Saturday, September 30, 2017

Medios de comunicación, persona y educación


Los medios de comunicación ofrecen un servicio muy importante para el conocimiento. Sin embargo, muchos contenidos de la prensa, de la radio, de la televisión e internet, tienen una visión parcial, cuando no deformada de la realidad. Es importante tener espíritu crítico ante estos contenidos.

Muchas verdades importantes no salen casi nunca en los medios de comunicación que, con frecuencia, ofrecen pobres aproximaciones. Hay que tener en cuenta que en la televisión vemos la realidad a través de unos ojos que no son los nuestros y que seleccionan lo que quieren enseñarnos.

Cuanto menos conocimiento se tiene de una cuestión, más se tiende a aceptar lo que aparece en televisión. Es inteligente tener una actitud activa ante los medios de comunicación, sabiendo seleccionar lo que nos conviene y contribuye a mejorar nuestra personalidad. Es importante tener una buena dieta informativa.

Internet está suponiendo una revolución en nuestra conducta. Sus posibilidades positivas son enormes. También lo son las negativas. Un aspecto de interés es la falta de criterios sólidos para enjuiciar los contenidos vertidos en la red. Mucha información es fiable, pero otra no lo es. En internet intervienen millones de personas y quien tiene más poder y más influencia no es siempre, ni mucho menos, el que tiene un conocimiento más profundo de la verdad de lo que se habla. Los datos buscados en internet pueden ser interesantes, pero la red no ofrece ninguna garantía seria de la profundidad de los conocimientos que en ella se exponen.

Por otra parte, puede ser importarse darse cuenta de que el cúmulo de noticias que está alcance de nuestra mano no es fácilmente asimilable. La persona es un ser moral que tiende a dar una interpretación y una respuesta ante las acciones que ve. Sin embargo, en los medios de comunicación se nos ofrecen múltiples cuestiones problemáticas ante las que podemos hacer muy poco. Por este motivo, es importante saber redimensionar la información y no olvidar que lo que verdaderamente podemos hacer se mueve principalmente en nuestro entorno más cercano o asequible a nuestras posibilidades reales de intervención en la sociedad.

Otro asunto de interés es saber gestionar la facilidad para comunicarnos que nos ofrecen las nuevas tecnologías con la atención al entorno real de las personas que tenemos alrededor de nosotros. No hay que confundir la comunicación con la compañía. Se puede estar muy comunicado y, al mismo tiempo, bastante solo. La compañía, y la comunicación personal cercana, es más importante que la mera comunicación.

Algunos preclaros pensadores apuestan por una civilización del conocimiento,  que rebase la actual cultura de la comunicación. Puede ayudar a tan noble propósito darse cuenta de que el conocimiento es un medio, no un fin. Nos parece que el fin del conocimiento, y de todas las demás capacidades descritas, es la cordial convivencia humana a diversos niveles. El amor es la única actividad que es un fin en sí misma porque se ancla en el respeto personal y en la afirmación de la vida. No se trata de saber muchas cosas sino mucho de las más importantes; y entre ellas destacan las relaciones interpersonales, que se basan en aprender a querer.


La educación que fomenta el amor por la verdad ha de hacerlo vida en la atención personalizada de cada alumno y de sus familias. La calidad académica, el aprendizaje de idiomas, la tecnología… son factores necesarios; pero solo una enseñanza será excelente si añade a estos aspectos una búsqueda de la verdad y del bien personales de cada uno de sus alumnos. Para esto, es muy importante dar ejemplo personal. Cuando, a través de la vida cotidiana, un adulto trata de ser un hombre o una mujer veraces, se está sembrando una referencia para los jóvenes.

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