Thursday, August 08, 2019

Comprensión


Para ser un buen conductor no se requiere solo reflejos y un buen conocimiento técnico, también hace falta una cosa muy importante: observar lo que los demás hacen en la carretera; esto puede prevenir muchos peligros. Por otra parte, un buen jugador de ajedrez no es solamente el que ingenia grandes jugadas, sino el que se pregunta qué habrá querido hacer mi oponente, cuando movió su última ficha. Ser inteligente tiene relación con ponerse en el lugar de la realidad; esto ha sido clave en la raíz de los descubrimientos científicos. Pero dentro de la realidad, hay que tener en cuenta especialmente a los demás.

Este ejercicio de comprensión no es solamente algo intelectual, sino también moral. La definición que da el diccionario de comprender es “encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro”. Recuerdo un buen amigo que sabía echar un capote, una disculpa, cuando otro metía la pata en algún comentario. No se trata de decir que lo que está mal está bien, sino de tratar a los otros como nos gustaría que nos trataran en circunstancias similares. Se ha escrito que la caridad está más que en dar, en comprender. Por supuesto, lo segundo no quita lo primero.

Comprender significa también animar al que está de capa caída. A lo mejor no conviene razonarle mucho una situación, sino simplemente darse una vuelta y tomarse algo con él. Aunque hay momentos en los que puede ser oportuno hacer ver que los errores pueden convertirse en aciertos, si se sabe sacar una buena lección de ellos. Además, si nunca cometiéramos errores probablemente seríamos unos tipos bastante creídos e insoportables. No quiere decir esto que barra libre para el error, mejor es no cometerlos. Pero dada nuestra naturaleza humana, que con tanta facilidad se equivoca, será bueno encontrar claves animantes para seguir mejorando.

La película ”El Doctor”[1] relata la historia de un cirujano muy prestigioso y muy prepotente. Enamorado de sí mismo, su trato con los pacientes dejaba mucho que desear en cuanto a educación y humanidad. Pero llega un momento en el que se pone este médico se pone seriamente enfermo y su vida y su actitud empiezan a cambiar[2].

Otra película significativa al respecto es “A propósito de Henry”[3]. Un abogado rico y sin escrúpulos va a cambiar la jerarquía de valores en su vida con motivo de un disparo que le propina un ladrón[4].La verdad es que hasta que no tenemos experiencia de la limitación, la enfermedad o la necesidad, es difícil que comprendamos bien a nuestros semejantes. A nadie le gusta pasar por estos trances, pero cuando vengan hemos de saber aprovecharlos para ser más humanos.


José Ignacio Moreno Iturralde



[1] El Doctor es una película estadounidense de 1991 dirigida por Randa Haines. Está basada en una versión libre del libro del Dr. Edward Rosenbaum 1988, A Taste Of My Own Medicine. El protagonista es William Hurt, como Jack MacKee, un doctor que experimenta una transformación en su visión de la vida, de la enfermedad y de las relaciones humanas.
[3] A propósito de Henry. Dirección: Mike Nichols. Reparto: Annette Bening, Bill Nunn, Donald Moffat, Harrison Ford, Mikki Allen, Nancy MarchandTítulo en V.O: Regarding Henry
Nacionalidad: USA.Año: 1991.Duración: 107. Género:  Drama. Guión: Jeffrey Abrams. Fotografía: Giuseppe Rotunno. Música: Hans Zimmer.
Sinopsis: Un abogado de éxito y fortuna recibe casualmente un disparo durante el atraco a un supermercado. Por culpa de ello su cerebro sufre una lesión muy grave, y como consecuencia, verá borrado todo su pasado y deberá empezar a vivir partiendo de cero.

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