Wednesday, March 01, 2006

Cristo, Maestro

Los que somos profesores, y más en estos tiempos, sabemos lo costosa que resulta en ocasiones la paciencia. Junto a alumnos estupendos, no es menos cierto que hay otros bastante pesaditos y cargantes. Éstos últimos, a lo largo de temporadas, parece que no mejoran y se nos pueden hacer poco amables; incluso extrangulables . Si uno es cristiano, o simplemente creyente, puede entonces meditar la inmensa paciencia que Dios ha tenido y sigue teniendo con cada uno de nosotros. La paciencia de Dios: eh ahí un tema teológico de envergadura del que nunca se hablará lo suficiente. Al observar lo que tiene que aguantar Dios al mundo y, especialmente, a uno mismo, surge la gratitud. Pero la gratitud es sincera si es operativa. Con todo, puede parecer muy arduo soportar a ciertas personas. Tal vez haya que cambiar de óptica: el corazón de Dios es distinto al nuestro; si tuviéramos una millonésima parte de su capacidad de querer veríamos las cosas y a las personas de otra manera. Pedir al Señor un corazón nuevo: aprender a querer y, por tanto, a exigir con optimismo, es una necesidad que se hará realidad con la ayuda de Dios, aunque pueda costar sangre. De todos modos Jesús también fue carpintero, así que si un profesor no aguanta más también está en su derecho de servir a los demás desde otra profesión.
José Ignacio Moreno Iturralde

No comments: