Thursday, May 26, 2016

Adolescencia, educación y juventud

Cuando se habla de adolescencia uno puede resoplar y pensar que se trata de un mal por el que hay que pasar. Respecto a la adolescencia y la juventud pensamos que ya sabemos mucho, puesto que nosotros mismos hemos pasado por ellas. Pero la verdad es que se nos pueden haber olvidado bastantes cosas y quizás sea necesario rejuvenecerse, al menos mentalmente, para entender mejor a nuestros hijos o alumnos. El libro de Bernabé Tierno titulado "La psicología de los jóvenes y adolescentes" ofrece un buen recorrido de las etapas psicológicas de las chicas y los chicos desde los 9 a los 20 años, ofreciendo consejos apoyados en datos científicos.  La adolescencia es tratada con especial profundidad abordando cuestiones importantes como la autoestima en estas edades, los cambios bruscos de comportamiento y las relaciones de los chicos en el colegio y en sus círculos sociales. Son abordados temas de problemática social como las drogas, el alcoholismo, la agresividad, o las fugas de casa.

Una de las cuestiones que pueden sernos de más provecho a los adultos es la necesidad de redoblar la calma y la serenidad a la hora de gestionar problemas de adolescentes y jóvenes. Ellos y ellas necesitan de nuestra exigencia e ideas claras, pero desde la comprensión, el respeto y, lo más costoso, desde una esmerada paciencia.

Algunos capítulos se dedican a los estudios, otros a la relación entre amor y sexualidad, así como a la educación en las virtudes humanas. Una de las ideas fuertes del libro es la importancia de educar a los jóvenes para que lleguen a ser personas equilibradas psicológica y afectivamente. También ofrece un capítulo titulado " Cómo lograr éxito en la vida" donde se nos ofrecen reflexiones muy realistas, como por ejemplo esta: "hay que contar con los fracasos y el miedo paralizante que los caracteriza. Lo correcto es aprender de la experiencia de cada fracaso para acercarnos antes al éxito y mantener siempre una firme actitud de confianza y esperanza".

Una vez, dando clase de Filosofía a alumnos de dieciséis años, hice una pregunta algo obtusa: " ¿Siempre hay una opción que es la mejor a la hora de elegir, o puede haber varias igualmente buenas? Me diréis que depende de lo que se trate...Me refiero a decisiones importantes, muy humanas, que hay que tomar alguna vez en la vida..." De repente, un chico que nunca tenía cara de muy buenos amigos me contestó lo siguiente: "Oiga profe, no habrá preguntas que es mejor dejar sin responder...". De lo que más aprende un profesor es de buenos libros y de sus alumnos. La educación en una aventura, bonita y dura, en la que se ayuda a formar a chicos y chicas para que elijan un buen papel en la vida. Cada chaval tiene un papel en esta vida que tiene que descubrir. Esta búsqueda de sentido es nuclear en la educación, sin ella la tarea educativa se convierte en un conjunto de disciplinas más o menos interesantes o aburridas, que no dan con el núcleo de la persona.

La educación debe ofrecer respuestas y plantar cuestiones, en múltiples disciplinas. Pero la pluralidad de materias no puede olvidar una idea del ser humano. Esto no es sembrar ideologías ni adoctrinar, en el sentido peyorativo que tienen estas palabras. La educación tiene que dar pistas para responder a las preguntas más existenciales del ser humano, para que cada uno luego haga lo que estime más oportuno. Por este motivo la enseñanza de materias humanísticas y morales, incluyendo la religión, tienen una especial relevancia educativa.

Cada persona, y muy especialmente los jóvenes, es un proyecto. Ser persona es atreverse a ser el que uno o una puede ser; un empeño donde los planteamientos más nobles han tenido siempre muy en cuenta el servicio a los demás.



José Ignacio Moreno Iturralde


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