Gloria

Domingo, despunta el alba,
de alegría llora María
en el pecho de su Dios,
de su Jesús, de su Niño
que han matado,
y que ahora ha resucitado
con cicatrices gloriosas.
En Él se han cumplido todas
las promesas más hermosas.

Siete destellos de gracia
en el alma de María
siete heridas...¡ fueron tanto!
Ahora las atraviesan
dones de Espíritu Santo.

María Magdalena llora
ante el sepulcro vacío.
Un ángel blanco real
desbarata lo sombrío
con mensaje celestial.

Van tristes los de Emaús
fueron hombres de brío fuerte,
de fortuna y de suerte,
se iban a comer el mundo...
todo fue antaño goloso,
aventurero, maravilloso.
Y ahora estaban desolados,
desalentados, cansados
había muerto el Maestro,
el Taumaturgo, el Profeta
el que rezó el Padre Nuestro
y enseñó divina meta.
Se encuentran a un forastero,
que conoce el mundo entero,
arden sus corazones,
renacen sus ilusiones,
sus ojos no descubrían
lo que delante tenían.
Llega ya el atardecer; cae la noche
con cariñoso reproche
no le dejaran marchar,
Jesús parece jugar.


Y luego, al fin, se dan cuenta,
cuando el Señor parte el Pan.
La divina Eucaristía, la Misa de cada día
es todo un Dios que se da.
Qué distinta es la vida
del que vive esta Verdad.

Cristo va con sus amigos
que son llaga de alegría
Tomás no estaba ese día
y no lo quiso creer.
Humana desconfianza
de la que Dios saca fruto
Mete aquí, anda, tus dedos,
y tu mano en mi costado,
Tomás rompe su silencio frío:
“Señor mío y Dios mío”.

Peces, barcas, pescadores,
Jesús se les aparece,
Entre redes y entre brea,
está el Creador del mundo.
Días después, en Galilea,
les da un mensaje fecundo:
¡Que la savia de la Cruz
cambie la faz de la tierra!
es un mensaje de paz,
es un mensaje de guerra.
Y Dios da su Bendición
se nos ha ido con el Padre
el día de la Ascensión.

Vendrá el Espíritu Santo
haciendo a los hombres nuevos:
el Espíritu divino será herencia de lo humano
que esto es lo que define al cristiano.

En cuerpo y alma María
asunta es a los Cielos
madurísima de Amor
colmados ya sus anhelos.

Hija, Madre y Esposa
es Santa María de Dios
feliz es en esta tierra
el que camina con Vos.

Ella quiere que sea así
y de esto está orgullosa
cuando te ve a ti
con el alma generosa.

El Señor vendrá glorioso
lo dijo hace dos mil años:
no es decente ser tacaños.
Poco es la vida, muy poco,
para dar esta noticia,
quede siempre en la memoria:
hay gozo, hay dolor, hay gloria.

Grabado: http://www.tlig.org/assumption.jpg