A muchas personas les gusta ser originales.
No me parece demasiado interesante buscar la originalidad por la línea de lo
raro o extravagante. Lo que resulta humanamente atractivo es buscar los
orígenes de uno mismo para dar una respuesta libre y personal, original, con la
propia vida. La dignidad humana tiene mucho que ver con esto, y se relaciona
con que los seres humanos somos individualmente únicos, irrepetibles. No
tenemos solamente historia, sino también biografía.
¿Por qué sé que hacer el bien y rechazar
el mal es lo adecuado, aunque a veces no sea consecuente? ¿Qué tiene la alegría
por lo que supera inmensamente a la tristeza, aunque tantas veces no sepa ser
alegre? ¿Por qué una persona normal quiere hacer de su vida algo que merezca la
pena y ayude a los demás? Todas estas
preguntas, tan sencillas como profundas, tienen que ver con lo que nos ha sido
dado: nuestra naturaleza humana.
La palabra naturaleza produce actualmente
urticaria en algunos pensadores y políticos. Lo natural les parece un freno a
la autonomía personal. Sin embargo, esto es precisamente lo que nos hace falta:
limitar la autonomía para poder colaborar y ver en cada ciudadano una persona,
antes que un amigo o un enemigo. La dignidad necesita de la autonomía, pero
realizada en la capacidad de convivir.
Cuando la autonomía, la libertad personal,
es un medio, la vida es una aventura que se dirige a alguna meta interesante.
Cuando la libertad se enrosca y se convierte en un fin para sí mismo, se
pervierte y termina por devorarse a sí misma. Recuerda la triste frase de
Sartre: ”el infierno son los otros”. Frase, quiero recordarlo, del que el
filósofo francés se retractó posteriormente.
Es importante valorar mi familia, mi
infancia, las amistades, la cultura y la historia de mi país, todas las ayudas
recibidas de tantas personas, incluso las adversidades de la vida a las que
puedo responder de un modo positivo. Entonces estoy en condiciones de
vislumbrar los atractivos caminos de la vida. Solo descubriendo los faros de
mis orígenes, que son muy anteriores a mí, sabré transmitir esa luz,
enriqueciéndola con un modo personal y original de vivir.
José Ignacio Moreno Iturralde
No comments:
Post a Comment