Benedicto XVI, en el famoso discurso de Ratisbona, defendió la realidad espiritual de la libertad. Cualquiera que lea este discurso con calma puede ver que el Papa se distancia personal y expresamente de una cita histórica crítica del Paleólogo respecto al Islam. Tal cita fue asombrosamente mal interpretada. Por otra parte, recientemente, el Pontífice ha bautizado a un famoso periodista que antes era musulmán. De un modo comprometido y valiente, el Papa ha querido dar testimonio del derecho inalienable de libertad religiosa. Parece ser que bastantes musulmanes –de los que estoy convencido de que hay muchas cosas que aprender- no aceptan esta libertad ni su manifestación pública. En este último aspecto, curiosamente, coinciden con sectores occidentales laicistas que no ven una riqueza democrática en la expresión pública de la fe cristiana. Defensa de la libertad, amor a la verdad y valentía, son tres de las enseñanzas de Benedicto XVI que nos traen a la memoria la vida eximia de Juan Pablo II, en el tercer aniversario de su adiós.
José Ignacio Moreno Iturralde
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