En medio de los problemas cotidianos,
contamos con algunas personas que son auténticas referencias para nosotros. Más
que en famosos, las hemos ido encontrando en nuestras relaciones familiares, de
amistad o profesionales. Nos importan sobre todo por cómo son, antes que por
sus logros humanos. Cada cual tendrá su experiencia, pero estas personas que
nos inspiran pueden tener cualidades comunes. Me parece que son gente realista,
con sentido común, simpatía y visión práctica de la vida. Han adquirido
compromisos humanos importantes, y también capacidad de pasarlo bien en la vida.
Tienen defectos, como todo el mundo, pero los acometen con deportividad. Se
trata de gente madura, que ha pasado por momentos difíciles y ha sabido
superarlos, dejándose ayudar.
Ante todo, son personas que transmiten
alegría de vivir y capacidad de querer; son cordiales. A uno le gustaría ser
como ellos o ellas, en su modo de ser. ¿Qué secreto tienen? ¿Por qué son así? Seguramente,
tiene que ver con su estilo de vida la sencillez y la generosidad. Aunque me
parece que el motor de todo esto no está solo en una disciplina interior, que
desde luego es necesaria, sino en algo externo a ellos mismos. No me refiero a
que les haya tocado el gordo de la lotería de Navidad. Aunque de alguna manera
son conscientes de que la propia vida es un gran regalo, y por esto tienen
gratitud. Hay algo más… y creo que consiste en que tienen presente su estrella:
han descubierto un sentido para su vida hondo y satisfactorio, que va más allá
de sí mismos. Por esto viven con paz, y cuando no es fácil mantenerla miran con
el potente telescopio de la humildad la luz alegre que les encamina.
Estas personas que son referencias para
nosotros, no saben que lo son; o no les parece que su vida tenga demasiados
motivos por los que ser una guía. Esto
nos anima a que quizás algún día, tal vez ya, sin darnos mucha cuenta, también
nosotros podemos ser personas con estrella.
José Ignacio Moreno Iturralde
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