Wednesday, December 28, 2022

Lógica de dominio y cuidado de la vida.

Se ha destacado la relación entre el consumo abusivo de la naturaleza y la lógica de dominio por un capitalismo inhumano respecto a los más pobres. El mismo afán de ganancias que destroza los ecosistemas, guarda parentesco con la indiferencia práctica respecto a las poblaciones más necesitadas y vulnerables, que se encuentran descartadas de los mercados. Sin embargo, pese a tener similitud respecto a los problemas anteriores, resulta duro   observar la universal aceptación de la industria del aborto voluntario. Existe un auténtico caparazón de insensibilidad respecto a la vida de centenares de miles de seres humanos nonatos, cuya existencia es arrojada literalmente a la basura cada año. Entiendo el gran apuro que lleva consigo un embarazo no deseado y las ayudas que en justicia se le debe a toda mujer necesitada, especialmente en los países pobres. Pero lo que algunos no aceptamos es la legalización de millares de muertes de hijos en gestación, como un síntoma de progreso y avance social. Tampoco aceptamos el millonario y sangriento negocio que esto lleva consigo.

Es evidente que cada uno y, sobre todo cada una, han de tener los hijos que quieran. Pero una vez concebidas las vidas humanas, cambian las premisas del problema; esto es lo que la lógica abortista falsea. Tal lógica se basa en que no se puede obligar a una mujer a tener a un hijo en ningún caso, si va contra su voluntad. Si así fuera, pienso que también se podría justificar la negación de ayuda a cualquier familiar próximo en serio apuro, si no quiero hacerlo. La lógica del aborto hace de la voluntad propia el origen de la ley, antes de cualquier otra consideración. Esto no es cierto: No tengo derecho a todo lo que quiero, como cualquier mente sensata admite. Los que hacen de la voluntad propio la única fuente de legalidad refuerzan las posturas de los tiranos; aquellos que hacen del derecho un mero ejercicio de fuerza contra los débiles.

Respecto a la cínica negación de que los nonatos no son seres humanos … ¿Por qué horroriza al abortismo la visualización de lo que producen sus actos? ¿Por qué tachan de fascistas a quienes muestran imágenes de la tremenda realidad que ellos provocan?

Un ecologismo acertado protege la naturaleza y la biodiversidad, distinguiendo la vida vegetal, animal y humana. Un mundo justo, con afán de una real igualdad, necesita de acciones personales y sociales concretas en favor de las personas más vulnerables. Un feminismo coherente es el que protege a la mujer y la ayuda y empodera, con exigencia y generosidad, en todas las etapas de su vida; no el que elimina a multitudes de niñas en gestación. No es feminista matar una sonrisa, ni olvidar que pesa menos un niño en los brazos que encima de la conciencia. No tiene nada de solidaridad ni de sororidad ocultar los problemas físicos y psicológicos que el aborto produce en la mujer que lo lleva a cabo.

El cuidado de la vida requiere admiración y gratitud ante la belleza de la vida, especialmente de la humana. Esto comporta un serio esfuerzo, pero es el motor de alegría personal y colectiva. El auge del aborto es la realización de una sociedad triste, egoísta e insolidaria. El cuidado de la vida es el del buen jardinero, el del hombre social, el de los padres que forjan un hogar familiar incondicional, el hábitat más propio para la vida humana y su desarrollo.


José Ignacio Moreno Iturralde

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