Monday, September 25, 2006

El Papa, la razón y el Islam

Firmante: Juan Domínguez
20-09-2006
099/06 Aceprensa.

¿Qué ha pasado para que el discurso más académico de Benedicto XVI en su visita a Baviera, pronunciado en la Universidad de Ratisbona, haya despertado un inesperado aluvión de críticas de portavoces musulmanes? Como suele ocurrir en estos casos, las primeras críticas suelen transmitir una idea simplificada –el Papa habría dicho que el islam es una religión violenta–, y los que vienen detrás se limitan ya a atacar a quien ha pronunciado tal «ofensa», sin preocuparse de conocer el texto y el contexto original.

El discurso pronunciado por Benedicto XVI el 12 de septiembre no versa sobre las relaciones entre el cristianismo y el islam, sino sobre «Fe, razón y universidad». El tema central es una cuestión muy querida en la reflexión del teólogo Ratzinger: la racionalidad de la fe, el interrogarse sobre Dios por medio de la razón, la convergencia entre la fe bíblica y la filosofía griega.

En este contexto, y con el estilo habitual de un académico que hace una cita que viene bien para el desarrollo de su tema, menciona el diálogo entre el emperador bizantino Manuel II Paleólogo (1350-1425) y un erudito persa sobre el cristianismo y el islam. Manuel II Paleólogo, hijo del emperador, había sido rehén en la corte otomana, sufrió la constante presión turca sobre Constantinopla y fue un erudito, autor de obras teológicas y retóricas.

Los párrafos incriminados dicen así: «En el séptimo coloquio editado por el profesor Khoury, el emperador toca el tema de la "jihad" (guerra santa). Seguramente el emperador sabía que en la sura 2, 256 se lee: "Ninguna constricción en las cosas de la fe". Es una de las suras del periodo inicial en el que Mahoma mismo aún no tenía poder y estaba amenazado. Pero, naturalmente, el Emperador conocía también las disposiciones, desarrolladas sucesivamente y fijadas en el Corán, acerca la guerra santa. Sin detenerse en los particulares, como la diferencia de trato entre aquellos que poseen el "Libro" y los "incrédulos", él, en modo sorprendentemente brusco, se dirige a su interlocutor simplemente con la pregunta central sobre la relación entre religión y violencia, en general, diciendo: "Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba". El Emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es una cosa irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. "Dios no goza de la sangre; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Quien por lo tanto quiere conducir a otro a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, no de la violencia ni de la amenaza"».

Lo que Benedicto XVI quiere destacar aquí no es el «brusco» juicio del emperador sobre la acción de Mahoma, sino la concepción cristiana del modo de actuar de Dios. «La afirmación decisiva –prosigue Benedicto XVI– en esta argumentación contra la conversión mediante la violencia es: no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios (...). Para la doctrina musulmana, en cambio, Dios es absolutamente trascendente. Su voluntad no está ligada a ninguna de nuestras categorías, incluso a la de la racionalidad».

De lo que está hablando el Papa es «del encuentro entre fe y razón, entre auténtica Ilustración y religión. Partiendo verdaderamente desde la íntima naturaleza de la fe cristiana y, al mismo tiempo, desde la naturaleza del pensamiento helenístico fusionado ya con la fe, Manuel II podía decir: No actuar "con el logos" es contrario a la naturaleza de Dios». Dios no actúa de modo arbitrario, sino de acuerdo con la razón creadora; y el hombre, para cumplir el proyecto divino, debe actuar conforme a la razón.

Dos modos de concebir a Dios

Benedicto XVI contrapone aquí dos modos de concebir la trascendencia divina. En un caso, «la trascendencia y la diversidad de Dios son acentuadas en modo tan exagerado, que también nuestra razón, nuestro sentido del verdadero y del bien no son ya un verdadero reflejo de Dios, cuyas posibilidades abismales permanecen para nosotros eternamente inalcanzables y escondidas tras sus decisiones efectivas. En contraste con ello, la fe de la Iglesia se ha atenido siempre a la convicción de que entre Dios y nosotros, entre su eterno Espíritu creador y nuestra razón creada, existe una verdadera analogía».

El secretario de Estado vaticano, cardenal Bertone, ha aclarado en un comunicado que al citar el juicio del emperador bizantino Manuel II Paleólogo, el Santo Padre no pretendía asumirlo, sino sólo utilizarlo para desarrollar en un contexto académico «algunas reflexiones sobre el tema de la relación entre religión y violencia en general y concluir con un claro y radical rechazo de la motivación religiosa de la violencia, independientemente de donde proceda».

No se trata de un problema de choque de civilizaciones. El mismo comunicado recuerda la advertencia, dirigida en otro discurso de Benedicto XVI a la cultura occidental secularizada, para que se evite «el desprecio de Dios y el cinismo que considera la irrisión de lo sacro como un derecho de la libertad».

En el mismo discurso en la Universidad de Ratisbona el Papa ha afirmado que la dimensión religiosa es esencial para un fructuoso diálogo entre culturas: «Las culturas profundamente religiosas del mundo ven la exclusión de lo divino de la universalidad de la razón como un ataque a sus convicciones más íntimas. Una razón que es sorda ante lo divino y que relega a la religión al ámbito de las subculturas es incapaz de participar en el diálogo entre las culturas».

Los portavoces islámicos deberían comprender que Benedicto XVI, al defender la apertura de la modernidad a Dios, está abriendo también espacio para todas las religiones. Y deberían plantearse si las dificultades del islam para encontrar su lugar en el mundo moderno provienen, no de los enemigos exteriores siempre invocados (los nuevos «cruzados», el Occidente agresor, los colonialistas), sino de un problema no resuelto entre la razón y la fe coránica.

Wednesday, September 20, 2006

Las palabras del Papa

He leído once libros del Papa, así como su encíclica"Deus Caritas est"; también un buen número de sus homilías e intervenciones y su discurso en Ratisbona. Me parece, como modesto profesor de filosofía y religión, que tal discurso es una reivindicación del papel de la razón al servicio de la fe para el diálogo y la fraternidad. La cita que ha desatado las iras de algunos musulmanes es una muestra ante la que el mismo Papa siente "estupor" y en ningún momento hace suya; trata de un problema histórico de falta de entendimiento. Se ha sacado de contexto esa cita y se ha malinterpretado. Es absurdo plantear tal cita como un ataque al Islam cuando lo que el discurso pretende es lo contrario. Otra cosa es que todos los creyentes de las diversas religiones, incluido el cristianismo, se planteen el necesario respeto con que han de tratarla dignidad humana de cualquier persona.

José Ignacio Moreno Iturralde

Tuesday, September 19, 2006

La religiosa asesinada en Somalia murió perdonando a sus asesinos

MOGADISCIO, lunes, 18 septiembre 2006 (ZENIT.org).- «Perdono, perdono, perdono». Estas fueron las últimas palabras de la misionera italiana asesinada este domingo en Mogadiscio, Somalia. Sor Leonella Sgorbati, nacida en Piacenza, Italia, en 1940, pertenecía a las religiosas misioneras de la Consolata y dirigía junto a tres hermanas en religión una escuela y el hospital pediátrico «SOS Kindergarten» en la capital del país africano. Sus asesinos estaban escondidos en coches estacionados en la carretera del hospital y dispararon a bocajarro contra la religiosa y contra una persona de seguridad del hospital, que también falleció, según ha explicado sor Marzia Feurra, misionera de la Consolata, a la agencia MISNA. La religiosa no murió al instante. La llevaron en una camilla al hospital. «Trabajadores del hospital trajeron unas cuatro o cinco bolsas de sangre, pero salía la misma cantidad que la sangre introducida», narra su hermana en religión. «Cuando llegó el cirujano nos dijo que no había nada que hacer. Sor Leonella todavía estaba viva, su sudor era frío. Nos dimos la mano, nos miramos, y antes de apagarse como una vela, en tres ocasiones, me repitió sus palabras de perdón: “Perdono, perdono, perdono”». «Fueron sus últimas palabras», afirma sor Marzia. Los funerales de la religiosa se celebrarán el próximo jueves en la Iglesia de la Consolata en Nairobi. La ceremonia será presidida por monseñor Giorgio Bertin, obispo de Gibuti y administrador apostólico de Mogadiscio.

La Comisión europea defiende al Papa ante las reacciones "desproporcionadas"

BRUSELAS, lunes, 18 septiembre 2006 (ZENIT.org).- La Comisión Europea calificó hoy de «inaceptables» las reacciones «desproporcionadas y que rechazan la libertad de expresión» como las producidas tras las palabras sobre el Islam que Benedicto XVI pronunció en un discurso en una universidad alemana. «La libertad de expresión es una piedra angular de los valores de la UE, como lo es el respeto a todas las religiones, cristianismo, islam, judaísmo o laicismo», afirmó este lunes en una rueda de prensa el portavoz de la Comisión, Johannes Laitenberger. Asimismo, señaló que hay que tener en cuenta el discurso del Papa «en su conjunto» y no reaccionar a «frases fuera de contexto y menos aún a frases sacadas deliberadamente de contexto», según refiere la agencia EFE. No obstante, el portavoz hizo hincapié en que no es la Comisión Europea la que debe clarificar o interpretar «la contribución teológica del Papa a un debate teológico» y recordó que la Santa Sede ya ha dado explicaciones.

El Papa de la razón

ABC, 18.IX.06
Por JUAN MANUEL DE PRADA

PRODUCE consternación que un discurso tan bellamente argumentado, tan límpido y sutil, tan luminoso y benéfico como el que Benedicto XVI pronunció en la Universidad de Ratisbona haya sido empleado por los fanáticos islamistas para desatar una ola de violencia vesánica. Pero la consternación, y la repulsión, y la náusea, alcanzan cúspides difícilmente superables ante el silencio cetrino, acobardado o lacayuno con que los gobernantes occidentales han acogido tales muestras de violencia; silencio que no es sino la expresión claudicante de una Europa que ha renunciado a defender los principios que se asientan sobre la razón, los principios que fundan su genealogía espiritual, para inclinar dócilmente la testuz ante el hacha que blande el verdugo. Espectáculo de vileza infinita, de cobardía blandengue, de rendición monstruosa de la razón ante el acoso de la barbarie, merecedor por sí solo de ocupar un voluminoso volumen en la historia universal de la infamia. En cierta ocasión, escribí que no acepto otra autoridad que la que viene de Roma; hoy, ante este denigrante episodio de ignominia, en el que un hombre vestido de blanco hace frente en soledad a las hordas del fanatismo, mientras los mandatarios del mundo occidental le vuelven la espalda, me ratifico en esta impresión. No hay otra esperanza para el mundo que hemos heredado, el mundo que esa patulea de dimisionarios abyectos está vendiendo en pública almoneda, que la fuerza espiritual que irradia Roma.

¿De qué trataba el discurso del Papa? ¿No queda una sola mente inquisitiva, mínimamente curiosa, capaz de leerlo con atención, sustrayéndose a las pildoritas desenfocadas que nos ofrecen los noticiarios televisivos, como el pienso que se ofrece al ganado? Benedicto XVI habló de la necesidad de interrogarse sobre Dios por medio de la razón. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios; no actuar según la razón equivale a negar la naturaleza de Dios. «Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios», leemos en el prólogo del Evangelio de San Juan. «Logos», que es la palabra originaria que San Juan utiliza para designar el Verbo, significa a la vez «palabra» y «razón». En esa frase vertiginosa se logra el encuentro pleno entre la fe cristiana y el pensamiento griego: Dios, el Señor del tiempo, no actúa arbitrariamente, sino que todas sus acciones están regidas por la razón creadora; y sólo el hombre que piensa y actúa de forma razonable puede llegar a conocerlo en plenitud. A esta fe en un Dios que actúa con «logos» se opone una fe patológica que se trata de imponer con la espada; también una razón tan exclusivista y tiránica que pretende confinar la fe en el ámbito de lo subjetivo. Sólo si conseguimos que la razón y la fe avancen juntas -afirmó el Papa- lograremos un diálogo genuino de culturas y religiones. Y concluyó: ««No actuar razonablemente (con logos) es contrario a la naturaleza de Dios», dijo Manuel II Paleólogo. En el diálogo de las culturas invitamos a nuestros interlocutores a encontrar este gran logos, esta amplitud de la razón».

Parece natural que un discurso tan perspicaz y dilucidador de la naturaleza de la verdadera fe haya enardecido a quienes entienden la religión como una vindicación de la barbarie y a Dios como una fuerza irracional, arbitraria, que se regodea en la crueldad e impulsa a los seres humanos a matar en su nombre. Más escandalosa que el furor de los energúmenos que afilan el hacha para descargarla sobre nuestra testuz resulta la cobardía moral, la tibieza, la claudicación de esa patulea de gobernantes que se han abstenido de salir en defensa del vapuleado Papa, que es tanto como abstenerse de salir en defensa del mejor legado occidental, ése que se funda sobre la razón constructora. ¿A alguien le queda todavía alguna duda de que semejante patulea no tardará, genuflexa y temblorosa, en entregar tal legado en bandeja de plata, para que lo pisotee la codicia destructora de los bárbaros?

Sunday, September 17, 2006

El Papa, apenado, aclara el sentido de sus palabras que han ofendido a musulmanes

Intervención al rezar la oración mariana del Ángelus
CASTEL GANDOLFO, domingo, 17 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención que pronunció Benedicto XVI este domingo en la residencia pontificia del Castel Gandolfo al rezar el Ángelus.

* * *Queridos hermanos y hermanas: El viaje apostólico a Baviera, que realicé en los días pasados, ha sido una intensa experiencia espiritual en la que se han entrecruzado recuerdos personales, ligados a lugares que para mí son sumamente familiares, y perspectivas pastorales para un eficaz anuncio del Evangelio en nuestro tiempo. Doy gracias a Dios por los consuelos interiores que me ha permitido vivir y expreso mi reconocimiento al mismo tiempo a todos los que han trabajado activamente por el éxito de mi visita pastoral. Como es costumbre, hablaré de ella más ampliamente durante la audiencia general del miércoles próximo.

En este momento sólo deseo añadir que me siento muy apenado por las reacciones suscitadas por un breve pasaje de mi discurso en la Universidad de Ratisbona, considerado ofensivo para la sensibilidad de los creyentes musulmanes, mientras que en realidad se trataba de una cita de un texto medieval, que no expresa de ninguna manera mi pensamiento personal. Por este motivo, ayer el señor cardenal secretario de Estado hizo pública una declaración en la que explicaba el auténtico significado de mis palabras. Espero que esto sirva para calmar los ánimos y para aclarar el verdadero significado de mi discurso, que en su totalidad era una invitación al diálogo franco y sincero, con gran respeto recíproco.

Ahora, antes de la oración mariana, deseo reflexionar sobre dos recientes e importantes festividades litúrgicas: la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, celebrada el 14 de septiembre, y la memoria de la Virgen de los Dolores, celebrada el día después. Estas dos celebraciones litúrgicas pueden resumir de una manera visual en la tradicional imagen de la Crucifixión, que representa a la Virgen María a los pies de la Cruz, según la descripción del Evangelista Juan, el único apóstol que permaneció junto a Jesús en la hora de su muerte. Pero, ¿qué sentido tiene «exaltar» la Cruz? ¿No es quizá escandaloso venerar un patíbulo infamante? El apóstol Pablo dice: «Nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles» (1 Corintios 1,23). Los cristianos, sin embargo, no exaltan una cruz cualquiera, sino a esa Cruz que Jesús santificó con su sacrificio, fruto y testimonio de amor inmenso. Cristo, en la Cruz, derramó toda su sangre para liberar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte. Por este motivo, la Cruz se transformó de signo de maldición en signo de bendición, de símbolo de muerte en símbolo por excelencia del Amor que es capaz de vencer al odio y a la violencia y que genera la vida inmortal. «O Crux, ave spes unica! Oh Cruz, esperanza única», canta la liturgia. El evangelista escribe: al pie de la Cruz estaba María (Cf. Juan 19, 25-27). Su dolor forma una sola cosa con el dolor del Hijo. Es un dolor lleno de fe y de amor. La Virgen en el Calvario participa en la potencia salvífica del dolor de Cristo, uniendo su «fiat» con el del Hijo. Queridos hermanos y hermanas: espiritualmente unidos a la Virgen de los Dolores, renovemos también nosotros nuestro «sí» a Dios, que escogió el camino de la Cruz para salvarnos. Se trata de un gran misterio que todavía tiene lugar hasta el fin del mundo y que exige también nuestra colaboración. Nos ayude María a tomar cada día nuestra cruz y a seguir fielmente a Jesús por el camino de la obediencia, del sacrificio y del amor. [Tras reza el Ángelus, el Papa dirigió un saludo en varios idiomas a los peregrinos. En español, dijo:] Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en especial al grupo de militares venezolanos aquí presentes. Pidamos a María Santísima que, mediante la meditación cotidiana de los misterios de Cristo, lleguemos a reconocerlo como nuestro único y verdadero Salvador, siendo siempre testigos de su amor. ¡Feliz Día del Señor!

Saturday, September 16, 2006

Declaración del Cardenal Bertone sobre el discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona

Declaración del cardenal Bertone, nuevo secretario de Estado, sobre las reacciones islámicas al discurso pronunciado por Benedicto XVI en Ratisbona CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 16 septiembre 2006 (ZENIT.org).- A raíz de las reacciones musulmanas ante algunos pasajes del discurso del Papa Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, ha publicado este sábado la declaración siguiente:

* * *--La posición del Papa sobre el Islam está sin lugar a dudas expresada en el documento del Concilio Vaticano II Nostra Aetate: «La Iglesia mira con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a María, su Madre virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por ello, aprecian además el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por tanto, aprecian la vida moral, y honran a Dios sobre todo con la oración, las limosnas y el ayuno» (n. 3).

--La opción del Papa a favor del diálogo interreligioso e intercultural es asimismo inequívoca. En el encuentro con los representantes de algunas comunidades musulmanas en Colonia, el 20 de agosto de 2005, dijo que este diálogo entre cristianos y musulmanes «no puede reducirse a una opción temporal», añadiendo: «Las lecciones del pasado tienen que servirnos para evitar que se repitan los mismos errores. Queremos buscar los caminos de la reconciliación y aprender a vivir respetando la identidad del otro». --Por lo que se refiere al juicio del emperador bizantino Manuel II Paleólogo, citado por él en el discurso de Ratisbona, el Santo Padre no pretendía ni pretende de ningún modo asumirlo, sólo lo ha utilizado como una oportunidad para desarrollar en un contexto académico y según resulta de una atenta lectura del texto, algunas reflexiones sobre el tema de la relación entre religión y violencia en general y concluir con un claro y radical rechazo de la motivación religiosa de la violencia, independientemente de donde proceda . Vale la pena recordar lo que el mismo Benedicto XVI afirmó recientemente en el mensaje conmemorativo del vigésimo aniversario del encuentro interreligioso de oración por la paz convocado por su predecesor Juan Pablo II en Asís, en octubre de 1986: «Las manifestaciones de violencia no pueden atribuirse a la religión en cuanto tal, sino a los límites culturales con las que se vive y desarrolla en el tiempo… De hecho, testimonios del íntimo lazo que se da entre la relación con Dios y la ética del amor se registran en todas las grandes tradiciones religiosas».

--Por tanto, el Santo Padre está profundamente disgustado por el hecho de que algunos pasajes de su discurso hayan podido parecer ofensivos para la sensibilidad de creyentes musulmanes y hayan sido interpretados de una manera que no corresponde de ninguna manera a sus intenciones. Por otra parte, ante la ferviente religiosidad de los creyentes musulmanes ha advertido a la cultura occidental secularizada para que evite «el desprecio de Dios y el cinismo que considera la ridiculización de lo sagrado como un derecho de la libertad». --Al confirmar su respeto y estima por quienes profesan el Islam, el Papa desea que se les ayude a comprender en su justo sentido sus palabras para que, una vez superado este momento difícil, se refuerce el testimonio en el « único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres» y la colaboración para promover y defender «unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad para todos los hombres» (Nostra Aetate, n. 3).

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]

Friday, September 15, 2006

Dolorosa

"Estaba la Dolorosa
junto al leño de la Cruz..."
¡Qué manera tan graciosa
de enseñarnos la preciosa
lección del callar doliente!
Tronaba el cielo rugiente,
la tierra se estremecía,
bramaba el agua... María
estaba, sencillamente.

José María Pemán

Thursday, September 14, 2006

La Cruz explica el mundo

Hace no muchos años existían los negativos de las fotos: se trataba de unos feos espectros de la realidad. Estos negativos se metían en un líquido específico que revelaba las fotografías, dándoles el color y la capacidad de ser reconocidas como momentos de la vida personal y familiar. El 14 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Cruz. Pensaba en la Sangre del Redentor como el líquido que transforma los desastres de este mundo en una realidad inefable. No pretendo decir que la vida sea mala, pues tiene tantas cosas estupendas. Tampoco aspiro a que el ejemplo puesto sea muy bueno. Pero quiero afirmar que la Cruz de Cristo, a la que se accede por la fe, es la única explicación razonable para un mundo totalmente insuficiente en sí mismo, como queda patente al observar tantos millones de víctimas inocentes.


José Ignacio Moreno Iturralde

Saturday, September 09, 2006

Benedicto XVI quiere suscitar la alegría del cristianismo en Baviera

Carta a los lectores del semanario católico «Münchener Kirchenzeitung» CIUDAD DEL VATICANO, viernes 8 septiembre 2006 (ZENIT.org) -.

Benedicto XVI ha confesado a sus compatriotas sus esperanzas para el viaje a Baviera que emprende este sábado: suscitar la alegría del cristianismo y hacer que los jóvenes recuperen la confianza en la Iglesia. El pontífice ha dejado espacio a estas confidencias en una carta que ha enviado a los lectores del «Münchener Kirchenzeitung», el semanario católico de la archidiócesis de Munich y Freising, con motivo de su visita a Baviera que tendrá lugar del 9 al 14 de septiembre. En su peregrinación, recorrerá algunos de los lugares decisivos para la vida de Joseph Ratzinger: Munich, la ciudad de la que fue arzobispo de 1977 a 1982; el Santuario de Altötting, símbolo del catolicismo bávaro; Marktl am Inn, su pueblo natal; y Ratisbona, ciudad en la que fue catedrático, en la que vive su hermano, y en la que se encuentran sepultados sus padres y su hermana. «Quisiera expresar, como deseo del fondo de mi corazón, que mi vista a mi patria pueda despertar la alegría en el cristianismo y sobre todo que pueda reforzar la confianza en la responsabilidad que se ha asumido la comunidad eclesial de realizar un futuro humano para todos», escribe el Papa en su carta autógrafa firmada el 15 de agosto. «A esto, uno también la esperanza de que haya cada vez más jóvenes que puedan superar sus dudas en la capacidad de futuro de la Iglesia y seguir la vocación de servicio como sacerdotes o religiosos», indica. Al explicar los motivos de esta cuarta peregrinación apostólica internacional el Papa bávaro reconoce que «en mis años romanos y aún más intensamente tras mi elección como sucesor de Pedro, he recibido muchas atenciones precisamente de Baviera, que quisiera agradecer e intercambiar de todo corazón». El lema de la visita, escogido por los obispos bávaros es «¡Quien cree, nunca está solo!». La esperanza del Papa es que en Baviera, el «cristianismo», «a veces cansado», «pueda vivir un tiempo de Pentecostés y sacar valentía para un nuevo despertar».

8 de Octubre: Jornada Mundial de Oración por la Vida Humana

Congreso en Fátima: «María, te confiamos la causa de la vida»

FÁTIMA, viernes, 8 septiembre 2006 (ZENIT.org).- El Apostolado Mundial de Fátima promueve, el próximo 8 de octubre, una Jornada Mundial de Oración por la Vida Humana.

En esta ocasión, todos los católicos están llamados a recitar el rosario, mientras que todas las demás religiones están invitadas a orar, según su fe, durante veinte minutos, creando una corriente mundial de oración.

Para registrar la intención de oración es necesario acceder al sitio web del Apostolado Mundial de Fátima (www.worldfatima.com).

Junto a esta iniciativa, del 4 al 8 de octubre, tendrá lugar en Fátima, Portugal, el Congreso «María, te confiamos la causa de la vida».

Según recuerdan los organizadores, en su encíclica «Evangelium Vitae», Juan Pablo II escribió: «movido por la firme solicitud por cada hombre y mujer, repito hoy a todos cuanto he dicho a las familias comprometidas en sus difíciles tareas en medio de las insidias que las amenazan: es urgente una gran oración por la vida, que abarque al mundo entero» (nº 100).

El Congreso tiene por tanto como objetivo principal realizar este deseo de Juan Pablo II, divulgándolo entre todos los creyentes y poniéndolo en práctica.

Los organizadores esperan, a través del compromiso en la construcción de una cultura de la vida, apoyar también el esfuerzo pastoral de Benedicto XVI, en el Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Valencia, España, en julio pasado, y que, en su encíclica «Deus Caritas Est», llevó al corazón de todos los creyentes un mensaje de amor.

Los organizadores del Congreso de Fátima son el Apostolado Mundial de Fátima, Human Life International, Helpers of God’s Precious Infants (fundado por monseñor Philip J. Reilly), Europaische Arzteaktion (Médicos Europeos). El evento tiene además el apoyo del Consejo Pontificio para la Familia.

Participan también nombres destacados relacionados con el movimiento pro vida y con Fátima, como monseñor Karl Josef Romer, secretario del Consejo Pontificio para la Familia; monseñor Serafim Silva, obispo emérito de la diócesis de Leiría-Fátima; Isilda Pegado, presidenta de la Federación Portuguesa por la Vida; Luis Kondor, vicepostulador de la causa de canonización de los Pastorcillos; monseñor Vítor Feytor Pinto, miembro del Consejo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida; sor Virginia Beretta, hermana de Santa Juana Beretta Molla; Américo Lopez Ortiz, presidente del Apostolado Mundial de Fátima.

[Para más información ver www.fatima-pro-life-congress-2006]

Saturday, September 02, 2006

Película Karol-II


JUAN PABLO II
Actor: Jon Voight

2 DVD en un solo estuche

Idiomas: Español e Inglés.

Juan Pablo II se convirtió en un Símbolo de fe inquebrantable; entregó su vida en favor de su misión y a pesar de una grave enfermedad, cargó con su cruz para llevar una multitud de creyentes por los caminos de Dios y la Salvación.
Duración: más de 200 minutos
Precio: 20 Euros.
CASABLANCA COMUNICACIÓN
arvo@casablan.org
www.casablan.org

Tfno.: 923.26.13.03 - Fax.: 923.21.65.11

Se publica en ruso el libro Camino

NOVEDAD EDITORIAL EN RUSO

CAMINO

San Josemaría Escrivá de Balaguer

Precio: 10 Euros.PARA MAYOR INFORMACIÓN DIRIGIRSE A:arvo@casablan.org
www.casablan.org

16 de septiembre: Jornada Mariana de la Familia en Torreciudad