Alucino con lo que está pasando en nuestra sociedad desde que los trenes de Atocha saltaron por los aires. Ahora algunos anticredo se atreven a burlarse en público de lo más sagrado; si pudieran, hasta del mismo Dios, misericordioso pero también justo. Los que se vanagloriaban con el Titanic, con soberbia escribieron en su quilla: "ni Dios puede hundirlo". ¿ Lo olvidamos? El 11-S neoyorkino ocurrió la víspera en que se prohibiría en el Parlamento la oración en las escuelas. Podríamos seguir contando.
En España se suceden las ofensas a la fe religiosa de la mayoría: uso burlesco y en algún caso hasta pornográfico, de lo sagrado. Lo último: la burla mediante imágenes, de la Pasión de Cristo en el Getafe Club de fútbol, sin que su presidente, Ángel Torres, se inmute; procesión blasfema con imágenes y símbolos cristianos, organizada por " Amics de les Arts en Tarrasa; mofa contra los sacerdotes y obispos y disfraz de la Virgen en el reciente desfile de homosexuales en Madrid, al que acuden algunos cargos del gobierno. ¿ Por qué en España no se exige el cumplimiento de los preceptos constitucionales y de las leyes a favor de la religión, si ésta es la cristiana? ¿ Por qué Zapatero defiende los derechos de mahometanos y permanece mudo cuando se conculcan los de los cristianos? Creo que algunos interpretan mal lo de poner la mejilla, pues se refiere a la ofensa personal. ¿ No deberemos reaccionar de modo cívico pero con contundencia, tanto individual como colectivamente? Dijo Jesús: "Al que me confiesa delante de los hombres, Yo le confesaré a él delante de mi Padre y de los ángeles de Dios".
Leónidas T. del Brío
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