Hace unos días me llamaron la atención los vestidos de las
mujeres congolesas: preciosos estampados de colores, corte elegante,
distinción. Se trata de uno de los países más pobres del mundo y, además, bastante
caluroso. Pero cuando hay buen gusto es posible vestir con categoría. El
vestido puede ayudar a realzar aspectos de la dignidad humana y de la personalidad
individual: un buen corte de pelo, una sonrisa significativa, una mirada
inteligente. Por el contrario, cuando la ropa tiende a resaltar aspectos
monótonamente comunes puede caerse es
una facilona mediocridad; algo que tiene muy poco de atractivo personal.
José Ignacio Moreno Iturralde
No comments:
Post a Comment