Me has comprendido, cuando no me comprendo

Me has exigido cuando no me exijo,

y lo he entendido: me has querido como a un hijo.

Me has comprendido cuando no me comprendo,

me has valorado cuando no me valoro.

Has comprado con el oro,

de tu sangre derramada,

una vida nueva, esperanzada.

Todo problema es ahora entrenamiento,

toda negrura se vuelve blanca,

y aunque tanto nos cuesta el sufrimiento,

la vida se allana, sencilla y franca.

He notado tu ánimo paterno,

tu camino recto, tu luz clara,

y aunque sé más bien poco, casi nada,

entreveo tu animante mirada.

José Ignacio Moreno Iturralde