Sunday, November 28, 2021

Memoria y aprendizaje


Un familiar me dijo en cierta ocasión que la memoria era como las ruedas de un coche. Puedes tener una buena dirección (inteligencia) y un estupendo motor (voluntad); pero si los neumáticos están en mal estado, el viaje puede ser penoso.

La memoria es solidaria del entendimiento. Está claro que estudiar de memoria algo que no se entiende, es frustrante y rechazable. Pero es de sentido común que si además de entender una cosa la memorizo, el conocimiento queda bastante más seguro. Los conocimientos memorizados nos ayudan a pensar y relacionar nuevas preguntas con más facilidad. Los contenidos son solidarios de las capacidades y las destrezas. Cuando un alumno aprende un contenido de modo memorístico, puede hacerlo también de un modo personal y significativo. Un contenido en la red es muy distinto de un contenido asumido y entendido personalmente. Este último es una fuente de enriquecimiento personal, no una carga.

Una capacidad que influye notoriamente en la memoria es la voluntad. Cuando alguien lee algo acerca de una afición que le apasiona, retiene bastante bien la información recibida, sin que haya hecho un esfuerzo memorístico notable. Sin embargo, cuando tengo que estudiar algo que resulta fastidioso la disposición para aprender puede verse reducida, si no hay un serio esfuerzo de la voluntad. Por tanto, si cuando estudie algo mi disposición es intentar aprender y saber acerca de lo estudiado, mi resultado será más satisfactorio. Si simplemente embotello unos datos que no me importan en absoluto, con gran facilidad saldrán muy pronto de mi mente si es que llegan a entrar bien. Quien entiende, memoriza y quiere no son las diversas facultades, sino una persona que integra estas capacidades.

Es cierto que hay personas que tienen más memoria que otras, pero la memoria también se puede aumentar y fortalecer ejercitándola. Por otra parte, técnicas de asociación de ideas y de organización de contenidos, pueden ser muy útiles para ayudar al aprendizaje. Recuerdo un amigo que ordenaba sus conocimientos, pensando en el armario de su habitación. Clasificaba lo memorizado según cajones y perchas… y le fue muy útil.

Todo alumno es un ser racional, libre y emocional. Cuando se explican los contenidos transmitiendo sabiduría, orden, pasión, exigencia y ánimo, los resultados suelen ser muy buenos. Tendemos a recordar con más facilidad las cosas que nos son más significativas emocionalmente. Esto es algo que los educadores han de tener en cuenta.


José Ignacio Moreno Iturralde

Sunday, November 14, 2021

La nueva infancia de la sabia madurez


Cuando uno es niño ve las cosas con ojos de felicidad. Todo es nuevo en un mundo que está por estrenar. La conciencia de la propia pequeñez y dependencia, se apoya con gusto en el cariño y la dirección de los padres. Se ven las cosas, aunque con episodios pasajeros de lloros y berrinches, con una luz blanca natural que hace la vida grata, llena de juegos y de ilusión. Más adelante hay una búsqueda de la propia identidad, unida a un cierto espíritu crítico de lo que nos rodea. Junto a esto, el joven siente deseos de soñar y de hacer con su vida algo grande. La generosidad y el egoísmo, la verdad y la mentira, entran en pugna; y cada uno va tomando sus propias decisiones.

La madurez, en la que ya se conoce algo más de los límites propios y los de la propia vida, es un periodo más realista, que nunca termina de concluir. Se ponderan los logros familiares y profesionales, y no es extraño que exista una búsqueda de experiencias nuevas ante la monotonía de la vida. Una persona que viva con acierto sabe pensar en los demás, relativizar sus problemas, ser fiel a sus compromisos, pedir ayuda cuando haga falta, trabajar con empeño, y disfrutar de las ocasiones que ofrece la vida. Más adelante puede suceder algo novedoso: se llega a descubrir que lo verdaderamente importante no es que sucedan cosas nuevas, sino que se vivan con novedad e ilusión las cuestiones normales de cada día. Es una especie de entrada a una segunda infancia, pero con una luz de más largo alcance.

La doctrina cristiana afirma que no es necesario esperar a la ancianidad, para darse cuenta de que lo verdaderamente importante es saber querer a las personas, especialmente a nuestros familiares y a nuestros semejantes más necesitados. La fuerza de la gracia divina, para la persona que procura vivir en ella, da una dimensión profunda y llena de sentido a nuestra vida cotidiana. Todos los dolores y adversidades de la vida pueden verse desde la humildad, con el periscopio de la fe y de la esperanza. Entonces se descubre, incluso en lo hondo de los valles más amargos, una chispa de la luz de la gloria, para la que este mundo es solo una precaria antesala.

Hay algo difícil, pese a ser desarmantemente sencillo: darse cuenta del milagro de la realidad, situándonos en la perspectiva correcta de la gratitud. Estrenar cada día, echarle salero a la vida, ejercitar la caridad con Dios y con los demás. Y cuando no nos salga una a derechas, podemos volvernos a levantarnos como lo hace el niño, seguro del regazo de su madre y de los brazos de su padre.

 

José Ignacio Moreno Iturralde

Wednesday, November 10, 2021

¿Por qué exigirse en las tutorías con los alumnos?

Es un buen servicio a los alumnos y sus familias, una atención personalizada a través de las tutorías. De especial relevancia son estas conversaciones en edades escolares. Los colegios e institutos que incorporan a su estilo una educación personalizada, tienen en las tutorías un medio excelente para conseguir una notable mejora escolar. Junto al profesor tutor de la clase, que aborda temas generales de ese curso, está la figura del tutor personal. Se trata del  mismo tutor de clase, u otro profesor, que habla periódicamente con unos cuantos alumnos; así como de vez en cuando con sus familias. Los problemas prácticos que lleva consigo esta tarea para llevarse a cabo, es la falta de tiempo o el no tratarse generalmente de una ocupación urgente.

Pienso que un buen profesor o profesora debe preocuparse esmeradamente del rendimiento de sus alumnos. No es buena práctica pedagógica desentenderse de los resultados de las evaluaciones, considerando que eso es problema exclusivo de cada chico o chica. Lógicamente, no se puede sustituir a los escolares en el esfuerzo y estudio personal. Pero siempre es posible hacer algo para aumentar la comprensión, la motivación y el ánimo de los jóvenes. A un profesor competente le da satisfacción ver que sus alumnos terminan el curso con unos buenos resultados académicos. Por supuesto, contando con una exigencia que no regala las notas.

Con todo este trabajo, la práctica de las tutorías puede relegarse a un segundo o tercer lugar; o incluso no llevarse a cabo. Sin embargo, una auténtica educación personalizada no puede desentenderse de una atención más global y eficaz de cada alumno. Sin invadir campos propios de la familia, y con un exquisito respeto a la libertad, las tutorías son un elemento de mejora para la profesionalidad de los educadores. Esto es así, si realmente se quiere llegar a una educación de alta calidad y llena de sentido humano. Si las tutorías con los alumnos y con sus familias forman parte del núcleo de la educación, y no de la periferia, llegaremos a una educación más nuclear y menos superficial. Las clases suman destrezas y conocimientos; las tutorías pueden multiplicarlos, porque ayudan a potenciar individualmente las capacidades personales de los alumnos.


José Ignacio Moreno Iturralde

Sunday, November 07, 2021

Estudio: inteligencia, voluntad y corazón.


 

Hay una característica muy propia del buen estudiante: su capacidad de concentración. Lógicamente variará según la edad, pero es muy diferente que un chico o una chica tenga capacidad de escuchar y atender; o, por el contrario, que se distraiga y disperse con enorme facilidad. En esto hay, sin duda, factores fisiológicos y temperamentales; pero también influyen poderosamente la libertad y la virtud personales.

Cuando un alumno se encuentra bien escuchando una clase, y aprovechándola, significa que tiene dominio sobre sí mismo. Esto hace que vaya fraguando una personalidad más fuerte. El esfuerzo en su estudio personal, en los trabajos que se le mandan y en la preparación de exámenes, refleja que ese estudiante se hace responsable de sus propias obligaciones. Este discurso de la virtud y de la fuerza de voluntad puede no estar de moda, pero es absolutamente nuclear en la vida de todo estudiante.

Para que un joven esté centrado en sus estudios es necesario que antes lo esté en su vida afectiva. Un chico o una chica que vive en un entorno familiar de cariño y amable exigencia, tiene lo fundamental para estar centrado en la vida. Sin esto, su capacidad de ánimo puede estar seriamente minada para afrontar sus estudios. Todo joven necesita que alguien crea en él, o en ella, le anime y le exija de un modo cordial y positivo. El corazón abre las posibilidades de la inteligencia y estimula a la voluntad.

Por otra parte, las razones del déficit de rendimiento escolar pueden ser muy variadas; incluso médicas. Los trastornos de aprendizaje más comunes tienen que ser diagnosticados y tenidos en cuenta por la familia, los profesores, y por los propios protagonistas que los sufren. Lo que es importante es hacer ver en esa dificultad una oportunidad de crecimiento personal. Todos los seres humanos tenemos limitaciones de un tipo o de otro. Saber gestionarlas es de vital importancia para sobreponernos y madurar.

El esfuerzo en el aprendizaje debe atender a la diversidad de los alumnos: con una atención tutorial personalizada y con el apoyo de los orientadores escolares. También debía serlo con una trayectoria escolar más plural y diferenciado, según las capacidades y aptitudes de los alumnos. El sistema educativo actual, al menos en España, sigue siendo en mi opinión muy uniformizador. Un concepto igualitario de la enseñanza lleva metiendo en la horma del mismo zapato a multitudes de estudiantes. Va siendo hora de un planteamiento menos ideológico, más libre y plural de la educación. No hay un solo camino para llegar a la meta; hay muchos, y es importante descubrir cuál es el mejor para cada alumno y alumna. En este sentido me parece importantísimo desarrollar una Formación Profesional de prestigio, desde edades más tempranas a los dieciséis años. Existen referencias suficientes para lograrlo, si hay una auténtica voluntad de servicio a los alumnos y a sus familias.

Otro aspecto de vital importancia es la capacidad del profesor por transmitir entusiasmo e interés hacia sus asignaturas. El arte de la enseñanza donde se conjugan autoridad, conocimiento, orden, pedagogía y sincera preocupación por los alumnos, es algo que no se improvisa. Requiere mucho tiempo, esfuerzo y motivación. Por este motivo, el cuidado y promoción de los profesores es clave para la educación; es decir: para el futuro del país. Estoy convencido de que un país donde la profesión de docente sea prestigiosa tiene una capacidad de desarrollo enorme.


José Ignacio Moreno Iturralde

Monday, November 01, 2021

El mensaje animante de los difuntos

En los dos primeros días de noviembre, los cementerios parecen convertirse en pueblos llenos de movimiento. Miles de familias llevan flores y visitan las tumbas de sus difuntos. Es como si la muerte no tuviera fuerza para romper los lazos familiares. Los cristianos creemos en la vida eterna y en que volveremos a ver a nuestros seres queridos; pero de momento la barrera parece infranqueable. Nos gustaría escuchar alguna palabra suya en nuestro interior, o atisbar alguna señal de ellos; pero no parece que ocurra así. A lo mejor es porque no empleamos un método adecuado. El don de la fe nos dice que los difuntos, que murieron en amistad con Dios, viven personalmente en Él. Y a Dios se llega por la humildad y la oración. Cuando procuramos elevar la mente y el corazón al Señor, dentro de lo personalísimo que esto resulta, no es difícil conectar con las ideas clave de la vida y darnos cuenta de lo verdaderamente importante. Entonces, al rezar contemplando la vida de nuestros difuntos, podemos entender con claridad algunas referencias de ánimo y de conversión, de paz y seguridad. Una oración sosegada es el mejor modo de escucharles. Ellos vivieron, trabajaron, rieron, lloraron, nos sacaron adelante, y lucharon contra sus defectos. Si procuraron hacer la voluntad de Dios, pueden experimentar ahora un periodo de purificación de sus almas, como antesala al Cielo, o estar ya el él con la compañía maravillosa de la Virgen María y de todos los santos. Esto último es por lo que rogamos, acogiéndonos a la misericordia divina.

Nosotros tendemos a percibir que lo más real es lo material que nos rodea. Sin embargo, las biografías de los que nos dejaron están inmersas, sin perder su personalidad, en la fuerza y consistencia de la vida de Dios. Algunos autores espirituales explican que en este mundo vemos el tapiz por el lado de los nudos, y que los colores y formas definitivas solo se contemplan en la eternidad. Las cosas importantes son, a veces, al revés de como parecen. Ya lo dice Jesús en el evangelio: “… ¿No habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados ”(Marcos 12, 18-27).

 

José Ignacio Moreno Iturralde