El comentario de Monseñor Munilla en su reciente artículo de felicitación navideña (www.enticonfio.org), que añado, es acertado. Es verdad que buscamos la felicidad fuera y no se encuentra sino dentro de uno mismo, cuando entramos en contacto con quien habita los corazones que le abren su puerta. La Felicidad sólo se encuentra encontrando a Dios, la Felicidad misma. Como llegó a decir San Agustín, el que probó todos los placeres carnales y la gloria de ser famoso y el profesor y filósofo más sabio e inteligente: " nos hashecho para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que te encuentra...Te buscaba fuera y estabas dentro"
Del texto del internauta Obispo de Palencia: "Una de nuestras tentaciones más frecuentes suele ser la de soñar con un cambio de escenario, como condición necesaria para lograr la felicidad deseada:"¡Si encontrase otro trabajo…! ¡Si pudiese marchar a otro lugar…! ¡Si cambiase esta situación adversa…!". Parece como si la felicidad fuesesiempre una reivindicación pendiente, condicionada al lugar y a las circunstancias que nos rodean… Sin embargo, cuando la tradición cristiana felicita las Navidades, no lo hace al modo de quien aspira a un anhelo, sino como un recordatorio del don que ya nos ha sido dado en Belén. Somos "ya" felices y dichosos, porque en Él lo tenemos todo. ¡El Cielo ya ha comenzado enla tierra: en todos aquellos que han acogido a Jesús, como el Hijo de Dios! Así es como esta Navidad viviremos unas fiestas verdaderamente"felices": si ponemos al Señor en el centro de nuestras vidas. Él llenará de paz nuestros corazones y nuestros hogares".
Keka Lorenzo de Astorga
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