Friday, July 15, 2022

Persona: distinguir entre capacidades y actos.

Cuando conozco algo o a alguien, hay una apertura previa de mi razón para conocer. Esta apertura o capacidad, que forma parte de mi persona, es anterior a mis actos concretos de conocimiento. Por otra parte, lo que primero capto de una realidad es que es, que existe. Esta captación es directa, la damos por sobreentendida, y es la base de todo razonamiento posterior. Existe una conexión inmediata entre la persona que conoce y la realidad conocida.

Lo anterior significa dos cosas. Por una parte, no tiene ningún sentido decir que no podemos llegar a conocer cómo son las cosas en sí mismas. Aunque, por supuesto, hay grados o niveles de conocimiento. Por otro lado, en mi persona hay algo previo a mis razonamientos: mi apertura al conocimiento o capacidad de conocer. Lo mismo podríamos decir respecto a nuestros afectos y a nuestra capacidad de querer, así como a ser queridos.

El conocimiento se basa en que podemos entender el sentido de la realidad. Como también queremos conocernos a nosotros mismos, tenemos que percatarnos de que nuestro ser tiene capacidades anteriores a nuestras operaciones. Puedo equivocarme al pensar, pero esto puede corregirse porque hay una disposición previa a conocer la realidad. Puedo equivocarme al querer, pero es posible corregir mis afectos porque tengo una capacidad de querer anterior a ellos. La libertad puede ser mal empleada, pero antes de esto tenemos la facultad de ser libres. Podemos no terminar de encontrar la felicidad, pero tenemos una evidente disposición hacia ella.

En definitiva, para poder discernir la veracidad de nuestros pensamientos y de nuestros afectos hemos de profundizar en el conocimiento de las capacidades previas de nuestro modo de ser humanos. Tales capacidades naturales son las adecuadas, como lo es tener un corazón y dos pulmones. Aunque una limitación física dificultara el ejercicio de una actividad, tal limitación afecta a los actos, no a las capacidades: no se es menos humano por estar en una silla de ruedas. Los actos concretos de nuestras capacidades son los que pueden ser correctos o erróneos. Su discernimiento ético radica en saber si nos están haciendo ser mejores personas o no. Cuando la respuesta es afirmativa, se debe a que tales actos están en consonancia con la rectitud de nuestras capacidades conectadas con la realidad a la que podemos conocer y querer. Los pensamientos, afectos y obras acertados nos hacen ser mejores.


José Ignacio Moreno Iturralde

No comments: