vida. Espera… vamos a hablar, espera…Si sigue caminando estoy decidido a ir a su lado, hablándole, hasta la misma puerta de esa clínica.He logrado detenerla y se ha echado a llorar:-No lo puedo tener, me va a echar del trabajo, estoy sola, no le podré sacar adelante.-Espera, -le digo- vamos a llamar a quienes te pueden ayudar. Hay otras alternativas.-Tengo cita y llego tarde -me dice con ademán de marchar. Sigo caminando con ella.-Espera. ¿Cómo te llamas?-Mónica.- Yo Migue Ángel. Espera Mónica, ya estoy llamando. Veo que el teléfono tiene muy poca batería y espero que dure.Llamo a Pilar Gutiérrez, del Movimiento Unidos por la Vida, con la que he cooperado en algún proyecto y le cuento muy brevemente la situación. Le paso el teléfono para que hable con Mónica mientras esta se seca las lágrimas con mi pañuelo.Pilar le dice que no lo haga mientras yo lo pongo todo en las manos del señor, al que llevo en las mías y miro al cielo encomendándolo a todos los bienaventurados, mártires y santos inocentes de todos los tiempos. Y pido la intercesión de nuestras MM. Carmelitas Descalzas para que la fecundidad espiritual de su vida se manifieste, y pienso en todos los contemplativos de la Iglesia. Mónica corta la conversación. Se defiende de Pilar como de mí. Ante la propuesta de dar a su hijo en adopción, prefiere abortar.Mónica corta la conversación. Tiene prisa. Llega tarde a la cita en la que va a programar su crimen. Me pasa el teléfono y Pilar me da breves y claras recomendaciones. Pero no hay tiempo. Hay que actuar.-Mónica, escúchame –le digo- hace mucho frío, ven a mi casa, que está muy cerca. Ven, por favor, vamos a hablar.-No puedo, pierdo la cita. Ha sido mi novio, me ha dado la dirección de la clínica.- No te preocupes, -le digo-, no tienes que ir allí para nada.-Pero usted no me comprende, no está en mis zapatos.-Si te comprendo –le digo- no estoy en tus zapatos, pero estoy en mis sandalias para intentar tocar la tierra. Vamos. Desde una habitación del Hospital Anderson, Almudena de Castro observa la escena. Está cuidando a su madre, Paquita Carpeño, operada de cáncer, a la que iba a llevar la comunión. Le dice a su madre que me está viendo, en la calle, con una chica, que seguro que voy a visitarla. No. Se vuelven hacia el convento. Al día siguiente llevaré la comunión a los enfermos.La he tomado ligeramente del brazo y recorremos despacio los pocos metros que nos separan del convento.Ella no sabe que hace un año, el 28 de diciembre, lloviendo también, nos concentramos con gente del partido Alternativa Española (AES) al lado de ese Bosque, para rezar por los nuevos santos inocentes de hoy y por sus madres, víctimas de este doble crimen que es el aborto. En este instante, mientras esto escribo, un amigo sacerdote me pone un sms diciéndome: Celebré la Santa Misa por Miguel Ángel y sus padres).Estamos volviendo al convento, que está muy cerca. De nuevo, la alfombra de hojas recibe al Señor, a Mónica con la nueva vida en su seno y a este fraile. Entramos. Se me ocurren mil cosas que decirle y que hacer. Vamos a un ordenador, le digo que se siente y busco en Google: vídeo sobre el aborto. Me llama Pilar, me proporciona al teléfono de una institución provida y me dice que busquemos la página “No más silencio” y “Apóstoles de la vida”. He encontrado un video precioso que vi hace tiempo y que promocionó Inter economía. Ha salido este video providencialmente. Recuerdo que es tremendo. Y Mónica me dice que ya lo conocía. Lo ve sin dejar de llorar. En este vídeo, un niño habla a su madre desde el seno materno, feliz por haber sido concebido. La mamá tiene problemas diversos y decide ir a abortar. El niño establece un monólogo con su madre, entristecido y mostrando, finalmente su terrible sufrimiento mientras está siendo víctima inocente de este asesinato. Es conmovedor.Me dice Mónica que si no tengo nada que hacer. Le digo que no. Solo estar con ella. Busco un testimonio de una chica que cuenta su vida después de haber abortado. Mónica lo escucha atentamente.La dejo sola en la habitación. Llamo a mi buen amigo Antonio Torres, al móvil varias veces, no lo coge, llamo al fijo. Me dicen que le dirán que me llame. Llamo a Mercedes Montoro, su esposa, le cuento muy brevemente y me dice que rápido se ponen en camino o ella o Antonio. Ellos colaboran en organizaciones pro vida. Mercedes me dice: -Padre, Antonio va para allá. En media hora, están en su convento. Va a Red madre a buscar a Esperanza para que vaya con él y van para allá. Le digo a Mónica que esté tranquila, que van a venir a ayudarnos. Tiene miedo, porque teme la pérdida del trabajo por estar embarazada. Le digo que no se preocupe, que nos van a ofrecer otras alternativas. Todo esto mientras le sirvo un café y unos dulces.Me pregunta por mi vocación, por qué decidí ser sacerdote. Cuando le digo que fui al seminario con 10 años se sorprende.Me dice que es de Bolivia y que su novio era español. Al quedarse embarazada, la ha dejado. Su madre vive en España, pero apenas se tratan. Ella vive con su hermana, con la que la relación es nefasta. Está sola.Me dice que es protestante y que, en su confesión, tampoco aprueban el aborto, que ella ha rezado esta mañana y que no cree en las casualidades. Interpreta como providencial el encuentro conmigo. Mónica está más serena. Le pido que se deje ayudar, que ame la vida que lleva dentro y que ya verá como todo sale bien.Mónica está bautizada. Ella misma lo pidió en su juventud. Nos une el mismo bautismo en Cristo.Llaman a la puerta. Ya están aquí Antonio y Esperanza. Han llagado en 20 minutos escasos. Antonio, como siempre que se trata de algo importante ha desplegado las alas de su coche y de su caridad. “Nos apremia el amor de Cristo”, pienso con San Pablo.Nos reunimos los cuatro y Mónica comienza a contar toda su historia desde el principio. Ya tiene un hijo de cinco años. Ella lleva año y medio en España y se casó, muy joven con un militar en Bolivia. El niño está con su padre. Lleva dos años sin verlo. Ella tiene 25 años y el que ha sido su novio en España, 24. Este está trabajando y no quiere que ella tenga el niño, por eso la ha mandado a la clínica que él ha buscado. Ella duda del mutuo amor.Esperanza está curtida en estas lides, por experiencia propia y por su trayectoria en Red Madre. Escucha, anima, propone, llora y ríe con las dos víctimas de este asunto, madre e hijo. Le habla de cómo ayudan a todo en Red Madre. Le habla del centro de acogida, de cómo ella puede vivir allí y seguir trabajando después de tener a su hijo. Tienen guardería para que esté cuidado mientras el tiempo de trabajo… Mónica se ha ido serenando. Antonio, con una amabilidad sorprendente, habla a Mónica desde Dios. Ella sabe bastante de la Biblia. Tiene cultura. Recuerda nuestro encuentro a las 12 del mediodía y dice que, al saber mi nombre, se acordó del pasaje de la Anunciación. Dice que no hay casualidades y que esto ha sido para ella un signo de Dios.Antonio le dice que la vida que lleva dentro no es de ella, que es un regalo de Dios para ella. Todo con una delicadeza genial. Mónica escucha con atención.También, en la conversación, han surgido algunas bromas y hemos reído.Yo he escuchado con atención. He intervenido, brevemente, alguna vez. Hemos escuchado atentamente. Hemos hablado despacio. He pedido a Mónica su teléfono, email, correo postal. Todo. Antonio le pregunta que si es niño, cómo se llamará. Ella afirma sin titubeos: Se llamará Miguel Ángel.Esperanza llama a un médico ginecólogo para que la pueda recibir. Tienen cita hoy mismo a las 15 horas en la clínica Moncloa. Son las 14,30.Todo el tiempo ha estado el Señor con nosotros en el porta- viático, bajo la humilde apariencia de pan. Mónica no se cree aún lo que le ha sucedido. Le parece un sueño. Confiesa que rezó por la mañana antes de salir de casa.Hay que ser puntuales y a las 14,45 hay que salir. Vamos hacia el coche de Antonio. Esperanza, Mónica y Antonio van a Moncloa. Yo me quedo en el convento con el cansancio de quien regresa de una terrible batalla y con la confianza en el Señor. Esperanza y Mónica se quedan en la Clínica Moncloa. El médico es extraordinario.Sigo en comunicación con Mónica por teléfono y e-mail. Está con paz. Esperanza se encargará de lo psicológico y material, yo de lo espiritual, que también es importante. Ya he encontrado amigos que me ofrecen ayuda económica para ella y que tiene preparado un buen ajuar para cuando nazca el niño.Esperamos que esta nueva vida sea para gloria de Dios.Ayer jueves 18 de noviembre me regaló mi amiga maría del Mar Núñez un niñito de cerámica, precios, durmiendo plácidamente y protegido por las alas de un ángel, el Ángel de Dios. He llevado este detalle a correos y le llegará a Mónica.Qué terrible la soledad y el sufrimiento de estas chicas.Sucedió en Madrid y Dios lo hizo.Dios te guarde.

+ Padre Miguel Ángel M. de D.

Sunday, October 31, 2010

Ángel

Espíritu soberano a quien pertenece mi guarda por la voluntad divina, que en este piadoso cuidado distribuye las jerarquías de los Ángeles para la tutela de los hombres: tú, parte esclarecida de su eterna milicia por la gracia con que permaneciste, sin perder la silla que tantos ángeles perdieron, te ruego me guíes y defiendas de la maldad de mis apetitos, de la debilidad de mi naturaleza, de las insolencias de mi voluntad, de la malicia de los pecadores, del ejemplo de los malos, del poder de los tiranos, de la venganza de mis enemigos, de la envidia de los espíritus amotinados que no perseveraron como tú, y pretenden que yo caiga como ellos.Ángel santo, yo no sé tu nombre para llamarte por él; mas sé tu oficio para valerme de él. Atiéndeme de suerte que mi alma logre tu cuidado, y mi vida tu inspiración, para que por ti en la gloria restaure tu encomendado el lugar que perdió tu compañero, y tú goces el fruto de tus advertimientos, y yo el de la obediencia; porque yo contigo, y por tu inspiración merezca el reino de la paz y de la gloria. Así lo conceda el que te crió con su poder, y me redimió con su sangre. Amén.


Francisco de Quevedo y Villegas.

Cáritas ayuda a 800.000 familias, el doble que antes de la crisis

Cáritas Española invirtió en 2009 más recursos en sus programas de ayuda, atendió a más personas y vio crecer el número de voluntarios y de socios que colaboran con la organización, según informó en Madrid su presidente, Rafael del Río.Destaca el crecimiento en el número de personas atendidas en sus programas de acogida y atención primaria (su ayuda de "urgencia", para el pago de luz, agua o alimentación), que pasó de 633.315 en 2008 a 786.273 en 2009, dato que representa el doble que en 2007 (370.251).

Friday, October 29, 2010

ESTADISTICAS SOBRE LA IGLESIA CATOLICA EN ESPAÑA

CIUDAD DEL VATICANO, 29 OCT 2010 (VIS).-Con motivo del próximo viajeapostólico de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona (6-7noviembre) se han publicado las estadísticas de la Iglesia católica enEspaña. Los datos, actualizados al 31 de diciembre de 2009, proceden de laOficina Central de Estadística de la Iglesia.
España tiene una superficie de 505.992 km2 y una población de 45.929.000habitantes, de los que 42.470.000 son católicos, es decir, el 92,5 % de lapoblación. Existen 70 circunscripciones eclesiásticas y 22.674 parroquias.Actualmente hay 124 obispos, 24.849 sacerdotes, 54.599 religiosos, 2.786miembros laicos de institutos seculares y 101.261 catequistas. Losseminaristas menores son 1.943 y los mayores 1.963.
Un total de 1.596.429 alumnos asisten a los 5.585 centros de educacióncatólicos, desde las escuelas maternas hasta la universidad. Por lo queconcierne a los centros caritativos y sociales de propiedad de la Iglesia oque son dirigidos por eclesiásticos o religiosos, en España hay: 93hospitales, 72 ambulatorios, 788 hogares para ancianos e inválidos, 435orfanatos y guarderías, 301 consultorios familiares y otros centros para laprotección de la vida, 3.036 centros especiales de educación o reeducaciónsocial y 400 instituciones de otro tipo.

VIS

Libro "Santo Rosario" San Josemaría


Thursday, October 28, 2010

La Iglesia enseña la dignidad de los hijos de Dios

CIUDAD DEL VATICANO, 28 OCT 2010 (VIS).-Los prelados de la ConferenciaNacional de Obispos de Brasil (Región nordeste V), que han finalizado suquinquenal visita "ad limina", fueron recibidos esta mañana por el SantoPadre.
"Hoy quisiera hablar con vosotros -dijo el Papa- de cómo la Iglesia, en sumisión de servir de fermento de la sociedad humana mediante el Evangelio,enseña al ser humano su dignidad de hijo de Dios y su vocación a la unióncon todos los hombres, de las cuales se derivan las exigencias de justicia ypaz social conformes a la sabiduría divina".
"Ante todo, el deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en lasociedad es más bien propio de los fieles laicos, que, como ciudadanoslibres y responsables, se esfuerzan por contribuir a una recta configuraciónde la vida social, respetando su legítima autonomía y el orden moralnatural", explicó el Santo Padre. "Vuestro deber, como obispos, junto convuestro clero es mediato, ya que os compete contribuir a la purificación dela razón y al despertar moral de las fuerzas necesarias para construir unasociedad justa y fraterna. Sin embargo, cuando los derechos fundamentales dela persona o la salvación de las almas lo exigen, los pastores tienen elgrave deber de emitir un juicio moral, incluso en temas políticos".
"A la hora de formular estos juicios, los pastores deben tener en cuentael valor absoluto de aquellos preceptos morales negativos que hacenmoralmente inaceptable la elección de una determinada acción intrínsecamentemala e incompatible con la dignidad humana. Esa decisión no puede serrescatada por la bondad de cualquier fin, intención, consecuencia ocircunstancia. Por lo tanto, sería totalmente falsa e ilusoria cualquierdefensa de los derechos humanos, políticos, económicos y sociales que noabarcase la vigorosa defensa del derecho a la vida desde la concepción hastala muerte natural. En el ámbito de la defensa de los más débiles ¿quién esmás indefenso que un niño no nacido o un paciente en estado vegetativo oterminal?"
"Cuando los proyectos políticos contemplan, de forma abierta o velada, ladespenalización del aborto o la eutanasia, el ideal democrático -que esverdaderamente tal cuando reconoce y tutela la dignidad de toda personahumana- es traicionado en su misma base. Por lo tanto, queridos hermanosen el episcopado, a la hora de defender la vida "no debemos temer lahostilidad y la impopularidad, rechazando todo compromiso y ambigüedad quenos conformarían con la mentalidad de este mundo", agregó el pontífice.
Para ayudar a los laicos a vivir su compromiso cristiano y socio-políticode una manera unificada y coherente hacen falta -afirmó el Santo Padre -"una catequesis social y una formación adecuada en la doctrina social de laIglesia. (...) Esto también significa que en algunas ocasiones, incluso lospastores deben recordar a todos los ciudadanos el derecho, que es también undeber, de utilizar libremente el voto para promover el bien común".
"En este punto la política y la fe se encuentran. La fe tiene, sin duda,su naturaleza específica del encuentro con el Dios vivo, que abre nuevoshorizontes mucho más allá de la esfera de la razón. (...) Sólo mediante elrespeto, la promoción y la enseñanza incansable de la naturalezatrascendente del ser humano, se puede construir una sociedad justa. (...)Dios debe encontrar un lugar en la esfera pública, con específica referenciaa la dimensión cultural, social, económica, y en particular política",afirmó el Papa, citando su encíclica "Caritas in veritate".
Benedicto XVI concluyó su discurso uniéndose al llamamiento de los obisposde Brasil en favor de la educación religiosa, y "más concretamente de laenseñanza plural y confesional de la religión en las escuelas públicas delEstado" y señalando que "la presencia de símbolos religiosos en la vidapública es a la vez recordatorio de la trascendencia del hombre y lagarantía de su respeto. Tienen un valor particular en el caso de Brasil,donde la religión católica es parte integrante de su historia".

VIS 20101028 (670)

Saturday, October 16, 2010

Octubre 2010. El Rosario, en auge

Desde León XIII (s. XIX), octubre es el mes dedicado al Rosario, predicado por Santo Domingo de Guzmán después de que la Virgen le dijera: “Domingo, siembras mucho y riegas poco”, y le recomendara este rezo para el fruto de sus predicaciones. Hoy, entre los católicos, está en auge. Después de la Santa Misa, es la oración más agradable a Dios, y tiene la virtud de unir a quienes se juntan para rezarlo. A muchos jóvenes les gusta lucirlo al cuello y llevarlo en el coche para que el Señor los proteja. La Virgen lo ha aconsejado en todas sus apariciones (Lourdes, Fátima …). El Beato Juan XXIII, “el Papa Bueno”, rezaba cada día las tres partes ( los 15 misterios). Juan Pablo II, el Papa Grande, dijo que era su “oración predilecta” y le añadió los misterios luminosos. También Benedicto XVI es gran devoto del Rosario, que une la oración vocal y la oración mental (mientras se dice la oración de alabanza y súplica se piensa en los misterios de la vida del Señor), poniendo el alma en conexión con la Virgen María, Mediadora de todas las gracias. Esta oración tan sencilla apacigua el espíritu, siembra esperanza y consigue del Señor lo que le pedimos con fe y amor. Hay que rezarlo con el corazón, evitando, así, la rutina.


Josefa Romo Garlito

Thursday, October 14, 2010

Carta del Arzobispo de Sevilla sobre el próximo congreso abortista

Queridos hermanos y hermanas:

En las últimas semanas no pocos cristianos de la Archidiócesis me habéis manifestado vuestra preocupación por la celebración en Sevilla de un congreso de ámbito mundial sobre el aborto, con la finalidad de compartir información, experiencias y nuevas técnicas para mejorar la calidad de las prácticas abortivas. Tendrá lugar entre los días 21 y 23 de octubre y, según parece, será financiado por instituciones públicas de la capital y la región. Algunos me habéis pedido que haga cuanto esté a mi alcance por impedirlo. Como podéis imaginar, no tengo en mis manos la posibilidad evitar su celebración, pero si tengo el deber de iluminar la conciencia de nuestros fieles sobre este acontecimiento que, a mi juicio, no va a ser un hito glorioso en la historia de nuestra ciudad. El pasado 4 de julio entró en vigor en España la llamada Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que en realidad no es otra cosa que una liberalización total del aborto, considerado como un derecho de la mujer, mientras se conculcan los más elementales derechos del hijo que lleva en sus entrañas. Su carácter legal no le confiere el marchamo de moralidad, pues no todo lo que es legal es moral. El aborto es siempre una inmoralidad, un mal objetivo; no es progreso sino regresión. En realidad es un “crimen abominable”, como lo calificó el Concilio Vaticano II (GS 51), por ser la eliminación voluntaria y querida de un ser humano a petición de sus progenitores, con el concurso de los médicos, los primeros, junto con los padres, que deberían tutelar esa vida naciente. ¿Y qué podemos hacer los cristianos ante el drama del aborto y ante la segura celebración del citado congreso? Una primera posibilidad es que nos sensibilicemos ante este tema auténticamente mayor, y que tratemos de sensibilizar a nuestros conciudadanos, muchos de los cuales aceptan casi sin pestañear la realidad del aborto en nombre del progreso y de la libertad de la mujer. La aceptación social del aborto es una realidad fatal, como reconociera el filósofo Julián Marías hace unos años, calificándola como uno de los acontecimientos más graves que han acaecido en el siglo XX. Algo parecido afirmó poco antes de su muerte el gran escritor Miguel Delibes.

En este sentido os invito a todos a difundir en vuestros ambientes, en vuestros hogares, en vuestros lugares de trabajo y en cualquier oportunidad, también en la catequesis y en la formación religiosa escolar, el Evangelio de la Vida, es decir, el valor sagrado de toda vida humana desde la fecundación hasta su ocaso natural, de modo que paulatinamente vayamos sustituyendo la mentalidad abortista y la “cultura de la muerte” por una cultura que acoja y promueva la vida. En diciembre de 2007, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución por la que se invitaba a los Estados miembros a instituir una moratoria en la aplicación de la pena de muerte. Dios quiera que llegue también el día en que el aborto sea suprimido de nuestras leyes y todos reconozcamos con vergüenza el inmenso y trágico error cometido en los siglos XX y XXI por la humanidad.

¿Qué más podemos hacer? Una forma sencilla de implicarnos en la defensa de la vida humana es rezar. La oración privada y pública es el alma de toda pastoral. También lo es de la defensa de la vida, don de Dios, del que nadie arbitrariamente puede disponer. Así lo reconocía el Papa Juan Pablo II en 1995 en la encíclica Evangelium vitae al decirnos que "es urgente una gran oración por la vida, que abarque al mundo entero. Que desde cada comunidad cristiana, desde cada grupo o asociación, desde cada familia y desde el corazón de cada creyente, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios, Creador y amante de la vida". Por ello, sugiero a los sacerdotes que en los días de la celebración del congreso tengan en cuenta esta intención en las preces de los fieles de la Santa Misa y en el rezo del Rosario en las parroquias, y que incluso programen algún acto especial de oración ante el Santísimo por esta causa. Lo pido también a las contemplativas, a las Hermandades en sus cultos y a los grupos y movimientos apostólicos. En todos los casos se puede concluir la oración con la bellísima plegaria a la Santísima Virgen que escribiera el Papa Juan Pablo II como colofón de la citada encíclica. Termino mi carta semanal manifestando mi respaldo y aliento a las instituciones, confesionales o no, que promueven iniciativas a favor de la vida y que ayudan a las madres en circunstancias difíciles para que acojan generosamente el fruto de sus entrañas. Pocas formas de acción social y de apostolado son hoy tan hermosas y urgentes como ésta. Dios quiera que seamos muchos, también las instancias públicas, los que les secundemos y ayudemos. Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.


*+ Juan José Asenjo PelegrinaArzobispo de Sevilla

Wednesday, October 06, 2010

Fidelidad

Si la existencia de Dios y la entrega a Él, como mejor modo de vida, tuviera una clara demostración matemática el asunto tendría poca gracia. Vista la cuestión con nitidez, los hombres virtuosos no dudarían en emprender ese camino y, paradójicamente, no tardarían en convertirse en unos necios. No llegarían a la meta porque no tendrían que jugársela en la aventura de la confianza. Sin embargo, lo que ocurre en realidad es que para ser fiel no hay evidencia; hay que confiar, es decir, amar cuando las cosas se ven claras y, sobre todo, cuando se ven oscuras. Por otra parte, volviendo a la hipótesis de esa deslumbrante y evidente verdad exacta máxima, los hombres que no quisieran deshacerse de sus vicios se atormentarían ante la evidente mala elección que supondrían sus acciones. Pero la gracia de esta trascendente cuestión está, como me enseñó un amigo, en que Dios está lo suficientemente claro para que el que quiera seguirle lo haga con más mérito y lo suficientemente oscuro para que el que lo rechace tenga menos culpa.

La fidelidad a Dios supone trasladar el centro de gravedad de nuestra personalidad a la Voluntad divina; y esto tiene gracia; gracia de Dios, sin la que no podríamos hacer semejante traslación. En esta especie de camino inesperado ocurre que se encuentra la propia y personal identidad. San Josemaría decía a los maridos que el camino que llevaba al cielo tenía el nombre de sus respectivas mujeres; y a las esposas les decía lo mismo en relación con sus maridos. Nótese que es un camino bien distinto al de uno mismo; y, sin embargo, es el que lleva a reconocer nuestro verdadero rostro en el amable semblante de Dios. Podrá parecer que este camino es tan áspero que en ocasiones tendremos que comer piedras negras, pero al final obtendremos una piedrecita blanca, con un nombre nuevo, de la que habla el Apocalipsis.

La senda de la fidelidad supone un revulsivo para la vida; Nietzsche, que se decía tan vitalista, no lo entendió. Por esto la alegría es la tonadilla de fondo de los que recorren el camino de la fidelidad. El ser humano es demasiado grande como para vivir para su gloria; que finalmente se refleja mezquina. La persona humana necesita ser fiel para ser persona. Se le otorgan límites, que debe aceptar, para que mirando a lo alto tienda mucho más allá de sí misma y supere de tal modo su propia limitación que se haga una criatura nueva. El hombre no precisa de un espejo eterno sino de una ventana a la eternidad. Los discretos preludios de la alta tensión de la Gloria de Dios son los que levantan una y mil veces a la persona fiel. Pero esta suerte de vida resulta ser, pese a los dolores y adversidades, muy feliz; porque uno descubre que es un personaje del mito real; como llamó Lewis a la visión cristiana del mundo.

La fidelidad es un sendero de sencillez y en tiempos donde campea la infidelidad hemos de deducir que las vidas de muchos se hacen complicadas. Si la esencia de la poesía es aceptar con paz la propia identidad, en armonía con el cosmos, no se puede pretender hacer un mundo a la medida de cada uno. Por esto parece que hay hoy pocos hombres y mujeres verdaderamente felices; porque no son románticos; porque no son fieles; porque no aceptan sus límites. La borrachera de autonomía personal ha cogido, misteriosamente, el micrófono de bastantes instituciones y medios de comunicación y está propagando a los cuatro vientos una sarta de estupideces que hacen la vida del hombre chabacana y desesperanzada. Se pretende ser fieles a la propia autonomía sacrificando al final la felicidad; en vez de fomentar el ser autónomamente fieles para acabar finalmente felices, sacrificando el propio egoísmo.Lo que sí está fuera de confusión son las vidas esculpidas de esas personas fieles que nos han dejado el testimonio de sus vidas enterizas, entregadas, alegres y responsables. Hombres y mujeres de Dios que han sabido vivir para los demás y que no se han dado importancia, ni se han dejado abatir por la magnitud de las propias miserias personales. Han sabido querer, han sabido confiar, y por esto son el referente fiel que nos sirve de guía. Así también nosotros tenemos la gozosa obligación cristiana de ser hombres y mujeres fieles, felices, aunque nos veamos muy lejos de serlo. Hemos de hacer de nuestra vida un cantar sencillo, decidido, luminoso, alegre, que sirva de referencia a otros muchos. Sólo con lógica –que nadie desprecia- no llegaremos a una vida tan fecunda; pero con la lógica de la confianza y de la fidelidad sí.

Nunca la fidelidad es una causa perdida porque por grandes que sean nuestras equivocaciones Dios nos es fiel siempre, nos perdona siempre que queramos ser perdonados y nos espera con Amor de Padre hasta el final.


José Ignacio Moreno Iturralde

Monday, July 26, 2010

Oración al Espíritu Santo

¡Oh, Espíritu Santo,
Amor del Padre y del Hijo!
Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo tengo que hablar,
cuando debo callar,
lo que debo escribir,
cómo debo actuar,
qué tengo que hacer
para procurar tu gloria,
el bien de las almas,
mi propia santificación.
¡Espíritu Santo!
Ilumina mi entendimiento
y fortifica mi voluntad.

Saturday, July 10, 2010

ACEPRENSA

Sigue temas de actualidad con un buen análisis y un enfoque cristiano en http://www.aceprensa.com/

Saturday, June 19, 2010

Misas de San Josemaría en España (2010)

Benedicto XVI a los sacerdotes (V): la vocación viene de Dios

El Corazón de Jesús y su Fiesta

En la octava del Corpus (11 de junio) se celebró la fiesta del Corazón de Jesús, que se apareció en Valladolid, en 1733, al Beato Bernardo de Hoyos, recientemente beatificado. La doctrina del Corazón de Jesús está anclada en las Sagradas Escrituras; pero el culto al Sagrado Corazón comienza en la Edad Media tras las apariciones del Señor a Santa Gertrudis la Grande (1280). Más tarde, se apareció en Francia a Santa Margarita María de Alacoque (s. XVII) y se propagó la devoción de los Nueve Primeros Viernes. En el siglo XVIII, tras aparecerse en Valladolid, el culto al Sagrado Corazón se extendió a toda España y a América. En el siglo XX se apareció a Santa Faustina Kowalska, canonizada por Juan Pablo II A Ella le dijo Jesús: Mi Corazón es la Fuente de la Misericordia sin límites”, “quien no quiera pasar por la puerta de la Misericordia tendrá que pasar por la puerta de la Justicia”, y le pidió que en la Octava de Pascua se celebrase la “Fiesta de la Misericordia”. Me llama la atención la aparición del Sagrado Corazón en “el siglo de las luces”, cuando se ensalzaba la razón, sin fijarse en que un hombre sin sentimientos es incapaz de aceptarse ni de querer a los demás. Por eso, la devoción al Corazón de Jesús es importante también desde el punto de vista psicológico, pues desde la mirada del Corazón de Cristo el del hombre se ablanda y puede surgir la autoestima y la estima a los demás. Nadie podrá decir, sin equivocación, que no tiene quien le quiera, pues Jesús tiene un Corazón amantísimo que no excluye a nadie: en él podemos encontrar misericordia, alivio y descanso; eso sí, para encontrar misericordia debemos practicarla “de alguna manera”.


Josefa R. Garlito

Sunday, June 06, 2010

La fiesta del Corpus Christi

Se hizo popular el dicho: Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. La fiesta del Corpus Christi o Día del Señor, que data del siglo XIII, fue instituida por el Papa Urbano IV en 1264 a raíz del famoso milagro eucarístico ocurrido en 1263 en la cripta de Santa Cristina en Bolsena (Italia), cuando, en la Santa Misa, brotó sangre de la Hostia Consagrada y manchó los corporales y el mármol del pavimento (todavía se observan los grumos de la preciosa Sangre del Redentor en la reliquia que se conserva en la catedral de Orvieto). De gran tradición en muchos países de América y en bastantes localidades españolas, la fiesta del Corpus coincide en bastantes sitios con las fiestas patronales y se mantiene en jueves. Es también fiesta oficial relevante en Austria, Suiza, Polonia, Portugal y en algunas zonas de Alemania. La procesión del Corpus es un acto expléndido de devoción al Señor Sacramentado. La famosa de Toledo fue declarada de Interés Turístico Internacional en 1980. Es el mismo Jesús, no una imagen sagrada, quien procesiona bajo palio en la Custodia, algunas de renombre como las del orfebre Enrique de Arfe.


Josefa Romo Garlito

Wednesday, June 02, 2010

Escultura de Cristo según la Sábana Santa

En www.dignidadhumana.com dentro de Documentos hemos puesto una presentación titulada Cristo-Sábana Santa. Se trata de una escultura de madera hecha según los datos científicos de la Sábana Santa de Turín.

Firma: Paremos el destrozo de las esculturas del Valle de Los Caídos

Thursday, May 27, 2010

Carta de un sacerdote al New York Times

Abril, 2010

Querido hermano y hermana periodista:

Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.

Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.

¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños... No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 años.

No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.

La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.

No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…

Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.

Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.

En Cristo,

P. Martín Lasarte sdb

(Angola – domboscolwena@hotmail.com)

Tuesday, May 25, 2010

Esquí, montaña y vida cristiana

Voy a hablar del esquí y de la montaña, pero cada uno puede sustituirlos por el deporte o la afición que prefiera. Cuando empecé a esquiar, 1974...¡ha nevado mucho!, el primer examen que hacía la Escuela Española de Esquí era el de “estrella de nieve”: giros elementales y primeras nociones. Si uno había estado con un grupo y con profesor se aprendía pronto y generalmente se aprobaba ese examen con facilidad, además de pasarlo en grande. Cada año aumentaba la dificultad: en la segunda temporada el examen se llamaba “águila de bronce”; también era sencillo superarlo. Las pruebas siguientes llevaban por nombre “águila de plata” y “águila de oro”. Éstas ya no era tan sencillo superarlas, y si uno lo conseguía sentía una gran satisfacción. La última prueba era la “flecha de competición”: Se trataba de bajar una pista de esquí ciñéndose a unos palos de competición que marcaban la trayectoria. Primero bajaba el experto monitor. Después cada esquiador tenía que intentar hacer, como mucho, un diez por ciento más que el crono marcado por el monitor. Aquello si era difícil; pero la ilusión era grande. Hubiera sido extraño que un águila de oro al que le facilitaran el examen a flecha no se hubiera animado a hacerlo. Cada alumno estaba haciendo historia en el esquí con mentalidad de pionero.

Pensaba en estas cosas cuando leí una frase que me interpeló; decía así: “Si vives como cristiano, o te sientes pionero, o te sientes idiota”. Vamos a ver: un cristiano con mentalidad de pionero ha enfocado bien su cristianismo. Un cristiano que se siente idiota ha desenfocado su vida cristiana.

En la vida de un esquiador hay decenas o centenares de caídas; pero con compañeros y la ayuda de un buen monitor uno se levanta las veces que haga falta. En la vida cristiana ocurre lo mismo: necesitamos un buen grupo y un buen monitor. Tenemos que sabernos queridos, ayudados y animados en tan noble empeño.

Cuando pasan los años uno recuerda aquellas medallas de esquí con cariño, pero es muy probable que se regalen a los hijos o a los sobrinos, aquello era algo de chavales. Las condecoraciones del cristiano no caducan; quedan en el alma. La vida cristiana, a diferencia del esquí, es como la ascensión a una cumbre: Hay momentos de todo tipo: simpáticos, soleados, oscuros y, algunas veces, duros. Pero con amigos y un buen guía se llega a la cima. Desde allí se ve un vista fantástica, el aire está limpio y uno se siente muy satisfecho. La persona humana está para subir a la cumbre; es en ese empeño donde es feliz. Dejo claro que es solo un ejemplo, que cambiaran a su gusto los que no les apetezca el trepar riscos.

No se trata de alo complicado: La Virgen María, dentro del misterio de ser Madre de Dios, llevó una vida normal, corriente, junto a Jesús y José, en los momentos gozosos, dolorosos y gloriosos. Ella puede ayudarnos a descubrir pistas asequibles, objetivas y cotidianas para retomar el pulso de nuestra vida cristiana.


José Ignacio Moreno

Saturday, May 22, 2010

El Espíritu Santo

Libros de bolsillo sobre el Papa


Sacerdotes que dejan huella

Con motivo del 150 aniversario del Santo Cura de Ars, Benedicto XVI proclamó “un especial Año Sacerdotal”, que termina el 19 de junio. En la historia cristiana, sobresale una pléyade de curas buenos, sin que falten los santos. ¿Quién no ha conocido u oído hablar de un cura así? Yo conozco a varios; pero quiero detenerme, ahora, en don Juan Carballo Nevado, un sacerdote natural de Santiago de Alcántara que ejerció su ministerio sacerdotal en Brozas, cuya iglesia parroquial de Santa María la Mayor guarda sus restos mortales. Un tío mío marchó con él a Brozas para que le diera clase. Las anécdotas que contaban en casa, de este cura del que decían “era un santo”, coinciden esencialmente con las referidas por sus familiares cercanos. Don Juan lo daba todo, y le parecía que él nada necesitaba. Cuanto llegaba a sus manos, desaparecía en un pispás: bastaba con que tropezara con un pobre por el camino (en su época, en Extremadura los había en tropel). Desde Santiago, los hermanos de don Juan le enviaban, con frecuencia, una caballería, cargadas de alimento las alforjas; pero, en seguida, su alacena quedaba vacía. ‘No puedo aguantar el sufrimiento de los pobres’, decía cuando le veían llegar a casa “descalzo”, unas veces; “sin pantalones” bajo la sotana, otras. En una ocasión, le regalaron la tela para una sotana, que no estrenó: antes de llegar a casa, vio a un pobre y…, lo de siempre. Dato curioso: los enfermos sabían que, siempre, después de recibir la visita de don Juan, encontrarían un regalito bajo la almohada.Una sobrina suya me cuenta que se encontró, en Madrid, con una personalidad que- le dijo- le debe su posición a su tío don Juan Carballo. El consejo de este cura a su padre, le convirtió, de “bala”, en un joven estudioso y honrado. Admirable: amante de la verdad, don Juan no permitía, a los suyos, decir una mentira; pero destacó, sobre todo, por su heroica y exquisita caridad. Impresionante: supo hacer realidad, en su vida, estos versos: “Abrir a todos mis brazos/ y consolar sus pesares,/ y entre risas y cantares, /darles la vida a pedazos” ( José Mª. Pemán).


Josefa Romo

Tuesday, May 11, 2010

La última cima: Película sobre el sacerdote español Don Pablo Domínguez, fallecido hace un año

Se está realizando una película sobre el sacerdote español Don Pablo Domínguez –antiguo alumno del colegio Tajamar-, que falleció hace un año en accidente de montaña. Dentro de una semana estará lista la web www.laultimacima.com Ahí se pondrán los días y lugares de estreno de esta película. Aquí van, de aperitivo, enlaces a dos trailers de la película:

http://vimeo.com/11618057

http://vimeo.com/11048903

Saturday, May 08, 2010

Ordenación de 32 sacerdotes, en directo por Internet

El sábado 8 de mayo a las 16 h., en la página web del Opus Dei podrá ver en directo la retransmisión de la ordenación sacerdotal de 32 sacerdotes de 13 países.

Carta del Prelado del Opus Dei, mayo 2010

La verdad de la propia vida

Nos interesa saber la verdad de las cosas: de un asunto familiar, de una calificación académica,...La verdad nos motiva. No se trata sólo de una cuestión de cabeza sino de toda nuestra realidad; por ejemplo: la veracidad de los sentimientos que muestran conmigo, o la veracidad de mis propios sentimientos.

La verdad tiende a buscar la unidad de los diversos aspectos de nuestra vida: familia, amigos y amigas, estudio, diversión. No es fácil encontrar la unidad de la verdad de todas estas cosas. Pero si renunciamos a encontrarla habrá trozos de nuestra vida que no vivimos en primera persona; más bien pasamos a ser una especie de espectadores pasivos de nuestra propia vida.

Siempre hay algo que no nos encaja bien: un problema familiar, de estudios, amigos, salud, carácter. No logramos que todo funcione.¿Qué interpretación podemos dar a esto? Una respuesta negativa sería decir que somos un “quiero y no puedo”. Otra respuesta positiva estaría en afirmar que el hombre tiene que salir de sí mismo, pedir ayuda y confiar.

Conocemos a personas que merecen nuestro crédito: nuestros padres, hermanos, amigos. Pero pueden fallar; incluso en cosas importantes. También nosotros podemos mentir a los demás. ¿Dónde podemos encontrar la seguridad de la verdad?... La necesitamos para vivir una vida llena de sentido, plenamente humana. Es importante esa verdad segura para no devaluar nuestra vida. Vemos fragmentos de esa seguridad cuando encontramos a la verdad encarnada; es decir: cuando vemos la verdad hecha amor: afirmación de los demás, ayuda, generosidad sin buscar nada a cambio. O sea, cuando vemos un ejemplo en la conducta de una persona veraz, que actúa por amor no una o dos veces, sino de modo estable, con las limitaciones de la condición humana. Nos percatamos de que esa persona actúa con una fuerza superior a sí misma. Una fuerza que es verdad y amor al mismo tiempo. Percibimos que esa persona tiene luz, tiene ángel; que en ella está actuando Dios.

Toda nuestra corporalidad puede expresar ese deseo de verdad y de amor; pero no de modo inmediato porque en nuestro espíritu hay compartimentos oscuros que contienen miedos, vergüenzas, incluso falsedades. Necesitamos una fuerza que nos renueve el corazón y que nos de luz sobre la verdad de nuestra propia vida, en medio de nuestras virtudes y de nuestras fragilidades.

El cristianismo revela que la mayor verdad se identifica con el mayor amor. Un Amor que quiere inmensamente a las criaturas y se pone a su nivel, educándolas en el amor. Las da a conocer, de un modo discreto y dialogante, el sentido de su espíritu y de su cuerpo. Pero esto es posible si los hombres se dejan querer por Él, si confían en Dios.

La Eucaristía y el modo de vivir que implica –la entrega- supone un espíritu nuevo...el hombre se endiosa y, por esto, se hace más humano. El hombre puede confiar o desconfiar, abrirse a la Verdad o cerrarse en sí mismo; como decía Chesterton “escoger la luz o la oscuridad, y cada uno tiene que elegir”.



José Ignacio Moreno Iturralde

Saturday, May 01, 2010

El Papa habla de la Virgen

A un padre tan querido


“Cuando una persona muere,
Dios acaba de amasar su existencia
para la eternidad.

Y en las manos de Dios, que nos amasa
una carne y un alma,
no se pierde ni una lágrima, ni un esfuerzo,
ni una ilusión, ni un sufrimiento,
ni un instante de la vida.

Con nosotros entra en la eternidad
la primera nevada,
el primer atardecer que nos ennobleció,
la primera música que nos hizo vibrar,
el primer amor de juventud,
nuestro padre que tanto nos quería,
los recuerdos mejores de esta vida”.

Eugueni Evtushenko, poeta ortodoxo ruso.

Monday, April 26, 2010

El ejemplo del Papa

Sobre Benedicto XVI se dicen muchas cosas. Yo quisiera resaltar una: su entrega heroica a las almas y su ferviente caridad. Tras una vida de generosidad eximia y duro sacrificio le toca ser sucesor de Pedro, y lo hace con la sencillez y la valentía de quien sabe que su vida es una donación que hay que hacer rendir al máximo. Como el Papa, millares de sacerdotes y laicos en la historia de la Iglesia han luchado contra sí mismos y contra todo tipo de persecuciones para llevar el maravilloso anuncio del Evangelio a todos lugares la tierra. El hecho de que se den a conocer algunos casos de mala conducta en algunos miembros de la Iglesia hace ver que se compone de hombres de carne y hueso, con capacidad de cometer errores y también de pedir perdón. Cuando con excusa de estos casos se emprende un ataque despiadado e injusto contra el Papa se activa de nuevo la lógica de la cruz; la auténtica piedra de escándalo que es el refugio y abrigo de todos los hombres de buena voluntad, especialmentelos más necesitados.


José Ignacio Moreno Iturralde

Monday, April 12, 2010

¿Conoces a Benedicto XVI? (Vídeo muy simpático)

Valor humano y divino de la pureza

Impactante noticia: El 25 de marzo de 2010, diez mil jóvenes en Ecuador se comprometieron vivir en pureza y castidad, a abstenerse “ de relaciones sexuales hasta el matrimonio y luego siendo fieles hasta la muerte”. Una bocanada de aire fresco en medio de noticias preocupantes que apuntan al aumento de enfermedades de transmisión sexual ( Sida, papiloma humano, resucitar de la sífilis…) como consecuencia del libertinaje y promiscuidad que viven muchos jóvenes, aupadas esas costumbres degradantes por campañas irresponsables del falso “sexo seguro”. La castidad es una virtud que apunta al Cielo ( “bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”) y a una vida saludable. Se trata de un valor humano cotizado a la baja como el agua; pero tan necesario como ella si queremos ser felices por dentro. Se le ha llamado la virtud de los fuertes, pues hace falta coraje para enfrentarla. No es propia de jóvenes de mantequilla que tienen por norte el “me apetece” y la mirada en los demás como objetos de placer, como si careciéramos de razón y de dominio propio. ¿Cómo se educa para la castidad? Hay que intentarlo mediante el cultivo de la reflexión y de la reciedumbre, para fortalecer la voluntad del joven y del adolescente. La pureza es la mejor preparación y garantía para un amor pleno y responsable, que desemboca en la felicidad.



Josefa Romo

Saturday, April 10, 2010

Los abusos conciernen a un reducido número de sacerdotes

El Papa y los abusos en EE.UU.: lo que el “Times” no cuenta

Domingo, 11 de abril: Fiesta de la Divina Misericordia

CRISTO DE LA MISERICORDIA
Según Sus revelaciones a Santa Faustina Kowalska en Polonia.
¡Jesús en vos confío!mensaje al pie del cuadro
"Oh Sangre y Agua,que brotaron del Corazón de Jesúscomo una Fuente de Misericordia para nosotros,en Vos confío..."
PROMESA DE JESÚS "Yo prometo al alma que venere ésta imagen que no perecerá ... Protegeré durante toda su vida, cual madre a su hijo, a las almas que propagaren el culto a Mi Misericordia; en la hora de la muerte no seré para ellos Juez sino Salvador..." -Promesa hecha durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia.

Friday, April 09, 2010

Oración

Un bosque con luz eléctrica es una horterada. Un bosque de noche es una ratonera. Cuando sale el sol la luz cambia totalmente el panorama y lo hace maravilloso. La oración es algo así: Nos permite ver más los acontecimientos de la vida con los ojos de Dios.

Rezar es hablar con Dios de tú a Tú; rehuyendo el anonimato. La oración supone ejercitar las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad. En la oración nos llenamos de visión sobrenatural. Todo el empeño del diablo está en que abandonemos la oración; sabe que así nos falta la tercera dimensión.

“In te, Domine, speravi”: en ti, Señor, esperé.-Y puse, con los medios humanos, mi oración y mi cruz.-Y mi esperanza no fue vana, ni jamás lo será: “non confundar in aeternum” (Camino, 95). La Cruz de cada día, la vemos haciendo oración. Con la oración le damos la vuelta a la tortilla.

Hemos de luchar por vivir siempre en gracia de Dios. Para esto hemos de frecuentar el sacramento de la confesión. Así, la oración nos ayudará a vivir más la vida de los hijos de Dios. Somos hombres limitados, con defectos, con meteduras de pata, a veces quizás de importancia. Esto no debe apartarnos de la oración: todo lo contrario.

Concretar: oración mental diaria. Es una cita con el Señor.Una sugerencia: al menos un cu arto de hora. Con algún libro que nos ayude: Evangelio, textos litúrgicos, Camino, etc. Mejor... de parado; en un buen momento. Hacer bien la oración introductoria. Apuntar alguna idea que salga en la oración. Sacar algún propósito muy concreto para mejorar la vida.

Puede parecer a veces un monólogo, una pérdida de tiempo, una comedia. Sin embargo le damos una gran alegría al Señor y a la Virgen. Un día la oración,... dos días,..dos meses, dos años..., veinte años. La oración perseverante nos cambia totalmente la vida.

Si tenemos dirección espiritual con algún sacerdote –algo muy conveniente- llevar esos consejos a la oración.

“Llamad y se os abrirá. Pedid y se os dará...” El Señor nos da garantías; pero hemos de pedir bien: hemos de buscar la Voluntad de Dios, que es amabilísima.

La oración es la actividad más productiva del hombre y la más enriquecedora.


José Ignacio Moreno

Tuesday, March 30, 2010

Homilía del Papa el Domingo de Ramos 2010

Queridos hermanos y hermanas,
¡queridos jóvenes!

El Evangelio de la bendición de las palmas, que hemos escuchado aquí reunidos en la Plaza de San Pedro, comienza con la frase: “Marchaba por delante subiendo a Jerusalén (Lc 19,28). Nada más empezar la liturgia de este día, la Iglesia anticipa su respuesta al Evangelio, diciendo: “Sigamos al Señor”. Con esto el tema del Domingo de Ramos está claramente expresado. Es el siguiente. Ser cristiano significa considerar el camino de Jesucristo como el camino correcto para el ser humano -como ese camino que conduce a la meta, a una humanidad plenamente realizada y auténtica. De manera particular, quiero repetir a todos los jóvenes, en esta XXV Jornada Mundial de la Juventud, que ser cristiano es un camino, o mejor: una peregrinación, un caminar junto a Jesucristo. Un caminar en esa dirección que Él nos ha indicado y nos indica.

¿Pero de qué dirección se trata? ¿Cómo se la encuentra? La fase de nuestro Evangelio ofrece dos indicaciones al respecto. En primer lugar dice que se trata de un ascenso. Esto tiene en primer lugar un significado muy concreto. Jericó, donde ha empezado la última parte de la peregrinación de Jesús, se encuentra a 250 metros bajo el nivel del mar, mientras que Jerusalén -la meta del camino- está a 740-780 metros sobre el nivel del mar: un ascenso de casi mil metros. Pero este camino exterior es sobre todo una imagen del movimiento interior de la existencia, que se realiza en el seguimiento de Cristo: es una ascensión a la verdadera altura del ser humano. La persona puede escoger un camino cómodo y evitar todo cansancio. Puede también descender hacia lo bajo, lo vulgar. Puede hundirse en el lodo de la mentira y la deshonestidad. Jesús camina delante de nosotros, y va hacia lo alto. Él nos conduce a lo que es grande, puro, nos conduce al aire saludable de las alturas: a la vida según verdad; al coraje que no se deja intimidar por el cotilleo de las opiniones dominantes; a la paciencia que soporta y sostiene al otro. Él conduce a la disponibilidad para los que sufren, los abandonados; a la fidelidad que está de parte del otro también cuando la situación se hace difícil. Conduce a la disponibilidad para proporcionar ayuda; a la bondad que no se deja desarmar ni por la ingratitud. Él nos conduce al amor -nos conduce a Dios.

“Marchaba por delante subiendo a Jerusalén”. Si leemos esta palabra del Evangelio en el contexto del camino de Jesús en su conjunto -un camino que, de hecho, prosigue hasta el fin de los tiempos- podemos descubrir en la indicación de la meta “Jerusalén” diversos niveles. Naturalmente en primer lugar debe entenderse simplemente el lugar “Jerusalén”: es la ciudad en la que se encontraba el Templo de Dios, cuya unicidad debía aludir a la unicidad de Dios mismo. Este lugar anuncia por tanto en primer lugar dos cosas: por un lado dice que Dios es uno solo en todo el mundo, supera inmensamente todos nuestros lugares y tiempos; es a ese Dios al que pertenece toda la creación. Es el Dios que todas las personas buscan en lo más profundo y de quien, de algún modo, todos tienen también conocimiento. Pero este Dios se ha dado un nombre. Se ha dado a conocer a nosotros, ha tenido una historia con los hombres; ha elegido a un hombre -Abraham- como punto de partida de esta historia. El Dios infinito es al mismo tiempo el Dios cercano. Él, que no puede ser encerrado en ningún edificio, quiere sin embargo habitar en medio de nosotros, estar totalmente con nosotros.

Si Jesús junto al Israel que peregrina sale hacia Jerusalén, va allí para celebrar con Israel la Pascua: el memorial de la liberación de Israel -memorial que, al mismo tiempo, es siempre esperanza de la libertad definitiva, que Dios dará. Y Jesús va a esta fiesta consciente de ser Él mismo el Cordero en el que se cumplirá lo que el Libro del Éxodo dice al respecto: un cordero sin defecto, macho, que al atardecer, ante los ojos de los hijos de Israel, es inmolado “ como rito perenne” (cf. Ex 12,5-6.14). Y finalmente Jesús sabe que su camino irá más lejos: no tendrá en la cruz su final. Sabe que su camino rasgará el velo entre este mundo y el mundo de Dios; que Él ascenderá hasta el trono de Dios y reconciliará a Dios y al hombre en su cuerpo. Sabe que su cuerpo resucitado será el nuevo sacrificio y el nuevo Templo; que en torno a Él, de las filas de los Ángeles y de los Santos, se formará la nueva Jerusalén que está en el cielo y está también ya en la tierra, porque en su pasión Él ha abierto los confines entre cielo y tierra. Su camino conduce más allá de la cima del monte del Templo hasta la altura de Dios mismo: es éste el gran ascenso al que nos invita a todos. Él permanece siempre con nosotros en la tierra y está ya siempre junto a Dios, Él nos guía en la tierra y más allá de la tierra.

Así, en la amplitud del ascenso de Jesús se hacen visibles las dimensiones de nuestro seguimiento -la meta a la que Él quiere conducirnos: hasta las alturas de Dios, a la comunión con Dios, al ser-con-Dios. Es ésta la verdadera meta, y la comunión con Él es el camino. La comunión con Cristo es un estar en camino, un permanente ascenso hacia la verdadera altitud de nuestra vocación. Caminar con Jesús es al mismo tiempo siempre un caminar en el “nosotros” de los que quieren seguirLe. Nos introduce en esta comunidad. Pero el camino a la vida verdadera, a un ser personas conforme al modelo del Hijo de Dios Jesucristo supera nuestras propias fuerzas, este caminar es siempre también un ser llevados. Nos encontramos, por así decirlo, en una cordada con Jesucristo -junto a Él en la ascensión a las alturas de Dios. El nos empuja y nos sostiene. Forma parte del seguimiento de Cristo que nos dejemos integrar en esa cordada; que aceptemos no poder hacerlo solos. Forma parte de él este acto de humildad, entrar en el “nosotros” de la Iglesia; agruparse en la cordada, la responsabilidad de la comunión -no romper la cuerda con la obstinación y la arrogancia. El humilde creer con la Iglesia, como estar soldados en la cordada del ascenso hacia Dios, es una condición esencial del seguimiento. De este estar en el conjunto de la cordada forma parte también el no comportarse como patrones de la Palabra de Dios, el no correr tras una idea equivocada de emancipación. La humildad del “ser-con” es esencial para el ascenso. Forma también parte de él que en los Sacramentos nos dejemos siempre de nuevo tomar de la mano por el Señor; que por Él nos dejemos purificar y vigorizar; que aceptemos la disciplina del ascenso, aunque estemos cansados.

Finalmente, debemos todavía decir: del ascenso a la altura de Jesucristo, del ascenso a la altura de Dios mismo forma parte la Cruz. Como en los asuntos de este mundo no se pueden lograr grandes resultados sin renuncia y duro ejercicio, como la alegría por un gran descubrimiento del conocimiento o por una verdadera capacidad operativa está ligada a la disciplina, de hecho, a la fatiga del aprendizaje, así también el camino a la vida misma, a la realización de la propia humanidad está ligado a la comunión con Aquel que ha subido a la altura de Dios a través de la Cruz. En última instancia, la Cruz es expresión de lo que significa el amor: sólo quien se pierde a sí mismo, se encuentra.

En resumen: el seguimiento de Cristo requiere como primer paso volver a despertar la nostalgia por el auténtico ser humano y así revivir por Dios. Requiere después entrar en la cordada de los que ascienden, en la comunión de la Iglesia. En el “nosotros” de la Iglesia entramos en comunión con el “Tú” de Jesucristo y alcanzamos así el camino hacia Dios. También se requiere escuchar la Palabra de Jesucristo y vivirla: en fe, esperanza y amor. Así estamos en camino a la Jerusalén definitiva y ya desde ahora, de algún modo, nos encontramos allí, en la comunión de todos los Santos de Dios.

Nuestra peregrinación en el seguimiento de Cristo por tanto no va hacia una ciudad terrena, sino hacia la nueva Ciudad de Dios que crece en medio de este mundo. La peregrinación hacia la Jerusalén terrestre, sin embargo, puede ser precisamente también para nosotros los cristianos un elemento útil para ese viaje mayor. Yo mismo he ligado a mi peregrinación a Tierra Santa del año pasado tres significados. Primero de todo he pensado que nos podría pasar en esa ocasión lo que san Juan dice al inicio de su Primera Carta: lo que hemos oído, lo podemos, en cierta manera, ver y tocar con nuestras manos (cf. 1 Jn 1,1). La fe en Jesucristo no es una invención legendaria. Se basa en una historia ocurrida realmente. Esta historia la podemos, por así decirlo, contemplar y tocar. Es conmovedor encontrarse en Nazaret en el lugar donde el Ángel se apareció a María y le transmitió la tarea de convertirse en la Madre del Redentor. Es conmovedor estar en Belén en el lugar donde el Verbo, hecho carne, vino a habitar entre nosotros; pisar la tierra santa en la que Dios quiso hacerse hombre y niño. Es conmovedor subir la escalera al Calvario hasta el lugar en el que Jesús murió por nosotros en la Cruz. Y estar finalmente ante el sepulcro vacío; rezar allí donde su santa alma reposó y donde al tercer día sucedió la resurrección. Seguir los caminos exteriores de Jesús debe ayudarnos a caminar más gozosamente y con una nueva certeza en el camino interior que Él nos ha indicado y que es Él mismo.

Cuando vamos a Tierra Santa como peregrinos, vamos también -y éste es el segundo aspecto- como mensajeros de la paz, con la oración por la paz; con la invitación fuerte a todos a hacer en ese lugar, que lleva en su nombre la palabra “paz”, todo lo posible para que se convierta verdaderamente en un lugar de paz. Así esta peregrinación es al mismo tiempo -como tercer aspecto- un estímulo para los cristianos a permanecer en el País de sus orígenes y a comprometerse intensamente en él por la paz.

Volvamos de nuevo a la liturgia del Domingo de Ramos. En la oración con la que se bendicen las palmas rezamos para que en la comunión con Cristo podamos dar el fruto de buenas obras. Por una interpretación errónea de san Pablo, se ha desarrollado repetidamente en el curso de la historia y también hoy, la opinión de que las buenas obras no formarían parte del ser cristiano, en todo caso serían insignificantes para la salvación de la persona. Pero si Pablo dice que las obras no pueden justificar a la persona, con ello no se opone a la importancia de actuar de una manera recta y, si él habla del fin de la Ley, no declara superados e irrelevantes los Diez Mandamientos. No hay necesidad ahora de reflexionar sobre toda la amplitud de la cuestión que interesaba al Apóstol. Es importante destacar que con el término “Ley” él no entiende los Diez Mandamientos, sino el complejo estilo de vida mediante el cual Israel debía protegerse contra las tentaciones del paganismo. Ahora, sin embargo, Cristo ha llevado a Dios a los paganos. A ellos no se les impone esa forma de distinción. A ellos se les da como Ley únicamente a Cristo. Pero esto significa el amor a Dios y al prójimo y todo lo que forma parte de él. Forman parte de este amor los Mandamientos leídos de una manera nueva y más profunda a partir de Cristo, esos Mandamientos que no son otros que las reglas fundamentales del verdadero amor: primero de todo y como principio fundamental la adoración de Dios, el primado de Dios, que los primeros tres Mandamientos expresan. Ellos nos dicen: sin Dios nada sale bien. Quién es ese Dios o cómo es Él, lo sabemos a partir de la persona de Jesucristo. Siguen después la santidad de la familia (cuarto Mandamiento), la santidad de la vida (quinto Mandamiento), las reglas del matrimonio (sexto Mandamiento), las reglas sociales (séptimo Mandamiento) y finalmente la inviolabilidad de la verdad (octavo Mandamiento). Todo es hoy de máxima actualidad y precisamente también en el sentido de san Pablo -si leemos íntegramente sus Cartas. “Dar fruto con las buenas obras”: al inicio de la Semana Santa pidamos al Señor que nos dé a todos nosotros cada vez más este fruto.

Al final del Evangelio para la bendición de las palmas oímos la aclamación con la que los peregrinos saludan a Jesús a las puertas de Jerusalén. Es la palabra del Salmo 118 (117), que originariamente los sacerdotes proclamaban desde la Ciudad Santa a los peregrinos, pero que, con el tiempo, se convirtió en expresión de la esperanza mesiánica: “Bendito el que viene en nombre del Señor” (Sal 118 [117],26; Lc 19,38). Los peregrinos ven en Jesús al Esperado, que viene en el nombre del Señor, o mejor, según el Evangelio de san Lucas, introducen una palabra más: “Bendito el que viene, el Rey, en nombre del Señor”. Y prosiguen con una aclamación que recuerda el mensaje de los Ángeles en Navidad, pero lo modifica de una manera que hace reflexionar. Los Ángeles habían hablado de la gloria de Dios en las alturas y de la paz en la tierra para los hombre de la benevolencia divina. Los peregrinos en la entrada de la Ciudad Santa dicen: “¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!”. Saben demasiado bien que en la tierra no hay paz. Y saben que el lugar de la paz es el cielo -saben que forma parte de la esencia del cielo ser lugar de paz. Así esta aclamación es expresión de una profunda pena y, también, es oración de esperanza: Que quien viene en nombre del Señor traiga a la tierra lo que está en los cielos. Su reinado se convierta en el reinado de Dios, presencia del cielo en la tierra. La Iglesia, antes de la consagración eucarística, canta la palabra del Salmo con el que Jesús es saludado antes de su entrada en la Ciudad Santa: ésta saluda a Jesús como el Rey que, viniendo de Dios, en nombre de Dios entra en medio de nosotros. También hoy este saludo gozoso es siempre súplica y esperanza. Roguemos al Señor para que nos traiga el cielo: la gloria de Dios y la paz de los hombres. Entendamos ese saludo en el espíritu de la petición del Padre Nuestro: “¡Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo!”. Sabemos que el cielo es cielo, lugar de la gloria y de la paz, porque en él reina totalmente la voluntad de Dios. Y sabemos que la tierra no es cielo hasta que en ella no se realiza la voluntad de Dios. Demos la bienvenida por tanto a Jesús que viene del cielo y roguémosle que nos ayude a conocer y a cumplir la voluntad de Dios. Que el reino de Dios entre en el mundo y así éste sea colmado con el esplendor de la paz. Amén.

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 28 de marzo de 2010
Homilía de Benedicto XVI en la Misa del Domingo de Ramos

Thursday, March 25, 2010

GUERRA AL CRISTIANISMO

Esta guerra al cristianismo no sería tan peligrosa si los cristianos la advirtiesen.
Por su especial interés damos a conocer una carta al director del periódico Corriere della Sera firmada por Marcello Pera. Pera es Senador de la República Italiana y profesor de filosofía, no es católico. Escribió diversos libros sobre la identidad cristiana de Europa, entre los que destacan: Senza radici, Pera, Marcello y Ratzinger, Joseph, Ed. Mondadori, Milano 2004: Perché dobbiamo dirci cristiani, Ed. Mondadori, Milano 2008, con prefacio del Papa Benedicto XVI.

Una agresión al Papa y a la democracia Carta al director de Marcello Pera (Corriere della Sera, Milán, 17-03-2010, pag. 23).

Estimado director:La cuestión de los sacerdotes pedófilos u homosexuales desencadenada últimamente en Alemania tiene como objetivo al Papa. Pero se cometería un grave error si se pensase que el golpe no irá más allá, dada la enormidad temeraria de la iniciativa. Y se cometería un error aún más grave si se sostuviese que la cuestión finalmente se cerrará pronto como tantas otras similares. No es así. Está en curso una guerra. No precisamente contra la persona del Papa ya que, en este terreno, es imposible. Benedicto XVI ha sido convertido en invulnerable por su imagen, por su serenidad, su claridad, firmeza y doctrina. Basta su sonrisa mansa para desbaratar un ejército de adversarios.No, la guerra es entre el laicismo y el cristianismo. Los laicistas saben bien que, si una mancha de fango llegase a la sotana blanca, se ensuciaría la Iglesia, y si fuera ensuciada la Iglesia lo sería también la religión cristiana. Por esto, los laicistas acompañan su campaña con preguntas del tipo «¿quién más llevará a sus hijos a la Iglesia?», o también «¿quién más mandará a sus chicos a una escuela católica?», o aún también «¿quién hará curar a sus pequeños en un hospital o una clínica católica?».Hace pocos días una laicista ha dejado escapar la intención. Ha escrito: «La entidad de la difusión del abuso sexual de niños de parte de sacerdotes socava la misma legitimidad de la Iglesia católica como garante de la educación de los más pequeños». No importa que esta sentencia carezca de pruebas, porque se esconde cuidadosamente «la entidad de la difusión»: ¿uno por ciento de sacerdotes pedófilos?, ¿diez por ciento?, ¿todos? No importa ni siquiera que la sentencia carezca de lógica: bastaría sustituir «sacerdotes» con «maestros», o con «políticos», o con «periodistas» para «socavar la legitimidad» de la escuela pública, del parlamento o de la prensa. Lo que importa es la insinuación, incluso a costa de lo grosero del argumento: los sacerdotes son pedófilos, por tanto la Iglesia no tiene ninguna autoridad moral, por ende la educación católica es peligrosa, luego el cristianismo es un engaño y un peligro.Esta guerra del laicismo contra el cristianismo es una batalla campal. Se debe llevar la memoria al nazismo y al comunismo para encontrar una similar. Cambian los medios, pero el fin es el mismo: hoy como ayer, lo que es necesario es la destrucción de la religión. Entonces Europa, pagó a esta furia destructora, el precio de la propia libertad. Es increíble que, sobre todo Alemania, mientras se golpea continuamente el pecho por el recuerdo de aquel precio que ella infligió a toda Europa, hoy, que ha vuelto a ser democrática, olvide y no comprenda que la misma democracia se perdería si se aniquilase el cristianismo. La destrucción de la religión comportó, en ese momento, la destrucción de la razón. Hoy no comportará el triunfo de la razón laicista, sino otra barbarie. En el plano ético, es la barbarie de quien asesina a un feto porque su vida dañaría la «salud psíquica» de la madre. De quien dice que un embrión es un «grumo de células» bueno para experimentos. De quien asesina a un anciano porque no tiene más una familia que lo cuide.De quien acelera el final de un hijo porque ya no está consciente y es incurable. De quien piensa que «progenitor A» y «progenitor B» es lo mismo que «padre» y «madre». De quien sostiene que la fe es como el coxis, un órgano que ya no participa en la evolución porque el hombre no tiene más necesidad de la cola y se mantiene erguido por sí mismo.O también, para considerar el lado político de la guerra de los laicistas al cristianismo, la barbarie será la destrucción de Europa. Porque, abatido el cristianismo, queda el multiculturalismo, que sostiene que cada grupo tiene derecho a la propia cultura. El relativismo, que piensa que cada cultura es tan buena como cualquier otra. El pacifismo que niega que existe el mal.Esta guerra al cristianismo no sería tan peligrosa si los cristianos la advirtiesen. En cambio, muchos de ellos participan de esa incomprensión. Son aquellos teólogos frustrados por la supremacía intelectual de Benedicto XVI. Aquellos obispos equívocos que sostienen que entrar en compromisos con la modernidad es el mejor modo de actualizar el mensaje cristiano. Aquellos cardenales en crisis de fe que comienzan a insinuar que el celibato de los sacerdotes no es un dogma y que tal vez sería mejor volver a pensarlo. Aquellos intelectuales católicos apocados que piensan que existe una «cuestión femenina» dentro de la Iglesia y un problema no resuelto entre cristianismo y sexualidad. Aquellas conferencias episcopales que equivocan en el orden del día y, mientras auspician la política de las fronteras abiertas a todos, no tienen el coraje de denunciar las agresiones que los cristianos sufren y las humillaciones que son obligados a padecer por ser todos, indiscriminadamente, llevados al banco de los acusados. O también aquellos embajadores venidos del Este, que exhiben un ministro de exteriores homosexual mientras atacan al Papa sobre cada argumento ético, o aquellos nacidos en el Oeste, que piensan que el Occidente debe ser «laico», es decir, anticristiano.La guerra de los laicistas continuará, entre otros motivos porque un Papa como Benedicto XVI, que sonríe pero no retrocede un milímetro, la alimenta. Pero si se comprende por qué no cambia, entonces se asume la situación y no se espera el próximo golpe. Quien se limita solamente a solidarizarse con él es uno que ha entrado en el huerto de los olivos de noche y a escondidas, o quizás es uno que no ha entendido para qué está allí.

Marcello Pera http://www.marcellopera.it/

Tuesday, March 23, 2010

Día 25 de marzo: Oración y Misa por la vida en la Catedral de la Almudena

En la Catedral de la Almudena tendrá lugar, este jueves 25 de marzo a las 19:00 horas, la Celebración diocesana por la Vida presidida por el Emmo.y Rvmo. Sr. D. Antonio Maria Rouco Varela, Cardenal-Arzobispo de Madrid. La Eucaristía será precedida por el rezo del Santo Rosario a las 18:30, que será guiado por diversas Asociaciones y Movimientos defensores de la vida y la familia.

Saturday, March 06, 2010

Manifestaciones “España Vida Sí”, en todo el país este domingo

Abuelos y nietos

Existen datos preocupantes del censo de Estados Unidos sobre el creciente número de menores que han de ser sustentados por sus abuelos: 2,4 millones de venerables ancianos se encargan de la crianza de 4,4 millones de nietos. El semanario The Economist informa que un tercio de estos abuelos, cabeza de familia, no habían terminado la enseñanza secundaria y que el 62% no habían pasado por la universidad. La Academia Americana de Psiquiatría para Niños y Adolescentes explica las causas: aumento de familias con un solo padre, alta tasa de divorcios, embarazos de adolescentes, incapacitación de los padres por prisión, alcoholismo, consumo de drogas y violencia doméstica. Los abuelos juegan en la educación de los nietos un papel muy importante; “ya que sirven como modelos de comportamiento, transmitiéndoles normas, actitudes y valores morales”, al tiempo que ellos reciben “la compañía y el amor de sus nietos”.

GABRIEL ROSELLÓ

Se convierte la "atea de remate"

Wednesday, March 03, 2010

Sigue adelante, chaval

Ahora que el fracaso escolar es tan grande, nos puede servir las palabras que se recogen en el libro “Siempre alegres para hacer felices a los demás”, de Jesús Urteaga, provenientes de un personaje norteamericano que cuenta con muchos fracasos en su infancia: “no podré olvidar jamás tres palabras de mi padre que cambiaron mi vida. Las dijo en un tranvía, entre dos campanadas del conductor. Tres palabras para ayudar y alentar a un chico”. Su padre era herrero, y trabajaba en una cochera de tranvías de Boston. El chico tenía entonces 17 años, y el resultado de los exámenes trimestrales fue catastrófico: “desilusionado con los resultados de mis exámenes, el padre director había concertado a toda prisa una entrevista con mi padre. La cita tenía que ser a última hora. Las luces de las calles estaban encendidas antes de que regresara a casa. Mi padre trabajaba diez horas diarias.
Recuerdo muy bien aquella noche fatídica. Cincuenta y tres años después puedo recordar perfectamente lo que ocurrió. A las ocho de la noche estábamos en el Seminario. Yo me temía lo peor y así fue. El rector le dijo a mi padre: ‘después de todo, Dios llama a sus hijos por caminos muy distintos, son pocos los llamados a la vida intelectual, y menos todavía los que alcanzan la vida sacerdotal; porque, no lo he dicho todavía, yo quería ser sacerdote.
Mi padre trató de defenderme por el fracaso de los exámenes, pero el rector le cortó en seco: ‘no debe usted afligirse. San José era carpintero. Dios encontrará trabajo para ese hijo suyo’. Nos despedimos. No había nada que hacer. Estaba claro que me expulsaban del colegio.
Como si fuera ayer, recuerdo aquella noche fría, oscura, húmeda. Fuimos a casa en silencio, cada uno dando vueltas a sus propios pensamientos. Los míos eran tristes. Al fin, demostrando indiferencia como suelen hacer los chicos, dije: ‘que se queden con su título. Conseguiré un empleo y te ayudaré en el trabajo, padre’.
Mi padre puso su mano sobre mi hombro y me dijo estas pocas palabras, que hoy las escribo por si pueden alentar a otros: ‘sigue adelante, hijo’. Y yo seguí”. Y a continuación iba la firma del que tenía ya setenta años cumplidos y que a los 17 expulsaron del colegio, porque no valía para estudiar para sacerdote. La firma decía: “Richard, Cardenal Cushing. Arzobispo de Boston”.


Pienso que también Juan Bautista Maria Vianney iba a dejar sus estudios para sacerdote por no saber latín, y también fue alentado pues él soñaba con salvar almas, y le dijo para animarle el rector: “piensa que si te vas, adiós almas”, y él se quedó. Y es el patrón de los sacerdotes. La perseverancia puede ser difícil a veces. Por ejemplo, los estudiantes a principios de año comienzan con "buenos propósitos", reflexiones sobre mejorar en nuestras virtudes y quitar defectos, tomar resoluciones firmes, cambiar. Todos hacemos propósitos, como hacer gimnasia o seguir una dieta o dejar de fumar... y ni siquiera un par de semanas pasan a veces, antes de que se olviden. La perseverancia es hermana de la fortaleza, para continuar por encima de las dificultades, más allá de las flaquezas o desánimos. Puede ser una verdadera lucha. A veces veo un chico en una escuela con cara de pena: “¿qué tal?” le pregunto. “Aburrido”, es la respuesta. Me entran ganas de decirle que por eso hemos pasado todos, que era muy cansado escuchar profesores que hablan y hablan... y no digamos luego, cuando ya en el trabajo les toca a algunos un jefe con neuras o paraonias, o una novia o un novio absorventes, o un marido o esposa celosos de cualquier relación humana que tenga su cónyuge, o tantas cosas que pueden hacernos romper los nervios, y muchos momentos de la vida difíciles.... pequeñas crisis o grandes huracanes, que nos muestran la cara oculta de esta vida que es hermosa, pero también es luchay si somos como un churro nos lleva la corriente como un barquito de papel, la menor llovizna nos hunde irremediablemente. Hace falta la fortaleza.
La perseverancia, ese esfuerzo continuado, es muy importante en la formación de una persona. Hay gente inconstante, que siguen siendo niños que se cansan de los proyectos que comienzan y cambian de rumbo constantemente. Recuerdo cómo unos niños se ofrecían para elevar unas persianas, yo les dejaba las manivelas y comenzaban ilusionados; como era tarea larga, si dejaba de mirarles e iba un momento a otro sitio, al volver a veces estaban las manivela pero no los niños: necesitaban alguien que les mirara, para sentirse útiles. Así muchos necesitan la gratificación inmediata, y no saben trabajar como en las tareas de campo, que el fruto llega después de mucho tiempo, sin que desfallezca la ilusión se van realizando los trabajos de arado y siembra..., mientras se sueña con la esperanza de recolectar. El valor de la perseverancia es muy necesario en un mundo cambiante, y da como fruto el gozo de poseer lo que aspirábamos, que a veces no llega sino al cabo del tiempo, pero disfrutamos en el camino por la esperanza de tenerlo, y mientras va madurando el carácter, con la estabilidad emocional, la confianza en uno mismo. El que persevera alcanza.



Llucià Pou Sabaté

Saturday, February 20, 2010

Vivir la Santa Misa


Javier Echevarría. Ed. Rialp.
El autor propone un itinerario espiritual que sigue de cerca el desarrollo de los ritos litúrgicos, y ofrece así a sacerdotes y seglares materia de meditación sobre la Santa Misa.

Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2010

Monday, February 15, 2010

El Santo Cura de Ars y la Eucaristía

La Eucaristía y la comunión (Palabras del Santo Cura de Ars)

"Todas las buenas obras juntas no equivalen al sacrificio de la Misa, porque son obras de los hombres, mientras la Santa Misa es obra de Dios.

No hay nada más grande que la Eucaristía.

¡Oh mi hijos!, ¿qué hace Nuestro Señor en el Sacramento de su amor? Ha tomado su corazón bueno para amarnos, y extrae de este corazón una transpiración de ternura y de misericordia para ahogar los pecados del mundo.

¡Allí está quien nos ama tanto! ¿Por qué no amarlo?

El nutrimento del alma es el cuerpo y la sangre de un Dios. ¡Si uno lo piensa, se puede perder por la eternidad en este abismo de amor!

Venid a la comunión, venid a Jesús, venid a vivir de Él, para vivir por Él.

El buen Dios, queriendo darse a nosotros en el sacramento de su amor, nos ha dado un deseo profundo y grande que sólo Él puede satisfacer.

¡La comunión produce en el alma como un golpe de fuelle en un fuego que comienza a apagarse, pero donde todavía hay muchas brasas!

Cuando hemos comulgado, si alguien nos dijera: “¿Qué os lleváis a casa"?, podríamos responder: “Me llevo el cielo.”

No decís que no sois dignos. Es cierto: no sois dignos, pero lo necesitáis".

Friday, January 29, 2010

CUERPO Y CULTO

Estamos en una sociedad que valora mucho el músculo, la fachada. Hasta tal punto que recuerdo a una persona inolvidable que, tras años de sufrimiento, comentaba con insólita guasa: “si por lo menos este maldita enfermedad me hubiera servido para mejorar el tipo...”. Hoy se habla del culto al cuerpo, pero...¿no será el cuerpo para el culto?, para el amor de verdad, el que nos hace ser mejores personas.


CUERPO Y RAZÓN

El cuerpo humano está lleno de finalidades, esas realidades inmateriales para las que los órganos están hechos. Por ejemplo: nosotros tenemos inteligencia y manos con las que hacer utensilios con ilimitadas posibilidades. Pero no estamos solamente para hacer utensilios –apañados estaríamos algunos- sino para llevar a cabo con nuestra vida una finalidad, una misión. El sentido de la vida del hombre configura a la propia persona. El ser humano es un punto entre dos coordenadas: el que es y el que tiende a ser. Ambos polos se influyen mutuamente, y es el segundo el que va por delante en la carrera. El cuerpo puede considerarse como el posicionamiento de una biografía en curso. Nuestro cuerpo acomete la vida. Con calma, con descanso, el cuerpo se pone en marcha porque el tiempo apremia. Por eso imagínense una biografía que se dedicara frecuentemente a mirarse delante de un espejo...¡Vaya espectáculo!

Nosotros vemos personas, no cuerpos. La corporalidad queda intrínsecamente afectada por la personalidad. La personalidad confiere al cuerpo su más significativo alcance. Por este motivo hay enfermos o impedidos cuya fantástico carácter destaca aun más desde su cuerpo discapacitado. Marginar la belleza personal respecto a la corporal es como tirar al niño y quedarse con la cuna. Se trata de algo importante: a los seres humanos nos repugna que nos traten como si fuéramos cosas porque eso es inhumano y en el fondo de ese mal comportamiento está la esclavitud.

La mente está hecha para buscar la verdad y contemplarla. La voluntad se mueve hacia el bien y en él se complace. El corazón tiende a unirse con aquello que ama. Nuestro cuerpo es la plasmación física de esas búsquedas y encuentros, a veces logrados, en otras ocasiones fallidos. La corporeidad no es una carcasa o un mero instrumento sino que forma parte de nuestra propia persona; pero lo que va contra la razón es reducirnos, en la práctica, a considerarnos meros cuerpos. Los materialismos pasados y presentes tienden a ver nuestras manifestaciones racionales como una especie de plus de energía en una materia evolucionada. Estas posturas desconocen que el propio orden de la naturaleza es inmaterial. La materia no puede ordenarse a sí misma porque no es capaz de dialogar consigo. Su asombrosa ordenación no proviene de ella.

Los rayos de luz están en la atmósfera pero no están hechos de oxígeno. Con las limitaciones de todo ejemplo, algo parecido ocurre con nuestra mente o espíritu respecto a nuestro cuerpo. La armónica y personal unión entre el espíritu humano y su materia propia no puede entenderse a nivel de partículas elementales.


Los actos de justicia y de generosidad necesitan de un ámbito físico para expresarse, pero no es lo más importante la armónica nariz del justo o los férreos abdominales del generoso. Una persona con virtudes ejemplares puede permitirse el lujo de ser chata o gordita sin el más mínimo desdoro.


CUERPO Y ORACIÓN

Toda esta reflexión elemental, que hoy es necesaria, nos mueve a pensamientos que parecen olvidados en la opinión pública. La persona humana estima un hermoso paisaje, se fascina al ver a su hijo pequeño, se alegra al reconocer a un amigo, llora ante la muerte de un familiar y se arrodilla ante Dios. La lógica de la creación es la lógica de la naturaleza con significado, la única posible, aunque no siempre la entendamos. Se trata de la misma lógica de la gratitud y del hogar. La familia es el nivel humano de la creación. Sin adoración no hay creación ni familia. La naturaleza tiene leyes tan inexorables como la familia, precisamente porque son creadas. La persona puede hacer de la naturaleza familia, en sentido estricto y amplio. No lo hará si desconoce el culto: sin oración la biografía se desencuaderna y pasa a ser una sucesión de hojas que parece desvanecerse.

La dimensión religiosa de la persona le es tan connatural como el sistema digestivo, y no es menos peligrosa la anemia del espíritu que la del cuerpo. La búsqueda de sentido no es una tendencia frustrada al quiero y no puedo. La religiosidad es la vocación frontal del hombre que se sabe criatura, lo que verdaderamente es. La adquisición de una u otra confesión religiosa es un derecho de la persona que implica una confesionalidad personal. Pero la dimensión religiosa del hombre no es confesional. Afirmar esto y marginar la presencia pública de la religión en la sociedad es mutilar al ser humano y privarle de un importantísimo derecho fundamental: esto lo que el laicismo ignora o quiere ignorar. La laicidad positiva de un Estado consiste en aceptar la naturaleza humana –que incluye la religión-, defenderla y potenciarla, teniendo en cuenta el bien común.

No se puede obligar a nadie a practicar una religión determinada, como tampoco se puede obligar a nadie a jugar al fútbol. En la victoria en uno u otro partido se juegan razones muy personales. Pero nadie sensato retirará de la vida pública un deporte interesante aunque muchos no le presten atención; incluso, aunque ese deporte se haya practicado mal en algunas ocasiones dando lugar a manifestaciones de violencia que deben ser ajenas a una auténtica deportividad.

Hemos estudiado en la historia que la religión cristiana –no hablo ahora de otras- ha sido un factor determinante en el amor entre los hombres, especialmente respecto a los más desfavorecidos y maltratados; el testimonio del crucifijo es muy significativo. Son millones y millones las personas que a lo largo de los siglos de cristianismo han encontrado paz y sentido para sus vidas y para la de sus seres más queridos. No existen estadísticas suficientes que puedan registrar la cantidad de actos de solidaridad humana, a nivel personal y social, en los que la religión cristiana ha tenido un papel relevante. Es verdad que la configuración política de la cristiandad ha llevado durante siglos a que la religión cristiana tuviera en diversos países una situación confesional, felizmente superada. No podremos entender esas épocas sin bucear en el arcano de la historia comprendiendo el contexto situacional de aquellos momentos. Por otra parte, países cristianos han entablado luchas entre sí en momentos en los que religión y política estaban profundamente imbricadas. Las razones de tales conflictos, como las llamadas guerras de religión, fueron fundamentalmente políticas. También es cierto que los cristianos han cometido errores por el hecho de ser hombres; pero cuando se equivocaron y cuando nos equivocamos no es por ser cristianos, sino precisamente por dejar de serlo. La religión cristiana ejemplar es la que vivió Jesucristo: una comunión de Amor y entrega por los hombres.


CUERPO E IGLESIA

La fe y la vida de fe nos dicen que el Cuerpo de Cristo es su Iglesia. La Eucaristía es el mismo cuerpo de Cristo resucitado y sacramentado: un Cuerpo que es para el culto y un culto que es para el Cuerpo. Un Cuerpo del que nos alimentamos los miembros de la Iglesia.

Dios es Dios; los hombres somos los hombres y Dios se hizo hijo del hombre, como dice la Tradición cristiana, para que el hombre se hiciera hijo de Dios. El hecho de que Dios Hijo haya asumido una naturaleza humana, la Encarnación del Verbo, supone una dotación de sentido definitiva para la persona humana y su corporalidad. El arte ha tratado innumerables veces de representar los gestos del Dios-con-nosotros, recorriendo todas las etapas de la vida del Redentor. Su Pasión y Muerte es un aval grandioso al sentido del sufrimiento y del dolor que acompaña con frecuencia la vida humana. El cuerpo del Señor resucitado produjo la entrada de la humanidad de Jesucristo en la Gloria.

Cuerpo y culto: Jesucristo trabajó, sonrió, rezó...Él se hizo para el hombre entrega, alimento, unión. Cuando la persona humana reza con su alma y con su cuerpo se dispone a adentrarse en un diálogo espiritual portador de interioridad y de vida. El culto a Dios lleva a imitar su ejemplo de entrega de sí. La oración hace entrar al ser humano en la lógica del amor y de la vida. Mediante el culto el amor se purifica y se revela fructífero. El culto hace así la cultura, la renueva en su raíz, la hace más humana, más fraterna, más cordial.


CUERPO Y RESURRECCIÓN

La Teología católica afirma que, tras la muerte, el alma sigue tendiendo hacia el cuerpo. Por este motivo el dogma de la resurrección de la carne no es un imposible metafísico. Cristo Resucitado supone la glorificación de la entrega de su vida , un enaltecimiento todavía solo visible para nosotros con la luz de la fe. Buscando una vertiente moral de tan grandioso misterio podríamos decir que la lógica de la resurrección es la lógica de vivir para los demás. Esta es la Vida de Cristo: una Vida ofrecida, donada hasta el extremo. El ejemplo de Cristo resucitado es el que hace resucitar tantas veces nuestro corazón para ser capaz de esforzarnos en querer a los demás.

Realmente uno solo lucha con gozo por dar la vida entera –obras, afectos y pensamientos- por un Dios que la ha dado por cada uno de nosotros. Es elocuente la escena evangélica de Emaús (Luc. 24,13-49). Dos de los discípulos están abatidos, desnortados por el “escándalo de la Cruz”. Son dos cristianos que han perdido el culto, la oración. Hablan con un sabio caminante al que no reconocen. Es en el progresivo diálogo con Cristo cuando lo reconocen resucitado en la Eucaristía. Revive entonces con impetuosa fuerza su vocación y van presurosos a buscar a los demás apóstoles y a la Madre del Resucitado.

Estas consideraciones cristianas pueden parecer demasiado elevadas, alejadas de las modas y las actitudes de muchas personas en su vida privada y pública. Pero la corporalidad humana es como es: esponsal. El cuerpo humano abraza a los seres queridos; en especial a Dios: al respecto es sumamente significativa la Eucaristía. Sólo de esta manera los hombres encontramos la paz interior. El buen gusto, también respecto al cuerpo, es el gusto de lo bueno: lo saben bien los artistas a quienes Benedicto XVI ha llamado recientemente “custodios de la belleza”.



José Ignacio Moreno Iturralde