El Obispo americano Mario de Gasperín, da diez interesantes consejos a los suyos al comenzar el año. Son válidos también para nosotros, envueltos como estamos en una crisis multifacial a nivel planetario. Pide la unión familiar, evitar toda violencia familiar y las palabras groseras. Dice bien: "La familia que vive mejor es aquella donde hay respeto y reina el amor". Aconseja la fidelidad conyugal, dado que "amor es fidelidad para toda la vida"; el trabajo arduo, pues "el dinero fácil se convierte en trampa" y señala que "una vida honesta, sin vicios, es siempre una buena inversión". Insiste en la ecología familiar: "no desperdiciar el pan, el agua, la luz, no contaminar…,sembrar plantas y flores; se refiere a la salud como "la riqueza mayor".
Recomienda "Ahorro y austeridad, no gastar más de lo que se gana, evitar comprar fiado y pedir prestado", y, cómo no, la "alegría de vivir, disfrutar de las maravillas de Dios: la vida, la luz, el
aire, el sol, el campo, la familia, los amigos", "la lectura de la Biblia y el Catecismo, aprender a escuchar y conversar en familia, escuchar música seria, no ruido". Como él dice, "la cultura es adorno del alma y fuente de felicidad". Buena esta observación: "Amor a la tierra. No tener tierra sin producir. Hacer en el patio de la casa el huerto familiar…, preferir los productos nacionales y de la región, a los importados. Apoyar siempre a los trabajadores del campo... ", y tener "confianza en Dios, reconociendo "el poder de su divina Providencia", pues "Dios es defensor del pobre", y corresponderle asistiendo " a Misa todos los domingos", cumpliendo "con los diezmos" y "pagar los impuestos". No olvida la "Oración en familia, repasar con los hijos los Diez mandamientos, pues el santo temor de Dios es el camino hacia la felicidad". Y cómo no, en estos tiempos, " ser solidario", que siempre hay alguien más necesitado que nosotros.
"Tener algo para compartir y jamás negar el pan a quien padece necesidad". Como dice, "a la autoridad civil corresponde la justicia, la salud y la alimentación del pueblo. Es cierto, "el amor a Dios y al prójimo deben ir juntos".
Keka Lorenzo de Astorga