Thursday, July 24, 2025

De la inquietud al alivio

A un buen amigo mío le robaron el portátil en un descuido. Cuando nos dimos cuenta, él casi si ni se inmutó y me dijo: me lo han robado; es un hecho. En ese dispositivo tenía mucho trabajo de la Fundación de la que es director. Mi amigo continuó trabajando con otras cosas, sin ningún aspaviento, y al día siguiente se compró otro ordenador. Tener una sangre fría y un autocontrol como el relatado no está alcance de muchos, pero es interesante saber que existen personas así.

Por otra parte, son admirables las personas que tienen una intensa calma, un “cuajo” para afrontar los problemas con serenidad. Puede que en esto influya bastante el temperamento, aunque también es precisa la virtud personal. Por supuesto, una saludable serenidad es algo totalmente distinto a la vagancia y la irresponsabilidad.

Lógicamente nos gusta que las cosas se cumplan según nuestras expectativas. Tendemos a controlar las situaciones y nuestra propia vida. Hay momentos en que queremos comernos el mundo con nuestras propias fuerzas. Pero no faltan las ocasiones en que esto no ocurre así, y nos damos cuenta del peso de nuestras limitaciones. Podemos experimentar contratiempos serios, ante los que no es sencillo reaccionar con calma.

Los reveses de la vida son considerados como una mala suerte o una desgracia, pero a lo mejor son algo más. La vida no es la ejecución automática de un programa; tiene que ver más con una aventura. Esto sucede porque somos libres en un mundo con muchas variables, que no controlamos. Necesitamos ganarnos la vida llevando a cabo buenos proyectos profesionales y sociales. Pero nos hace falta, aún más, nuestra familia y amigos para sentirnos queridos, ayudados, y seguros.

No se avanza más en el mar, desde la orilla, a base de intentar hacer siempre pie en el suelo… hay que nadar. Confiar en quienes queremos supone cierta vulnerabilidad porque entonces dependemos de estas personas. Por esto es clave encontrar alguien en quien confiar nuestra existencia. Tiene que tratarse de una búsqueda sincera con una meta segura, porque nuestra vida no puede regirse en última instancia por la casualidad.

Hay que poner todos los medios para conseguir las cosas buenas que queremos. Pero es frecuente que tengamos que hacer actos de confianza en cuestiones que van más allá de nuestras fuerzas. Esas cosas que no controlamos, pueden en ocasiones ser desagradables, pero también fructíferas. Nuestras inquietudes, nos pueden servir para encontrar nuestro más firme apoyo y alivio.



José Ignacio Moreno Iturralde 

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