Monday, January 20, 2020

Un niño va a nacer




Un niño va a nacer,
y ha pillado de improviso,
se queda pequeño el piso,
corta es la cuenta corriente,
no sé que dirá la gente…

Mareos, médicos, apuros,
van a venir días duros;
pero una ilusión pura
ve en el niño una aventura.

Viene, ya está aquí, un soñador de mundos,
un astronauta, un torero,
una canción hecha vida preciosa al son de la trompeta.
¡Que aplauda el universo entero!
Que el ánimo grande vuele su cometa,
que amor y valentía,
repiquen su victoria, cada día.

Una nueva sonrisa, como un absoluto de inocencia,
una vida nueva que nos trae tanta decencia.
Tiene un rostro y un nombre,
ya llena el ambiente con simpatía.
Un niño va a nacer,
y es un cometa de alegría.




José Ignacio Moreno Iturralde



Saturday, January 11, 2020

Cuidar la vida humana hasta su fin natural


Ante la posible legislación del nuevo gobierno español respecto al final de la vida, quisiera hacer una breve consideración. Es claro que eliminar el dolor de un enfermo, todo lo posible, es algo muy bueno. Sin embargo, otra cosa distinta es la práctica de la eutanasia; es decir: la eliminación de esa vida humana. La compasión ante el sufrimiento no puede saltarse los límites de las atribuciones de todo hombre y de todo estado. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente, sean cuales fueren sus circunstancias. Una autonomía personal -incluso la del propio interesado- y estatal, que se arrogara este derecho, estaría en condiciones de recalificar múltiples circunstancias como propicias para la eutanasia. En regímenes políticos pasados y actuales, donde se practicó y practica la eutanasia, son muchos los testimonios de inducciones a la muerte sin consentimiento de los afectados.

Cuidar a una persona hasta su final natural puede ser algo duro y penoso; pero después de su muerte queda la satisfacción de haber cumplido con el deber de velar por el enfermo hasta el final. Nos ponemos entonces en nuestro sitio, siendo cuidadores de la vida, y damos un magnífico ejemplo de sociabilidad. Nuestros enfermos y mayores cuentan, y mucho, en una sociedad verdaderamente humana y solidaria.



José Ignacio Moreno Iturralde