En verano podemos tener algunas semanas de más calma y
pensar, aunque sea un poco, en el sentido de nuestro trabajo. Antonio Machado
escribió: “despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más
que el hacerlas”. Pienso que es un sabio consejo, y que hoy no está muy de moda.
Actualmente se imponen, en muchos oficios, criterios de rapidez, resultados,
rendimientos. Esto lleva frecuentemente a
tensiones y angustias en la vida laboral. Además, actuando así, se
provocan chapuzas y desengaños. Puede que hacer las cosas bien, con serenidad y
profesionalidad -sin tampoco ser perfeccionista- no den necesariamente más
dinero ni mayor nivel económico. Pero este modo fecundo de trabajar nos aporta
una mejor valoración de nosotros mismos, nos hace ser más felices y ofrece un
buen servicio a los demás.
José Ignacio Moreno Iturralde
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