Así se llama una conocida barriada madrileña, muy próxima al parque del retiro. Junto a la calle Menéndez Pelayo, detrás de un seto alto, permanece semioculta una estatua del Niño que da nombre al barrio. La talla, olvidada y serenamente blanca, representa en tamaño real a un Niño Jesús de unos nueve años. Con un brazo amputado y su mirada hacia la tierra, la figura muestra una decisión redentora en su andar. Ante tanta ingratitud, ese Niño hierático y maltratado contiene un secreto jubiloso escondido para los ojos de tantos.
José Ignacio Moreno Iturralde
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