Saturday, October 09, 2021

¿A dónde vamos con la educación?


En educación es importante pensar a dónde queremos llegar, qué es lo principal y qué es lo accesorio.

Todo ser humano quiere conocer el mundo que se abre ante su presencia. Al mismo tiempo que conoce la realidad, se va conociendo a sí mismo. El sentido de las cosas del mundo está antes fuera que dentro de sí mismas: ninguna estrella, o ser vivo, existe por su voluntad. También el sentido de nosotros mismos está antes fuera que dentro del propio yo: hay muchas cosas en nuestra vida que nos han sido otorgadas sin nuestro permiso. Esto encauza nuestro conocimiento y libertad, posibilitando el modo humano de llevarlos a cabo.

La realidad puede estudiarse desde sus cualidades, como hacen muchas ciencias experimentales; desde sus cantidades, como hace la matemática, y desde su modo de ser, como hace la filosofía. Un conocimiento profundo nos lleva a plantearnos el por qué mismo de la realidad. En este sentido la investigación científica, filosófica y artística, se complementa con las aportaciones de la religión, cuyos contenidos podemos aceptar libremente   por la confianza que nos inspira quien nos los revela. La realidad remite de alguna manera al autor de ella misma; cosa que es tan misteriosa como interesante para el conocimiento humano. Todas estas dimensiones se complementan unas a otras, dándonos un conocimiento más completo del significado de la vida.

Nuestra libertad tiende a los bienes y a las personas. La calidad de las relaciones con los demás influye enormemente sobre nuestra felicidad. La capacidad de convivir con nuestros semejantes, pone a prueba nuestra categoría personal. Saber querer a los demás, pese a sus defectos que no supongan una injusticia, es algo que nos engrandece. Entre los ámbitos de convivencia destaca el familiar. En la familia es donde más nos quieren, donde hemos aprendido a amar. La familia es el primer núcleo de humanidad, de educación y de socialización. Generalmente un padre y una madre piensan frecuentemente en sus hijos, afrontando muchos sacrificios para sacarlos adelante. Nuestros padres son verdaderamente originales para nosotros, porque son irrepetibles. Esa capacidad de ser queridos y de querer, podemos reflejarla en buena medida con nuestros amigos, compañeros y conciudadanos.

Un buen conocimiento del mundo y una buena convivencia con los demás es algo de un valor incalculable. La educación, en sus diversos niveles, puede ayudar notoriamente a entrelazar estos aspectos. Solo desde un conocimiento profundo de lo que es el ser humano, podemos hacer una enseñanza más humana y eficaz.

Hablo ahora de algunas cuestiones concretas, entre otras muchas que se podrían tratar. Junto con una metodología y una tecnología propias de nuestra época, es preciso recorrer en profundidad los grados del conocimiento. Por ejemplo: una buena educación humanística es clave para educar a alumnos libres, con personalidad y creatividad. Lógicamente es importante la enseñanza de idiomas para los alumnos, pero en primer lugar deben conocer bien su lengua nativa, pues es en la que piensan. Para esto es importante fomentar la lectura. Por otra parte, toda la innovación educativa es un síntoma de vitalidad docente irrenunciable, siempre que sepa hacia donde se dirige.

Respecto a la convivencia y la capacidad afectiva, emocional y virtuosa de los jóvenes, un colegio competente debe cuidar algunos aspectos. Las entrevistas con las familias de los chicos a través de un profesor encargado, así como la atención personalizada a cada chico y chica mediante conversaciones periódicas entre los alumnos y un profesor o profesora. También es muy relevante el papel del orientador escolar, que tiene especiales conocimientos pedagógicos, como agente clave de atención a la diversidad. Si estas cosas se llevan a la práctica, el grado de satisfacción escolar mejora enormemente. También es muy importante educar en la libertad y en la irrenunciable responsabilidad de las propias acciones. Por otra parte, cuidar a los profesores es algo que no se puede quedar solo en buenas palabras.

Cuando la educación escolar se apoya en el núcleo de la educación familiar, el conocimiento y el corazón de los alumnos puede abrirse a la aventura del conocimiento y de la convivencia. Con esfuerzos, superando errores, y con ilusión de vivir, los jóvenes se abren a la aventura del conocimiento, que está unida personalmente a la escuela de la vida cordial y de amistad, generadora de una civilización con esperanza.


José Ignacio Moreno Iturralde

No comments: