Información sobre la fe cristiana y la dignidad humana en relación con el mundo actual
Saturday, January 28, 2023
Saturday, January 21, 2023
El hijo del alma.
Un hijo o una hija es una
fuente de ilusiones y de esperanzas. También puede serlo un nieto o un sobrino,
incluso un alumno. Un adulto deposita, con frecuencia, su esperanza sobre algún
joven muy apreciado. Es una fuente de alegría verle crecer y abrirse camino en
la vida. Pero, a veces, aquel joven toma un mal camino y nos hace
sufrir. Todo lo que habíamos invertido en él, o en ella, parece que se
desmorona. Aunque sabemos que existe la libertad, que la vida es una caja de
sorpresas y que siempre es tiempo de rectificar.
Por otra parte, también
cada uno de nosotros hemos sido ese joven tan querido, tal vez sin
que hayamos reflexionado mucho sobre esto. Ha pasado el tiempo y algunos
tenemos ya una edad respetable… ¿Podemos todavía tomarnos el lujo de considerar
que seguimos siendo un hijo del alma? Si encontramos una respuesta
afirmativa, entramos en una dimensión nueva y animante de la vida. Nos
damos cuenta de que si alguien nos valora así, no podemos defraudarle y tenemos
que mejorar.
José Ignacio Moreno
Iturralde
Thursday, January 19, 2023
La sacralidad de toda vida humana.
Respecto a la vida humana del
nonato, se ha ido imponiendo la mentalidad y la legislación que dan prioridad
al pretendido derecho de la mujer a decidir respecto al desarrollo del feto.
Hasta tal punto que quien contradiga esto es visto por amplios sectores como un
retrógrado o un enemigo de la mujer, como sucede actualmente en España. Sabemos
que esta mentalidad ha sido recientemente cuestionada por el Tribunal Supremo
de EEUU, quien ha considerado que el aborto no es un derecho constitucional en
su país.
Lo que quisiera destacar ahora es
que se ha eliminado de este debate la noción de la sacralidad de toda vida
humana. Elevar la dignidad humana a la categoría de sagrada puede ser rechazado
por entender que es un término confesional. Pienso que no es así, aunque tenga
un matiz religioso. La sacralidad de la vida humana y su consiguiente respeto
incondicional, es patrimonio de muchas religiones, y de escuelas éticas que no
profesan una religión concreta. Esta noción supone un profundo sentido de respeto
y gratitud ante la vida de cada uno de los seres humanos, sea cual fuere su
estadio de desarrollo. Eliminar una noción tan clave para la comprensión de nuestra
identidad es un error grave. Además de lo dicho antes, solo se acepta una no sacralidad
de la vida humana como una confesión democrática inapelable; y esto es un
tremendo abuso. Hasta tal punto, que hace olvidar un principio elemental de la
ética humana y del milenario decálogo judeocristiano: “no matarás”. El rechazo
ante esta argumentación se viste de una sectárea laicidad donde se unen una
autonomía individualista, un materialismo ideológico y un multimillonario
negocio inhumano.
Cuando se considera el valor
sagrado de la vida de todo ser humano ya no hay confrontación, sino
cooperación, ayuda solidaria a la mujer, al varón, y a su hijo. Este es el
exigente cimiento de una sociedad mucho más humana y justa; esa que a millones
de nonatos no se ha permitido ver. Por ellos, por todos y todas, podemos
cambiar hacia un mundo que valora y cuida toda vida humana.
José Ignacio Moreno Iturralde
Sunday, January 15, 2023
Regresar a la infancia, avanzar en madurez.
Cuando uno ha tenido una
infancia feliz no recuerda haber afrontado muchos retos. Las horas pasaban muy
despacio. Un verano era casi una eternidad de juegos. Toda aquella paz,
aderezada con algunos coscorrones y lloros, no se basaba demasiado en
ejercicios de realización personal, sino en la seguridad inconsciente en unos
padres incondicionales.
La vida ha ido pasando y
hemos ido tomando nuestras decisiones y compromisos. Nuestra vida de adultos
está llena de deseos de superación en todos los aspectos, aunque con frecuencia
nos sintamos superados. La sociedad postindustrial que hemos creado se mide por
títulos y por nóminas. Se trata del imperio de los procesos y de los métodos,
olvidando en ocasiones los fines y las verdades. Nos agotamos con facilidad
porque el hacer cosas se ha impuesto al sentido de por qué las hacemos. Todo
este estilo de vida del siglo XXI tiene aspectos estupendos, es el mundo en el
que vivimos, y es dónde tenemos que estar… ¿Pero no podríamos vivirlo de un
modo más humano, más cordial, más sereno? Me parece que, en algunos aspectos,
regresar a la infancia puede ser un modo de avanzar en madurez.
Quizás un modo de cambiar
sería valorar mucho más la realidad inmediata en la que nos desenvolvemos.
Disfrutar de la familia, observar con buen ánimo a los viandantes y tener una
decidida dimensión de servicio, son retos tan elementales como exigentes.
Parecen cosas simplonas, pero se trata de asuntos llenos de vida. Pero la
sencillez de las cosas a veces nos aterra, porque no la controlamos, porque nos
ha tocado, porque hemos olvidado la mirada del niño y, tal vez, su corazón.
Recuperando en la madurez esta sabiduría de la infancia, podemos centrar
nuestros esfuerzos en pocos retos, en los realmente importantes. Quizás así
podemos contribuir a hacer nuevas todas las cosas.
José Ignacio Moreno
Iturralde
Tuesday, January 10, 2023
Mentalidad de campeones.
Al pensar en campeones
nos podemos acordar de nuestros deportistas favoritos; o quizás de personas que
han conseguido triunfar notoriamente en su trabajo. Recordamos sus capacidades,
su esfuerzo y fortuna. Pero si lo que buscamos es a alguien que sea un
referente para nuestro modo de vivir, los logros más valiosos se ven de otra
manera. El genio de Wall Street nos puede dejar algo fríos, mientras que nos
entona bastante más la simpatía del tío Antonio. Una liga ganada es una buena alegría,
pero el modesto triunfo deportivo de un hijo nos hace cantar un alirón más
sonoro.
Si por campeón entendemos
una persona que busca obsesivamente su pódium, podemos tener una visión del
éxito reductiva e insignificante. Pero si lo que nos llama más la atención es
un estilo de vida positivo, en los días buenos y en los difíciles, podemos
encontrar muchas vidas discretas pero significativas.
Es estupendo ganar
trofeos y obtener logros, pero lo maravilloso es vivir afirmando la vida propia
y la de los demás. Los verdaderos
campeones no tienen poderes excepcionales, sino que han hecho de sus
fragilidades victorias. Se desaniman a veces, pero se dejan ayudar; alguna vez
fracasan, pero sacan experiencia; meten la pata, pero la sacan. Gestionar bien
las buenas temporadas es fácil. Lo que no es tan sencillo es plantarle cara a
una enfermedad crónica, o a un familiar especialmente cenizo. Hay personas
estupendas que son capaces de entrever vida incluso en la propia muerte, y no
estoy hablando de teorías.
No siempre tenemos el
ánimo de ir cantando por bulerías, pero siempre nos podemos abrir a afirmar la
vida propia y la de nuestros semejantes. Pienso que ésta es la mentalidad de
los campeones más importantes, aunque ni siquiera sepan que lo son.
José Ignacio Moreno Iturralde
Wednesday, January 04, 2023
Personas con estrella.
En medio de los problemas cotidianos,
contamos con algunas personas que son auténticas referencias para nosotros. Más
que en famosos, las hemos ido encontrando en nuestras relaciones familiares, de
amistad o profesionales. Nos importan sobre todo por cómo son, antes que por
sus logros humanos. Cada cual tendrá su experiencia, pero estas personas que
nos inspiran pueden tener cualidades comunes. Me parece que son gente realista,
con sentido común, simpatía y visión práctica de la vida. Han adquirido
compromisos humanos importantes, y también capacidad de pasarlo bien en la vida.
Tienen defectos, como todo el mundo, pero los acometen con deportividad. Se
trata de gente madura, que ha pasado por momentos difíciles y ha sabido
superarlos, dejándose ayudar.
Ante todo, son personas que transmiten
alegría de vivir y capacidad de querer; son cordiales. A uno le gustaría ser
como ellos o ellas, en su modo de ser. ¿Qué secreto tienen? ¿Por qué son así? Seguramente,
tiene que ver con su estilo de vida la sencillez y la generosidad. Aunque me
parece que el motor de todo esto no está solo en una disciplina interior, que
desde luego es necesaria, sino en algo externo a ellos mismos. No me refiero a
que les haya tocado el gordo de la lotería de Navidad. Aunque de alguna manera
son conscientes de que la propia vida es un gran regalo, y por esto tienen
gratitud. Hay algo más… y creo que consiste en que tienen presente su estrella:
han descubierto un sentido para su vida hondo y satisfactorio, que va más allá
de sí mismos. Por esto viven con paz, y cuando no es fácil mantenerla miran con
el potente telescopio de la humildad la luz alegre que les encamina.
Estas personas que son referencias para
nosotros, no saben que lo son; o no les parece que su vida tenga demasiados
motivos por los que ser una guía. Esto
nos anima a que quizás algún día, tal vez ya, sin darnos mucha cuenta, también
nosotros podemos ser personas con estrella.
José Ignacio Moreno Iturralde
Tuesday, January 03, 2023
Rectificar la idea de uno mismo.
Ahora que se acercan los Reyes Magos, podemos
aprender algo de los niños; por ejemplo: su ingenuidad, ilusión, y su apertura
a la realidad. También ellos tienen cosas que hay que corregir, pero sus
berrinches y lloros suelen ser bastante pasajeros y, en seguida, recobran la
alegría de vivir. A los adultos, en ocasiones, nos puede costar más. Somos más
complicados.
Cuando queremos intensamente a una persona,
hemos de examinar si la queremos por ella misma, o simplemente por una
satisfacción que me procura. Como decía C.S. Lewis, “cuando convertimos
nuestros amores humanos en dioses los transformamos en demonios”. Un amor es
verdadero cuando nos hace ser mejores personas; de lo contrario es falso.
Podemos tener experiencia de lo siguiente: siendo el corazón algo muy valioso,
a veces puede estar completamente ciego y, por esto, ha de dirigirse por la
inteligencia y la prudencia.
En la dimensión intelectual también
podemos engañarnos. Nos encanta ser reconocidos y valorados, como es normal.
Pero esta tendencia se puede inflar, haciendo que lleguemos a ser una especie
de adoradores de nuestra propia imagen. De este modo, nos vamos convirtiendo en
unos seres que causan rechazo: un creído resulta francamente insoportable. Sin
embargo, puede llegar un momento que esa persona altanera empieza a darse
cuenta de que no es ni apreciado, ni querido por quienes le rodean. Si además
tiene un revés de fortuna, o comete una notoria metedura de pata, el gigante
que había construido de sí mismo se puede desmoronar, y convertirse en alguien débil
y aturdido entre el montón de sus escombros. Esto nos puede pasar a todos.
Pienso que el motivo está en que no estamos hechos para ser imagen y semejanza
de nosotros mismos. Si la propia idea del yo es como un espejo, acabamos hartos
de nuestra vida. Estamos hechos para ser ventanas que se abren a la realidad,
especialmente la de los demás. Es así cuando nos entendemos. Descubrimos
entonces que hay personas que nos quieren y, por tanto, llenan de sentido
nuestra existencia.
El cristianismo afirma que somos imagen y
semejanza de Dios; es decir, que buscando esa infinita fuente de caridad y
alegría nos encontramos con nuestros semejantes y con nosotros mismos. Un buen
amigo quiere para nosotros lo mejor, que seamos felices. Ha de ser una felicidad
noble, que lleve consigo el esfuerzo de quitar obstáculos y defectos que nos
desvíen de lo verdadero. Si se trata del amigo divino, es lógico que a veces
haya cosas que no entendamos en lo que permite, pero con confianza en su bondad
y sabiduría nuestra mente, y todo nuestro ser, se llena de luz y de certeza. Es
entonces cuando descubrimos que algo que nos quitaba la paz, tal vez una idea
equivocada de nosotros mismos y de nuestra situación en la vida, es una
falsedad que no ha de ser tenida en cuenta.
José Ignacio Moreno Iturralde
Fiesta de la Sagrada Familia.
Con el lema “la
Familia, cuna de la vocación al amor”, el 30 de diciembre de 2022, la Iglesia
celebró universalmente la Fiesta de la Sagrada Familia; la familia de Jesús,
María y José, la familia de Nazaret, Esta familia es referente para todos los
cristianos. En ella, se descubren las virtudes que deben vivirse en la familia
para agradar a Dios y ser felices también aquí en la Tierra. Fue cosa principal
en ella, el cumplimiento de la voluntad de Dios, de donde parten todas las
virtudes. Cada uno en su puesto: María, como esposa y madre, atenta a las
necesidades de su esposo e hijo; lo mismo, José, solícito para cubrir las
necesidades de los de su casa: su hijo de adopción, del que Dios mismo le
encomendó su cuidado, y de su esposa, la mujer más pura y bondadosa que por la
Tierra ha pasado. ¡Qué privilegiado se vería José! A cada marido, Dios le
da su mujer, y no hay otra que la iguale, ni hay otra mejor para él. Y al
reverso. Pero hay quienes siempre miran- efecto de la envidia- fuera del hogar.
La Familia de Nazaret es el mayor tesoro
de Dios en la Tierra. Con gran amor, María y José acogieron al Hijo de Dios,
que se hizo carne en las entrañas purísimas de María, joven doncella adornada
de las más excelsas virtudes que pensarse pueda. En Ella está la gracia y la
hermosura en todo su ser. Al verla, el Ángel del Señor se asombra y exclama: “Salve,
llena de gracia, el Señor contigo está”. Y era tanta su humildad, que se
ruborizó y “no podía entender aquel saludo”. José tampoco puede
comprender la concepción milagrosa de María, su castísima esposa, pero obedece
al Ángel del Señor y la llevó consigo a su casa. El ángel le dijo: “lo que
hay en Ella es fruto del Espíritu Santo”.
Jesús, atento a la voluntad del Padre de
los Cielos, se somete fielmente a los deseos, sobre él, de María y José. La
obediencia es signo de humildad, y nada hay que agrade más a Dios que un
corazón humilde. Por eso, Dios siempre hace sus obras por medio de personas de
corazón humilde. Humildad, y obediencia como su mejor expresión, y amor apasionado
a Dios con fuerte deseo de cumplir su voluntad, fueron virtudes eminentes de la
Sagrada Familia, la familia del Señor. Que el Señor nos conceda, a los
cristianos, esas mismas virtudes que nos ayuden a vivir unos para los otros en
la familia y, así, a vivir para Dios. José y María se responsabilizaron el
uno del otro y, ambos, del hijo, que, además, era el Hijo de Dios. Nada ni
nadie ha de hacernos perder la conciencia de nuestra responsabilidad de padres
y esposos, ni de actuar en consecuencia.
Josefa Romo Garlito
Monday, January 02, 2023
Fidelidad matrimonial cristiana: la fuerza del sacramento.
Sunday, January 01, 2023
Lo verdaderamente importante.
Seguimos con interés la actualidad: las
infecciones de covid en China, la guerra de Ucrania, así como la pena que
muchos tenemos por el fallecimiento de un hombre tan bueno e inteligente como
Benedicto XVI.
Pensamos a menudo qué podemos hacer por el
mundo, al mismo tiempo que queremos promocionarnos profesional y económicamente
todo lo posible, como es lógico. Trabajamos duro, vamos rápido por la vida,
tenemos mucho que aprender y que lograr. Todo esto está muy bien, pero a veces
uno se pregunta qué es lo
verdaderamente importante. Entonces, nos damos más cuenta de lo decisivo que es
nuestro modo de ser personal, nuestra actitud en las cosas pequeñas y sencillas
de cada día. Sin embargo, la cordialidad, el buen humor o el afán de servir a
los demás, nos quedan a algunos, frecuentemente, como metas latentes a las que
prestamos poca atención para mejorar de manera concreta. Una pregunta bastante
demoledora es esta: ¿Soy la alegría de mi casa? Podemos desanimarnos al
responder; pero es más útil intentar serlo en cosas sencillas que alegren la
vida a los demás, contribuyendo así a que la mía sea la casa de la alegría.
De lo que estamos hablando es de una recia
escuela, que requiere de sacrificio y de propósitos serios para hacerla
realidad. Algo esconde la vida cotidiana, porque siendo tan asequible no
resulta fácil bordarla. A veces podemos tener problemas serios, pero en muchas
otras ocasiones nos amargamos con memeces que debiéramos rechazar de plano. Se
pone así de manifiesto nuestra patente debilidad: pudiendo cantar la gratitud,
preferimos en ocasiones la queja y el lamento. Sin embargo, esto puede ser
motivo de reírnos un poco de nosotros mismos, y darnos cuenta de que somos
seres filiales y dependientes. Necesitamos el ánimo de los que nos quieren.
También nos hacen falta luces más profundas para entender el enigma de la
realidad y el sentido profundo de nuestra vida.
Toda la revelación cristiana nos ofrece la llave de interpretación de los misterios más altos. Pero, al mismo tiempo, nos brinda la posibilidad de vivir con alegría y con esperanza la vida normal y corriente. Lo que tantos y tantas viven bien cada jornada, no sale con frecuencia en los medios de comunicación, pero queda grabado en las entrañas de los corazones y de la eternidad. Por esto pienso que la vida eterna, siendo inefable, tiene bastante que ver con levantarse por la mañana, tomar un café, salir al trabajo o ver un partido de fútbol. Tal vez el Cielo sea nuestra biografía en el mundo, sanada, querida y abierta a la mirada y la inmensidad de Dios. Entre tanto, cada día, cada instante, es una posibilidad de vivir mejor lo verdaderamente importante.
José Ignacio Moreno Iturralde