Wednesday, April 29, 2009

El Papa, signo de contradicción

El Parlamento belga ha censurado de modo oficial las palabras del Papa sobre la dimensión sexual en África. Otros parlamentarios parecen querer ejercer el mismo tipo de censura a la libertad de expresión de Benedicto XVI y a la moral sexual de la Iglesia Católica. Es bueno recordar la evidencia olvidada: Uganda ha sido el país donde más notablemente se ha reducido la epidemia del sida y, como muchos saben y otros poderosos encubren responsablemente, se debe a haber seguido una conducta similar a la que el Papa invita a vivir. El egoísmo financiero, la lujuria, la infidelidad y el aborto han gozado de buena salud legislativa en nuestro actual mundo occidental. Pero cuando el Papa dice cosas que no son políticamente correctas se le insulta, se le ridiculiza; en cierto modo se crucifica verbalmente a un hombre anciano y valiente que camina en libertad con la fuerza milenaria del evangelio. Las vejaciones de estos poderosos al Santo Padre, que se oponen al sentir de la inmensa mayoría de los ciudadanos, pienso que esconden algo más. No solo se consideran civilmente “heréticas” algunas ideas del Papa sino que pretenden exiliarlas al ostracismo, negarles la carta de ciudadanía; eso si...por amor a la tolerancia. No solo rechazan al Papa sino que lo ridiculizan como si viviera al revés de nuestro mundo moderno. La cuestión es muy antigua: el rechazo frontal de algunos a la Cruz –signo de contradicción-, de la que el Papa no se despega, aunque le pongan volteado como a San Pedro. Sepan los inquisidores laicistas –no laicos- que muchos millones de personas laicas afirmamos las raíces cristianas de occidente como raíces de libertad y exigimos esa misma libertad para la Iglesia y el Papa.



José Ignacio Moreno Iturralde

El Papa da esperanza a L'Aquila herida

Saturday, April 25, 2009

Congreso internacional en México sobre Estado Laico y libertad religiosa

El violin desafinado

Se cuenta que con un viejo violín, un pobre hombre se ganaba la vida. Iba por los pueblos, comenzaba a tocar y la gente se reunía a su alrededor. Tocaba y al final pasaba entre la concurrencia una agujereada boina con la esperanza de que algún día se llenara. Cierto día comenzó a tocar como solía, se reunió la gente, y salió lo de costumbre: unos ruidos más o menos armoniosos. No daba para más ni el violín ni el violinista. Y acertó a pasar por allí un famoso compositor y virtuoso del violín. Se acercó también al grupo y al final le dejaron entre sus manos el instrumento. Con una mirada valoró las posibilidades, lo afinó, lo preparó... y tocó una pieza asombrosamente bella. El mismo dueño estaba perplejo y lleno de asombro. Iba de un lado para otro diciendo: "Es mi violín...!, es mi violín...!, es mi violín...!". Nunca pensó que aquellas viejas cuerdas encerraran tantas posibilidades. No es difícil que cada uno, profundizando un poco en sí mismo, reconozca que no está rindiendo al máximo de sus posibilidades. Somos en muchas ocasiones como un viejo violín estropeado, y nos falta incluso alguna cuerda. Somos... un instrumento flojo, y además con frecuencia desafinado. Si intentamos tocar algo serio en la vida, sale eso... unos ruidos faltos de armonía. Y al final, cada vez que hacemos algo, necesitamos también pasar nuestra agujereada boina; necesitamos aplausos, consideración, alabanzas... Nos alimentamos de esas cosas; y si los que nos rodean no nos echan mucho, nos sentimos defraudados; viene el pesimismo. En el mejor de los casos se cumple el refrán: “Quien se alimenta de migajas anda siempre hambriento”: no acaban de llenarnos profundamente las cosas. Qué diferencia cuando dejamos que ese gran compositor, Dios, nos afine, nos arregle, ponga esa cuerda que falta, y dejemos ¡que Él toque! Pero también en la vida terrena existen violinistas que nos pueden afinar; un amigo, un compañero, un maestro, o cualquier persona de la que podamos obtener conocimientos, un consejo, una buena idea, una corrección fraterna, y quedaremos sorprendidos de las posibilidades que había encerradas en nuestra vida. Comprobamos que nuestra vida es bella y grandiosa cuanto que somos instrumentos perfectibles y, si nos proponemos ser mejores, lucharemos constante e incansablemente por ser: un violín cada vez mejor afinado.

Friday, April 17, 2009

Metafísica y nueva visión del mundo

Tomás de Aquino afirma lo que sigue, después de desmenuzar concienzuda y muy extensamente las maneras de demostrar la existencia de Dios: Las causas segundas nos dan nuestro modo de ser, pero es el mismo Dios el que nos da el ser. Nadie, excepto un Acto de ser supremo, puede otorgar el ser a las criaturas y mantenerlas en la existencia. Es decir, nuestra vida depende en todo instante del pulso divino. Las consecuencias de entrar en este universo son revolucionarias tan solo con tomárselas en serio y actuar en consecuencia mediante medidas prácticas. Ya consiga los éxitos de Rafa Nadal o los fracasos del mendigo más cercano –cosa no imposible- puedo saberme verdaderamente entendido y querido por Quien ha vencido el partido a lo más profundo del dolor, redimiendo a mendigos, a tenistas y a toda persona que de verdad lo quiera. De este modo se produce un cambio de óptica. El modo de querer a la gente, sin ingenuidades ni simplezas, necesariamente cambia: Detrás de rostros que me parecían inexpresivos puedo adivinar la escondida sonrisa de una madre, la carcajada de un amigo o la nobleza de un padre. La afectividad queda templada, bruñida, no se entrega a afectos de pegamento. El nuevo temple corta y sanea el pus del corazón limpiándolo con aire limpio y agua clara. Se procura funcionar con la cabeza y, por tanto, la voluntad se emplea con bravura para ver los océanos de bondad que nos rodean. Se procura evitar el morbo ruin de rumiar en lo decadente y negativo sin aportar soluciones. Y, cuando uno lo pasa mal, se pide ayuda a los demás y a Dios con la cara dura que haga falta.


José Ignacio Moreno Iturralde

Tuesday, April 14, 2009

Lo más entrañable de lo humano

Merece la pena leer despacio las enseñanzas de Benedicto XVI; no sólo para entender mejor el cristianismo, si no también al mismo hombre. Verdaderamente amar es la única actividad que es fin en sí misma. Por esto es tan razonable que San Juan nos diga que Dios es Amor. Dios es, lo afirma también la fe, Trinidad: Padre, Hijo y Amor entre ambos; Amor que es Persona, el Espíritu Santo. A su vez, por la Encarnación, Dios se hace hombre para que el hombre se convierta en hijo suyo viviendo en el amor de Dios, plasmado hasta el límite en la Cruz y en la Eucaristía. En cada familia, imagen de la Trinidad, se hace vida y persona el amor entre los esposos. Por esto la fe cristiana, que es un don de Dios, explica con luz diáfana lo más entrañable de lo humano.


José Ignacio Moreno Iturralde

Dolor, Cruz y Resurrección

A diario vemos un mundo surcado por guerras y muertes. En este contexto, me ha llamado la atención una frase de Benedicto XVI: “El cuerpo crucificado de Jesucristo, que extiende las manos al mundo entero, es el lugar donde se encuentran Dios y el hombre”. Las tragedias provocan con frecuencia perplejidad a nuestra inteligencia y rechazo a nuestros sentimientos. Pero el hermanamiento histórico de Dios con los más desventurados hace que la fe cristiana ofrezca una respuesta sólida y llena de sentido al problema del dolor, haciendo que este mundo mutilado sea sanado y elevado por la lógica mesiánica de la cruz y la resurrección.

José Ignacio Moreno Iturralde

Resurrección de Cristo y vocación cristiana:


Realmente uno solo lucha con gozo por dar la vida entera –obras, afectos y pensamientos- por un Dios que la ha dado por cada uno de nosotros.
José Ignacio Moreno

Saturday, April 11, 2009

Estrella de la Mañana

“¡ Mi Hijo lo ha dicho, “al tercer día resucitaré”! Aun con todo, ellos no acababan de creer. Ella era la única luz encendida sobre la tierra, nuestra esperanza, en quien había nacido la Sabiduría. Madre sin temor, amable, del buen consejo, prudente. Ella era la Virgen fuerte y fiel. Nuestra alegría. El refugio de los pecadores que no acaban de creer.

***
La Estrella de la mañana, radiante de alegría, vio como aquellas mujeres iban camino del sepulcro, aún muy “de madrugada, cuando todavía estaba oscuro (Jn 20, 1)”.


Luis de la Palma, La Pasión del Señor.

Benedicto XVI: Vía Crucis en el coliseo

El Papa: Homilía Misa In Cena Domini

El Papa: Homilía Misa Crismal

El Papa: Homilía del Domingo de Ramos

Friday, April 03, 2009

Virgen de los Dolores


La Madre piadosa estaba/ junto a la Cruz y lloraba/ mientras el Hijo pendía./ Con alma triste y llorosa,/ traspasada y dolorosa, fiero cuchillo tenía./¡Oh, cuán triste y cuán aflicta/ se vio la Madre bendita/ de tantos tormentos llena!/ Cuando triste contemplaba/ y dolorosa miraba/ del Hijo amado la pena.(Secuencia Stabat Mater)

Thursday, April 02, 2009

La sonrisa del Papa y el payaso Japo (video en el 4º Aniversario de la marcha al Cielo de Juan Pablo II

Retos de nuestro mundo (zenit)

La circulación global e instantánea de la información nos lleva a ser hoy más conscientes de cuánto sufrimiento hay en el mundo y de cuántos problemas afronta la humanidad.
Intentemos hacer un elenco:
--la pobreza de multitud de personas, hermanas y hermanos nuestros, que viven en la miseria o que no conocen otra cosa que sufrimiento y explotación.
--la todavía más profunda pobreza de no conocer a Cristo que, según la madre Teresa de Calcuta, es “la primera pobreza de los pueblos” y de la que no se libra ningún rincón de la tierra.
--las guerras.
--las injusticias y las “estructuras de pecado” que pueden parecer inevitables e imposibles de erradicar del mundo complejo en que vivimos.
--la agresión a la vida desde la concepción a su fin natural.
--la crisis de la familia, insustituíble célula básica de una sociedad sana y próspera.
--el relativismo cultural y moral que hace perder el sentido de la búsqueda y de la existencia de la verdad.
--la desequilibrada y miope relación con la naturaleza, a veces explotada salvajemente, a veces “idolatrada” y paradójicamente objeto de una atención mayor que la reservada al ser humano.
--los hermanos y hermanas que sufren enfermedades.
--un desarrollo científico y tecnológico que puede ir adelante, a toda costa y en cualquier dirección posible, sin plantearse de ningún modo el problema de que la ética del comportamiento humano deba en cambio imponer límites.
--los hermanos y hermanas que todavía mueren mártires en muchos lugares del mundo por testimoniar y llevar a Cristo.
--la agresividad, la hostilidad y la censura que a veces se reservan al Papa y a la Iglesia en el anuncio del mensaje de verdad y amor del Evangelio.--la crisis económica que ha golpeado a enteros Estados y parece quitar horizontes de esperanza a tantísimas personas.

Frente a todo esto, nosotros como cristianos y como aficionados a ZENIT, ¿cómo nos situamos?
Como nos enseña la "Gaudium et Spes" el mundo nos presenta motivos de tristeza pero también muchos motivos de alegria, o sea las semillas de vida, verdad y amor, muchas veces silenciosas, que las personas de buena voluntad cultivan en todos los rincones del planeta construyendo el Reino de Dios.

Que haya persecuciones, problemas, sufrimientos e injusticias es muy triste y toca profundamente a nuestra sensibilidad humana, pero probablemente es también “normal”. Cada época de la historia de la humanidad ha tenido que afrontar y superar sus graves problemas. ¡A nosotros nos toca afrontar los de hoy!

Estamos convencidos de que lo que hace falta hoy es ¡un gran mensaje de esperanza!
Un mensaje en el que todos los hombres puedan sentirse unidos en la gran batalla/misión que no es la de hermano contra hermano, sino la de todos y cada uno contra el mal.
Es el mensaje que no se cansan de anunciar multitud de hombres y mujeres de buena voluntad en todo el mundo, así como los cristianos que tratan de poner en práctica el Evangelio, la Iglesia y el Santo Padre Benedicto XVI.
¡Basta leer los discursos que el Papa ha hecho en el reciente viaje a África, que en ZENIT hemos seguido y difundido paso a paso, para darnos cuenta de cómo están impregnados de este mensaje de esperanza!
¡Y el gran mensaje de esperanza es el mismo Cristo!
El mensaje y la experiencia de Cristo es la cuña que rompe el hielo, que ahuyenta el mal, que transforma la vida de las personas... luego ven todo el resto: el crecimiento humano y espiritual personal y de enteras sociedades.
¿Cómo se puede difundir este mensaje si no hay quien lo anuncie?
Esta es la misión de ZENIT. ¡Es nuestra misión!
Es verdad que vivimos muchas dificultades pero también es verdad que, justo donde hay degradación y vacío de valores, los hombres tienen gran sed de Cristo y de su enseñanza.
Y al mismo tiempo el mundo de hoy ¡ofrece muchas oportunidades!
Queremos utilizar en el modo más eficaz posible los instrumentos que ofrece la actual tecnología para difundir en cada rincón de la tierra el mensaje del Papa, de la Iglesia, de los cristianos y de los hombres de buena voluntad de todo el mundo.
Frente a los desafíos que tenemos ante nosotros, queremos ser protagonistas.
Seguramente usted ya lo es con su trabajo y sacrificio cotidiano.
Hoy le proponemos ser protagonista añadiendo algo a lo que ya hace.
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Carmen LagoZENIT