Carta abierta al Ministro de Igualdad
Sr. Ministro de Igualdad, usted responde
sobre el aborto: “Yo soy católico, pero la religión está en un
lado y la política está en el otro otro y yo lo respeto todo». No
es igual llamarse católico que serlo, ni respetar todo que respetarlos a todos.
El "nasciturus" es un ser humano inocente, cuya vida debe defenderse:
no es una cosa ni un terrorista a batir por irremediable y peligroso. Muchos
dejarán de votar al PP porque ha declinado la defensa prometida del niño
nonato. Ha dejado de ser el baluarte de los valores de nuestra civilización, en
los que la defensa de la vida ocupa el primer puesto. La reforma del
innecesario consentimiento paterno a las menores, no era sino el
absurdo para que pudiera haber un consenso - pero si ya se le escapó
a una ex-ministra socialista, en 13TV, que estaba esperando que el
PP retirara ese punto-. El meollo en la ley de aborto libre de ZP,
es la negación del reconocimiento del derecho a la vida del niño nonato. La
defensa del "nasciturus" no es asunto baladí: con la vida, no se
negocia, y su defensa es fundamental en política, de cualquier signo que sea la
formación; si, además, se es católico, como usted confiesa serlo, y
no se defiende la vida, a la vista está la incongruencia. Como decía
la Madre Teresa de Calcuta, "el aborto va contra el mandamiento
del amor", la esencia del cristianismo.
Josefa Romo
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